Claudia López, candidata presidencial: ‘No nos vamos a quedar estancados ni en el miedo ni en la decepción’

Claudia López, exsenadora y exalcaldesa de Bogotá, oficializó este martes 3 de junio su intención de buscar la Presidencia en 2026 y ese mismo día inscribió su candidatura por firmas con el movimiento 'Con Claudia Imparables'.

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En diálogo con EL TIEMPO, lanzó sus primeras propuestas e hizo un llamado para que el país, de la mano de su experiencia, salga de la decepción y mire hacia adelante. 

El año pasado comencé a pensarlo. Terminé la alcaldía, que fueron cuatro años maravillosos, de muchos aprendizajes. Las canas no son gratis. Hoy estoy aquí con la humildad, con la sabiduría que da la experiencia, el carácter, el liderazgo. Me decidí porque soy parte de la inmensa mayoría de los colombianos que nos sentimos decepcionados con la oportunidad histórica que tuvo este gobierno para unir a Colombia, para mejorarla, para echarla para adelante, y la vemos estancada. Me decidí porque siento la decepción y la frustración de lo que sentimos millones de colombianos, de lo que pudo haber sido y no fue. Pedimos una cosa, con ilusión votamos por un cambio, pero una cosa es lo que pides y otra es lo que te llega. Hoy vuelvo, después de recorrer las regiones, hablar con los jóvenes, líderes sociales, empresarios, para decir: no nos vamos a quedar estancados ni en el miedo ni en la decepción. 

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Muy agradecida, muy contenta. Me acuerdo de mis primeros pasos en 2013, cuando por primera vez salí a Colombia y les dije: oigan, la guerrilla por un lado, los paramilitares por otro, se tomaron el Congreso, las alcaldías, las gobernaciones; esto es nuestro, de los ciudadanos, no de los delincuentes. Hicimos lo que parecía imposible: metimos a los corruptos a las cárceles. He visto la ilusión y el optimismo recorriendo las regiones, pero también he visto amargura y desilusión por el deterioro de la seguridad, el retroceso de la salud, porque las promesas de más educación y más trabajo siguen pendientes. Lo que han hecho es dividirnos y ponernos en peleas inútiles. Es impensable que el gobierno del cambio terminara siendo un gobierno corrupto. No había visto que alguien que se declarara el gobierno del cambio se robara los impuestos de los colombianos, los mandara en bolsas en efectivo y comprara a los presidentes del Congreso. Eso no era el cambio que se esperaba de un gobierno supuestamente de izquierda. Pero los colombianos nos dicen: vamos a echar pa’ lante. Por eso me decidí a constituir este nuevo movimiento.

Los colombianos tenemos que tener claro que el Presidente va a unir al Pacto Histórico y a lo que él llama el frente amplio de la izquierda, y va a tener un candidato. Eso es lo que él está haciendo; entre otras cosas, no gobierna porque se la pasa haciendo campaña. La derecha y el pasado seguramente harán lo propio. Y hay muchos liderazgos que aprecio. Qué bueno que gente que nunca había estado en la política ni en un cargo público se haya decidido a dar el paso y a poner su nombre a disposición. Muchos empresarios me han buscado y me han preguntado si estaría dispuesta a ir a una consulta y escoger una candidatura única, y llevar gente buena al Congreso. Les he dicho que cuenten conmigo. Esto no es de vanidades ni de egos, es de poner al país por delante. Pero lo verdaderamente importante no es unir a los políticos, es que nos unamos los ciudadanos, por encima de todos los partidos, de todas las diferencias. Lo que necesita Colombia no es la mecánica de los políticos, sino la unión de los colombianos.

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Esto no es teoría para mí. Fui la alcaldesa que tuvo que salvar a Colombia de una pandemia. ¿Qué hicimos? Mejorar ese sistema de salud que teníamos, poner los recursos juntos, organizar la vacunación, no importaba de qué EPS fuera la gente. Claro que ese sistema se podía mejorar, en vez de destruirlo. Eso es lo que vamos a hacer. Vamos a crear una fiscalía antimafia. Es tal el lío de seguridad en el que estamos que necesitamos una fiscalía antimafia que someta al crimen organizado, que le quite la plata con la que se enriquece a nuestras costillas y le devuelva la paz y la tranquilidad a los colombianos. Esa tarea es tan grande, tan desafiante que debemos tener esa fiscalía antimafia para que la Fiscalía General se dedique a cuidar a los ciudadanos. Recuperar la seguridad y recuperar la salud es lo primero. Lo que la gente necesita es menos políticos y más empresarios, que den trabajo, paguen impuestos, con los que se pueden mejorar las carreteras, la educación, y darles becas de educación superior y para el trabajo. Concentrarnos en oportunidades de trabajo, salud, pensiones, mejor salario para jóvenes, mujeres y mayores de 50 años es nuestra prioridad. Por último, cuando hayamos desarrollado las regiones con trabajo y con empresarios, con seguridad, con esa fiscalía antimafia, necesitamos una tercera prioridad: derrotar la corrupción y salir de la decepción. Todos estamos amargados.

