Medidas como prohibir completamente el tabaco a las futuras generaciones, de forma que no puedan adquirirlo ni siquiera cuando alcancen la mayoría de edad, obtuvieron apoyo en el Congreso Mundial para el Control del Cáncer.
Se considera que tales restricciones pueden ser eficaces para acabar con un hábito que causa ocho millones de muertes al año. Ésta y otras "soluciones definitivas" estuvieron sobre la mesa en una de las principales sesiones del congreso, donde la ministra de Sanidad de Nueva Zelanda, Ayesha Verrall, presentó la iniciativa para que los neozelandeses nacidos después de 2008 ya no puedan comprar tabaco.
Sería la primera vez que se aplicaría a nivel nacional una prohibición generacional en el mundo, aunque ha habido pruebas localmente en lugares como Brookline, una ciudad de Massachusetts (noreste de Estados Unidos), donde los nacidos después de 2000 no pueden adquirir tabaco.
El país oceánico, que ya en 2011 se propuso el objetivo de ser un país libre de tabaco en 2025, podría ser en el futuro imitado por otros como Malasia, Dinamarca o el Reino Unido, donde se debaten medidas similares.
Esta no es la única "solucion definitiva" que se planteó durante el Congreso, la reducción obligatoria de la cantidad de nicotina en los cigarrillos, la limitación de los puntos de venta o la creación de licencias para fumadores, son otras propuestas.
Cabe aclarar que la ministra de Nueva Zelanda señaló al presentar la iniciativa en su país (aún en proyecto de ley) que no se trata de un enfoque "prohibicionista" teniendo en cuenta que no se aplicarán multas a los fumadores, y que se pondrá a disposición de todos tratamientos sustitutivos de la nicotina.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), todos lo años más de 8 millones de personas mueren a causa del tabaco. De estas, más de 7 millones se deben al consumo directo y aproximadamente 1,2 millones son consecuencia de la exposición indirecta de no fumadores al humo ajeno. Por este motivo, expertos en el Congreso argumentaron que acabar con un hábito que cada año mata a un millón de fumadores pasivos es urgente.
En la sesión también se subrayó que hay que evitar por todos los medios "involucrar a la industria tabaquera" en cualquier campaña de reducción del tabaquismo, a la vista de su gran poder de presión y a las trabas que a lo largo de décadas ha puesto a estos planes.
La industria se esfuerza en los últimos años por cambiar su narrativa ofreciendo los cigarrillos electrónicos como supuestas alternativas más sanas con las que en realidad "buscan enganchar a los adolescentes", señalaron los ponentes.
A pesar de las estrategias que se formulan con éxito, fumar tabaco sigue siendo la primera causa de muerte evitable en el mundo. Expertos de la salud coinciden en que incluso el uso del cigarrillo electrónico atenta cada vez más contra la vida y la salud de las personas. Estos dispositivos pueden ocasionar reducción en la función pulmonar y aumentar el riesgo de padecer infecciones y mayor frecuencia de enfermedades respiratorias
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