El precandidato presidencial por el Nuevo Liberalismo, Juan Manuel Galán, le habló a EL TIEMPO sobre las diferencias con Rodrigo Lara por el aval de la colectividad; la campaña de la Coalición Centro Esperanza, en la que él participa, y las propuestas de su partido.
¿Cómo arranca el año su campaña por la Presidencia?
Con todos los motores a velocidad de crucero. Esta campaña va a ser muy corta y es poco el tiempo que tenemos, especialmente para el Nuevo Liberalismo. Ahora, en este sentido corremos con la suerte que el recuerdo que hay de este partido, sigue muy vivo en la memoria emocional de los colombianos, que lo recuerdan con afecto, nostalgia y con esperanza. Este es un gran capital para nosotros y una ventaja en esta campaña.
¿Cómo recibió la primera encuesta de este año sobre opinión favorable de los precandidatos?
Si se mira la imagen favorable, versus la desfavorable, tenemos el mejor resultado, la mayor favorabilidad entre todos los candidatos y eso se ha mantenido constante en todas las encuestas. Tenemos el reto de seguir creciendo, pero tenemos un reconocimiento del setenta por ciento, más o menos, que nos permite seguir haciéndolo y desarrollar esa favorabilidad en intención de voto. En la medida en que recorramos el país y transmitamos nuestro mensaje con claridad, creo que vamos a seguir creciendo aún más.
¿A qué atribuye el crecimiento que ha tenido el exalcalde Rodolfo Hernández en varias encuestas recientes?
Lo atribuyo al ambiente que hay de desafección de la ciudadanía por la democracia en general y eso tiene que ver con la crisis de los partidos políticos. El 97 o 98 por ciento de los colombianos dicen no sentirse representados por ellos y las colectividades, para una democracia, son algo necesario. Ese clima, sumado a la pandemia, la explosión social del año pasado, la violencia que sufrimos por culpa del narcotráfico y una política fracasada frente a este, hace que el estado de ánimo de la gente busque a líderes de la política populistas, que digan a la gente lo que quiere oír, que no tienen ningún reparo en decir mentiras con tal de lograr su objetivo.
Corremos con la suerte que el recuerdo que hay de este partido sigue muy vivo en la memoria emocional de los colombianos, que lo recuerdan con afecto, nostalgia y con esperanza
¿Cómo está planteando la Coalición Centro Esperanza la campaña para este año?
Nosotros somos la única coalición real, de verdad. Todo lo que hemos venido construyendo durante este año largo –los principios éticos y programáticos- indica que vamos a gobernar juntos, a hacer un gobierno de coalición y vamos a tener una bancada en el Congreso igual. Las demás convergencias lo que están buscando es agruparse de manera mecánica para sumar votos y ganar una elección. Vamos a tener salidas juntos, pero de aquí al 13 de marzo, la fecha de la consulta, cada uno quiere posicionar su propio mensaje, porque, de todas maneras, estamos compitiendo.
En concreto, ¿qué es lo que le está ofreciendo el Nuevo Liberalismo a los ciudadanos en esta campaña?
Este es un partido inspirado en las ideas liberales y que promueve propuestas de cambio y transformación social. Creemos que la economía colombiana ha estado muy cerrada y llena de posiciones dominantes. Tenemos que buscar que el tejido empresarial mayoritario, que son las mipymes, pueda tener las mismas oportunidades que las grandes. En lo laboral hay que dedicar una política específica, de choque, para mujeres y jóvenes, que son los sectores poblacionales más afectados por el desempleo, la pérdida de ingresos y la falta de formación.
En tema de la corrupción sigue inquietando a los ciudadanos, ¿qué propone el partido en ese sentido?
Para nosotros la corrupción es un ADN que tenía mi papá y el Nuevo Liberalismo. Estamos construyendo una propuesta realista y viable. No el discurso de que estamos contra los corruptos ni el populismo barato, sino vamos a comprometernos con medidas muy concretas como, por ejemplo, acabar con la Procuraduría, asignarles sus funciones a otras entidades y redireccionar recursos para fiscales especializados anticorrupción.
¿En qué terminaron las diferencias con el senador Rodrigo Lara por la candidatura presidencial en el Nuevo Liberalismo?
Lo que se hizo fue un proceso institucional, de partido. El consejo nacional del partido, la dirección política, el secretario general y el director nacional establecieron un proceso para la selección del candidato y con unos requisitos fundamentales, entre ellos cumplir con los acuerdos suscritos con la Coalición Centro Esperanza, respetar las reglas de juego de la consulta presidencial y los lineamientos programáticos, entre otros. Yo hice esa declaración y me inscribí como candidato. Entiendo que el senador Lara no lo quiso hacer.
¿El senador Lara les dio alguna razón para no inscribir su nombre en este mecanismo de selección del candidato?
No, no nos manifestó nada en absoluto. Simplemente se negó a aceptar esas reglas de juego, que contenían también la realización de una encuesta. En las últimas conversaciones que tuvimos él manifestó que deberíamos hacer alianza con Cambio Radical, traer a Federico Gutiérrez, hablar con todo el sector de la derecha y el Nuevo Liberalismo no es eso. Lo que no entiendo muy bien es que si el senador Lara quería venir a este partido a hacer una alianza con Cambio Radical, ¿por qué no se queda en Cambio Radical y es candidato de esa colectividad en las próximas elecciones? Creo que eso sería más lógico y coherente.
¿Qué opina de la posición de Simón Gaviria de no estar en política hasta que su padre, el expresidente César Gaviria, esté presente en esta actividad?
Lo que veo es que el Partido Liberal, desde hace muchos años, no ha querido renovar la manera de hacer política y ha abandonado las causas históricas del pueblo colombiano, que nosotros queremos defender. Creo que los expresidentes, todos, sin excepción, deben retirarse definitivamente de la política. Presidente que concluya su periodo de gobierno, debe retirarse por completo. Esa es la prueba de una democracia madura, plenamente desarrollada. Esto le ha puesto también un dique a la renovación de los partidos. Ese es el problema que tiene el Partido Liberal y otras colectividades. Algo con lo que sí me comprometo como expresidente es que después de cumplir el periodo me voy a dedicar a la cátedra universitaria y no me voy a meter en política ni en los partidos.
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