Se sabe que la testosterona es la principal hormona sexual en los hombres. Durante la pubertad de un niño, la testosterona causa el crecimiento del vello corporal, el desarrollo muscular y la profundización de la voz. Sin embargo, las mujeres también tienen cierta cantidad de esta hormona que actúa directamente como un andrógeno, además de ser un precursor obligado de la biosíntesis del estradiol.
Aunque parezca extraño, muchas mujeres recurren a terapias con testosterona porque puede ser beneficioso en algunos casos como cuando la mujer entra en la menopausia, pierde el apetito sexual y empieza a presentar desaliento.
La testosterona en la mujer también ayuda en la posmenopausia que se presenta a partir de los 50 años más o menos, ya que allí es donde se encuentran más los casos de déficit de esta hormona.
Durante los años reproductivos, en las mujeres la testosterona es producida por los ovarios y por la conversión periférica de la androstenediona y el sulfato de dehidroepiandrosterona (SSDHEA), que son preandrógenos sintetizados por los ovarios y las glándulas suprarrenales. En las mujeres premenopáusicas, los preandrógenos contribuyen aproximadamente al 50% de la testosterona circulante.
Por otro lado, de acuerdo con un artículo de la revista IntraMed la disminución fisiológica de la testosterona con la edad no está relacionada con la menopausia natural. Se desconoce cuál es la razón de esta declinación pero lo más probable es que se deba a la menor producción derivada de la hipofunción de los ovarios y las glándulas suprarrenales.
Cuando decae esta hormona en una mujer, puede presentar una serie de consecuencias que podrían ser: sufrir de depresión, de ansiedad, dificultad de concentración, tener pérdida o aumento de peso. Para ello, los expertos también recomiendan llevar una vida saludable para evitar estos desordenes que afectan al organismo.
Al respecto, hay que aclarar que estos tratamientos con testosterona podrían ser contraproducentes si no se tratan con un experto en salud. Por eso, hay que acudir con un especialista que lleve el control del tratamiento. Algunos efectos del proceso son aumento de libido, cambio de humor, caída de pelo, hipertensión e irregularidad en la menstruación, entre otros.
Expertos explican que este tipo de tratamientos se tratan de una terapia de reemplazo que intenta restablecer el equilibrio hormonal natural. Si se pasa el nivel máximo de normalidad, mediante la suplementación, surgen los efectos adversos, como la alteración de los niveles de colesterol, el desarrollo exagerado de la musculatura, cambios de voz o acné, entre otros.
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