Françoise Barré-Sinoussi estaba en Francia y también en Alemania durante esta entrevista. La ganadora del premio Nobel 2008 por haber descubierto el virus que da origen al sida (el VIH, junto con su colaureado Luc Montagnier) atiendío la llamada por Zoom desde su casa en los suburbios de París, pero a la vez estaba conectada con el Encuentro de premios Nobel de Lindau, que en su aniversario 70 se llevaba a cabo de manera mayormente virtual.
Como muchos virólogos, Barré-Sinoussi, que en una semana cumplirá 74 años, lleva intensos meses de trabajo por la emergencia del
covid-19, asesoría al
Gobierno francés incluida.
En los casi 45 minutos de diálogo con 'La Nación' pidió por una equitativa distribución de las vacunas, por más transferencia de tecnología para países como la Argentina y afirmó que este año no terminará la pandemia y que la política y la cultura determinaron la respuesta a la pandemia en cada país.
¿Esperaba una pandemia así?
Desde la identificación del VIH, el mundo sabe que puede ser afectado por enfermedades infecciosas emergentes. Esa fue una lección que posiblemente no se tomó con la suficiente consideración. Después del VIH, tuvimos ébola, chikunguña y otras. Sabemos que cada tanto pasaremos por una emergencia así de severa.
Los cambios en la sociedad, el hecho de que la gente viaja mucho, los cambios en el
medio ambiente, el propio cambio climático y más son las causas. Todo favorece la aparición de pandemias. Así que no fuimos tomados de sorpresa para nada.
Pero, a la vez, el mundo no estaba preparado...
El mundo no estaba preparado, eso está claro. Y fue malo porque fuimos muchos los científicos que veníamos alertando desde hace muchos años. El sistema de alertas fue demasiado lento; la vigilancia no fue suficientemente robusta.
Llevó demasiado tiempo armar las estrategias no farmacéuticas de restricciones y cierres, usar tapabocas, imponer el distanciamiento y los programas de testeo y aislamiento; tuvimos el problema de los implementos médicos. Todo fue un problema al principio. Además, muchos países decidieron no tener estrategia y tomaron la decisión de ‘esperar y ver’, que fue muy mala idea.
¿Cómo fue la experiencia de aconsejar al presidente Emmanuel Macron?
El presidente decidió crear un comité científico en ese marzo, y luego armaron otro llamado Care para analizar, investigar y reunir experiencias para aconsejar acerca de cuáles serían las prioridades científicas y cuáles necesitaban apoyo urgente. Así que fueron dos comités en paralelo, más muchos grupos interministeriales… Yo estuve en ese segundo comité, llamado Care (Comité Analyse, Recherche et Expertise).
El VIH es un retrovirus, que se transmite por vía sexual... En cambio, el Sars-CoV-2 se transmite por vía respiratoria
Fueron unos meses muy difíciles, pero en julio se dio por finalizado el Care luego de elaborar una serie de recomendaciones, 19 documentos en total, acerca de diagnósticos, vacunas, secuelas del covid-19, tratamientos y mucho más. Recomendamos organizar mejor la ciencia en Francia y que la Agencia nacional de sida y hepatitis virales incorpore las enfermedades infecciosas emergentes.
Respecto del origen del virus Sars-CoV-2, que causa el covid-19, su colega del Nobel de 2008 por la investigación sobre el VIH, Luc Montagnier, dijo que se trató de un escape de un laboratorio. ¿Está de acuerdo?
(Suspira y niega con la cabeza). Personalmente, no lo sé. Al principio, pensamos que venía de animales, es decir, que era una zoonosis clásica. Si viene de un experimento en un laboratorio… no lo sabemos. Y, por lo que sé, nadie sabe.
Pero Montagnier está seguro…
No, no voy a comentar eso… Pregúntale a él, no a mí (se ríe).
Su trabajo fue fundamental para identificar el virus que ocasiona el sida, ¿cuáles son las diferencias más importantes entre ambos virus?
Son dos familias de virus realmente muy diferentes. El VIH es un retrovirus, que se transmite por vía sexual, por sangre o de madre al bebé (transmisión vertical). En cambio, el Sars-CoV-2 se transmite por vía respiratoria. Las células blanco no son las mismas.
El VIH ataca las células del sistema inmune, y el
coronavirus ataca las células que expresan el receptor ACE2 (técnicamente, enzima convertidora de la angiotensina). Además, el covid-19 da una infección aguda y el
VIH, una infección crónica (antes de los tratamientos con antirretrovirales). La mortalidad para el sida sin tratamiento es muy alta,
más del 95 %. El covid-19 es como mucho entre el
1 y el 4 %.
