La infección urinaria en personas mayores no es una afección extraña. Aunque pueden afectar a personas de todas las edades, es común que se presente en personas ancianas, que a su vez, pueden experimentar síntomas más graves.
Normalmente, esta patología se trata de una infección bacteriana, aunque también puede ser fúngica, viral o parasitaria y puede afectar cualquier parte del sistema urinario: riñones, vejiga o uretra.
La mayoría de las infecciones urinarias son causadas por bacterias que ingresan a la uretra y luego a la vejiga. La infección se desarrolla con mayor frecuencia en la vejiga, pero puede propagarse a los riñones.
Son diversas las causas de la infección de orina en las personas que llegan a la etapa de la vejez, pero es verdad que se produce en mayor grado en mujeres que en hombres. Los motivos pueden estar en los cambios en la flora vaginal debido a la disminución de los niveles de estrógenos después de la menopausia.
Muchas mujeres vuelven a contraer este tipo de infecciones a una edad más avanzada: más del 10% de las mujeres mayores de 65 años y casi el 30% de las mujeres mayores de 85 años reportan haber tenido una infección urinaria en los últimos doce meses.
A pesar de que este tipo de infección es más común en las mujeres, el desarrollo esta afección en varones aumenta a partir de los 50 años y está relacionada con una patología prostática; siendo en los hombres, el agrandamiento de la próstata, el estrechamiento anormal de la uretra y los cálculos renales, una de las principales y más frecuentes causas de contraer la infección.
Los síntomas de una infección urinaria son fáciles de detectar. El paciente puede estar expuesto a cambios de color y olor en la orina, dolor o escozor al orinar (disuria), ir al baño con mayor frecuencia pero en escasa cantidad, tener la sensación de querer orinar tras acabar de hacerlo.
El tratamiento básico de una infección urinaria, tanto en mujeres como en hombres, consiste en la istración de antibióticos.
Habitualmente el tratamiento para las mujeres es mucho más corto (entre tres y siete días), mientras que en el caso de los hombres puede prolongarse hasta dos o tres semanas.
Se debe tener en cuenta que, como muchas otras enfermedades leves, mantener una serie de buenas costumbres contribuye a su prevención. Para evitar la infección urinaria, hay que lograr que la persona mayor beba agua frecuentemente. El objetivo es lograr una buena hidratación para hacer que la orina sea menos concentrada y eliminar las bacterias con micciones frecuentes.
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