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Los 8 temas de una agenda posible para la cooperación de China y Colombia
El presidente Xi Jinping le expresó a Gustavo Petro que está dispuesto a trabajar con Colombia.
Xi Jinping, presidente de China, y Gustavo Petro, mandatario electo de Colombia. Foto: Archivo EL TIEMPO
El 23 de junio, el presidente chino, Xi Jinping, felicitó a Gustavo Petro por su elección presidencial en una carta que dice: “Las relaciones entre China y Colombia se encuentran en un nuevo punto de partida (…) estoy dispuesto a trabajar junto con usted para profundizar la confianza mutua política, avanzar en la cooperación práctica y promover un mayor desenvolvimiento de los vínculos sino-colombianos”.
Varias cosas del programa de Petro se vinculan con China: el multilateralismo, el liderazgo internacional contra el cambio climático, la cooperación para el desarrollo regional, la agricultura, la transición energética, el desarrollo tecnológico y la infraestructura productiva y ferroviaria.
Es una agenda diversa, cuya orientación desde el nuevo punto de partida que propone Xi Jinping depende de las directrices del nuevo presidente colombiano.
Multilateralismo
El diálogo político ha sido fructífero durante once periodos presidenciales de adhesión de Colombia al principio de una sola China y los cinco principios de coexistencia pacífica. El multilateralismo es una alternativa al unilateralismo que amenaza la paz y el desarrollo de los países. Paz y desarrollo son los ejes del programa de Petro y podrían ser la base común de la agenda colombo-china.
Cooperación regional
La ‘cooperación práctica’ busca superar los compromisos protocolarios y entrar en su ejecución. Hay varios instrumentos de cooperación entre regiones e instituciones de China y Colombia para promover el desarrollo nacional desde la base territorial, como los hermanamientos, los acuerdos científicos, los proyectos productivos para exportación de bienes con valor agregado y la infraestructura.
El presidente electo tiene herramientas de coordinación del desarrollo regional que debe integrar a su trabajo diplomático, respetando la autonomía de las entidades territoriales.
La Agencia Internacional de Energía (AIE) dice que China invirtió 380.000 millones de dólares en energías limpias en 2021, 165.000 millones más que Estados Unidos, y que “el ritmo de reducción de las emisiones de China en las próximas décadas será un factor importante en los esfuerzos mundiales para limitar el calentamiento global”. China reorientó su estrategia cambiando “la prioridad política a largo plazo de mejorar la intensidad de las emisiones a reducir las emisiones absolutas”.
Ese enfoque y su inversión explican que China será la única economía grande que podrá alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible en 2030 y la neutralidad de carbono en 2060. La transición energética y su ritmo fue uno de los aspectos polémicos de la campaña. China tiene una experiencia para compartir y recursos de inversión para apoyar una agenda presidencial en este campo.
La nueva era con China
La convergencia de visiones e intereses contextualiza la afirmación de Xi Jinping de que estamos en un nuevo punto de partida. La cooperación más profunda en cambio climático, transición energética, desarrollo rural, industrialización e infraestructura deberían ser sus manifestaciones, la relación con China nos beneficia y depende del presidente electo llevarla al nivel que corresponde a 42 años de maduración.
Gustavo Petro ha dicho que quiere conversar sobre el metro de Bogotá “con la máxima instancia china”. Es un punto delicado y no muy detallado aún, pero entra en la agenda bilateral porque está en la agenda del presidente de la República.
Habrá que considerar las barreras legales para cambios en un contrato en ejecución; cualquier revisión va a requerir claridad en la orientación presidencial y una fina diplomacia, pensando en la relación a largo plazo con el país líder mundial en el desarrollo ferroviario, que Petro considera estratégico. En 2007, China tenía 117 km de líneas de tren de alta velocidad. Quince años después tiene 40.000.
La línea 2 del metro de Bogotá tendrá una longitud de 15,5 kilómetros. Foto:Empresa Metro de Bogotá
Relaciones económicas
Nuestro intercambio comercial con China es deficitario por la estructura de nuestras exportaciones y las carencias de infraestructura exportadora. Pero si miramos la relación económica integralmente incluyendo inversión y recursos de cooperación regional, la ecuación se equilibra. El 98 por ciento de nuestras exportaciones a China son industrias extractivas, nada que ver con la forma como exportamos al mundo: 56 por ciento de extractivas y un 44 por ciento no minero-energéticas, incluyendo agroindustria y agricultura. Tal concentración en las exportaciones minero-energéticas revela un desbalance inexplicable porque China importa productos agrícolas de valor agregado, mientras que sus exportaciones de productos agrícolas y agroindustriales a Colombia es solo de un 1 por ciento, es decir, no es competencia sino complemento. Una solución pueden ser los proyectos regionales de cooperación agrícola con fines de exportación de valor agregado que China tiene en América Latina. Traer tecnología y capital chinos para exportar a China sin duda es eficaz.
La Franja y la Ruta
La Iniciativa de la Franja y la Ruta financia una red mundial de infraestructura de producción y distribución para conectar mercados dispersos con el mayor mercado individual del planeta. La forman 146 países, casi todos en desarrollo.
En 2019, el actual gobierno anunció que propondría una iniciativa propia en vez de adherir al programa ya estructurado por China. Pero la pandemia cambió las prioridades y la propuesta colombiana no se materializó.
Hace poco, Argentina logró una importante inversión china en energía nuclear que destrabó un programa luego de 30 años, una decisión acertada para su desarrollo, que es en lo que debe pensar el gobierno argentino.
Adherir o no a la Franja y la Ruta es otra decisión estratégica que requiere decisión y dirección presidencial con base en el interés nacional.
La población colombiana de becarios en China no es grande, pese a que debería serlo. China tiene la población de estudiantes becados extranjeros más grande del mundo, cerca de 500.000, de los cuales Colombia solo tiene 100.
En los últimos tres años, la mayoría de becarios hicieron sus estudios virtualmente sin la experiencia de vivir en China. Colombia tiene mucho por hacer para fomentar el bilingüismo en mandarín para que podamos competir por las becas completas de un país que está calificando su sistema educativo a tal velocidad que ya es líder en Asia y un gran competidor en el mundo.
China estimula el regreso de los estudiantes a sus países de origen a aplicar las ciencias y tecnologías aprendidas, promoviendo el valor del intercambio cultural, científico y académico como premisa de la importancia de construir relaciones multidimensionales con China.
Hay que prestar atención especial a los becarios colombianos. La pandemia dejó unos asuntos que la Presidencia debe analizar con ellos y las autoridades chinas, para ver si pueden completar su programa educativo con una experiencia directa en China. Las soluciones correctas vendrán de una correcta dirección diplomática.
GUILLERMO PUYANA RAMOS
Experto en historia de China y en libertad de información. Presidente de la Asociación Colombo China