Recorro Colombia y veo una bipolaridad. Por un lado, estamos orgullosos de nuestra familia, de nuestro negocio, emprendimiento, que somos berracos. Pero por otro, estamos amargados y decepcionados con ese cambio que pudo ser y no fue. Vamos a salir de este velorio, vamos a salir de esa decepción y vamos a derrotar la corrupción. Yo hice en la Alcaldía la mayor inversión en educación, la mayor inversión en cuidado, trabajo, en infraestructura –hicimos el metro, que ahí va, imparable–. Tengo la experiencia, el carácter de saber armar buenos equipos, gente decente y competente, y sacar a la ciudadanía adelante. Tenemos el liderazgo, la experiencia, el carácter y una vida intachable. La mayor inversión social y en infraestructura de Bogotá se hizo sin una sola tacha de corrupción.

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Cuatro cosas. Primero: vuelve un sistema mixto de salud, que le entregue los medicamentos a la gente, que les dé las citas oportunamente y que, como estamos en deuda con los sectores rurales, también llegue allá. Segundo: comando multipropósito contra la mafia. Toda nuestra policía, sus mejores capacidades, nueva inversión en tecnología y fiscalía antimafia para someter al crimen organizado. Tercero: vamos a volver a recuperar la política energética; tenemos que explorar petróleo, gas, energía solar, energía eólica, las hidroeléctricas. Necesitamos todas las fuentes de energía para que los empresarios y los hogares tengamos energía más barata y todas las regiones tengamos desarrollo. Cuarto: un pacto por el crecimiento, porque este gobierno quebró al Estado, quebró al Gobierno. El Presidente nos tiene pagando intereses de gota a gota, ya nadie nos quiere prestar porque gasta a mano rota, con corrupción, y no cumple la ejecución de las obras que generan empleo. Vamos a llegar a ajustar el Gobierno, bajar la burocracia, acabar la corrupción y a poner a crecer la economía.

No. Siempre pertenecí a un partido independiente. Nunca estuve en el Pacto Histórico ni en un partido de izquierda. Respeto a muchas personas valiosas que están ahí. Lamento mucho que el primer gobierno de izquierda, en vez de llevar a la gente decente a gobernar, haya llevado a los Roys, a los Benedettis y a los corruptos de siempre. Tampoco he estado con la derecha. Al contrario, mi voz siempre ha denunciado el abuso y la corrupción de la izquierda, la derecha, la guerrilla, los paras, de todo el mundo. Lo quiero decir con claridad: Gustavo Petro no se merece otro voto de confianza, no se merece otro voto por el cambio, porque no dio cambio, lo que dio fue división, polarización, corrupción. Eso no era el cambio que esperaba Colombia, que yo misma esperaba. Gustavo Petro no se merece una segunda oportunidad, ni continuidad, porque traicionó el mandato del cambio. Vamos a unirnos para derrotar al petrismo, a la derecha y al pasado. Voy a estar donde he estado siempre: trabajando y organizándome con la gente. La mayoría de los colombianos no somos del petrismo ni del uribismo.

Totalmente. Lo que está haciendo el presidente Petro hoy es sabotear la reforma laboral que sí les sirve a los trabajadores, para coger la plata de los impuestos y hacer campaña para el Pacto Histórico. Para eso no son los mecanismos de participación ciudadana.

No tengo duda. El momento debió llegar hace mucho, pero qué bueno que hay mujeres compitiendo en esta contienda. A todas ellas, a pesar de las diferencias, les deseo suerte, porque sé lo difícil que es, el machismo que hay que superar, las barreras que hay que vencer. Qué bueno que hay mujeres en esta contienda en todas las vertientes. Pero aquí estamos: listas, trabajando e imparables. Colombia va a elegir a la hija de una mujer de una familia como la suya, la hija de una maestra, una mujer hecha a pulso, que tiene la experiencia, el carácter y el conocimiento para enfrentar crisis y desafíos, superarlos juntos y salir adelante.

MATEO GARCÍA 

Subeditor de Política