Más diferencias que parecidos...
Son virus diferentes y enfermedades diferentes. En lo único en que tienen alguna similitud es en que ambos pacientes sufren de inflamaciones; el covid-19 genera reacciones inflamatorias de diferentes tejidos y órganos. Y en cuanto a las variaciones, ahora se habla mucho de las variaciones del covid-19, pero no son nada en cuanto a las altas variaciones del VIH, que puede mutar incluso en cada individuo y tener cuasiespecies de VIH en un mismo individuo. En el covid-19, las variaciones son con un período de tiempo determinado.
Otra diferencia fue el desarrollo superrápido de vacunas, ¿puede tener un efecto también en la prevención del sida?
Ahora hay en marcha estudios en humanos para ver si una vacuna de ARNm puede ser tan efectiva para VIH como para el covid-19. Se debe intentar, pero no estoy convencida de que funcionen porque, otra vez, la complejidad de una vacuna contra el VIH es mucho más grande que para virus como el Sars-CoV-2.
Si no controlamos al coronavirus, habrá más apariciones con el tiempo. Es la razón por la que debemos acelerar la vacunación en todo el mundo, no solo en cada país, o en los países ricos
La velocidad en la que se desarrolló esta vacuna se debe a muchas razones, pero en definitiva sí puede ayudar a la vacuna contra el VIH por la gran cantidad de plataformas que se han usado, como de ADN, de ARN, las de adenovirus. Y también aprendimos a reducir el tiempo que demora un ensayo clínico.
Antes se demoraba hasta siete años para tener datos de efectividad y ahora lo redujimos a 18 y 11 meses, e incluso nueve meses. Esos beneficios pueden ayudar a otros candidatos vacunales. Espero que la velocidad de la vacuna contra el covid-19 sea un estímulo para el esfuerzo contra otros patógenos.
Recién dijo que el Sars-CoV-2 muta menos que el VIH, ¿pero hasta cuándo puede mutar? Se ha dicho que no puede mutar de manera indefinida...
Es que depende de la evolución de la pandemia. Hay que vacunar a la gente, eso se necesita. Si no alcanzamos un nivel de inmunidad colectiva, entonces por supuesto emergerán mutaciones y variantes. Esa es la situación exacta actual con la variante delta.
Si no lo controlamos, habrá más apariciones con el tiempo. Es la razón por la que debemos acelerar la vacunación en todo el mundo, no solo en cada país, o en los países ricos. Hay que ir rápido y debe llegar a todas las personas en todo el mundo. La desigualdad en el a las vacunas es una preocupación dado que el mecanismo Covax no es suficiente. Recién a fines de este año en África habrá 10 % de vacunados. No alcanza.
¿Habló con Biden del tema de la suspensión de las patentes de las vacunas?
No hablé directamente, pero sí apoyé la iniciativa del waiver (suspensión temporal). Pero eso no alcanza. Hay que hacerlo, pero además hay que transferir tecnología a los países de ingresos medios y bajos.
En Argentina se hace el fill and finish de Sputnik V y el principio activo de la vacuna de AstraZeneca. Pero haría falta también más desarrollo enteramente local, según algunos investigadores...
Hay que vacunar a la gente. Si no alcanzamos un nivel de inmunidad colectiva, entonces emergerán mutaciones y variantes. Esa es la situación actual con la variante delta
Sí, el desarrollo local es crítico. Hace poco se anunció que habrá producción local en
Sudáfrica apoyada por la
OMS y por el
presidente Macron, y también se busca que haya en Senegal, Ruanda y Nigeria. Pero no será para mañana.
Así que debe ser en paralelo, para que haya más producción in situ y que haya dosis en todos lados. Hay que hacer todo porque se trata de una emergencia mundial.
¿Cuándo cree que terminará la pandemia?
No tengo información privilegiada. Sigo los datos y la vigilancia que se hace del desarrollo de los contagios. No sé cuándo terminará, dependerá de la velocidad de la vacunación. Este año no terminará, eso es seguro. Vamos a estar rodeados por este virus algunos años más, ciertamente.
Si lo podemos controlar, podremos tener una vida normal aunque circule el virus, porque lo hará en un nivel extremadamente bajo. Y habrá que mantener medidas no médicas eficientes como la distancia social y los tapabocas. Medidas que son buenas también para otras enfermedades como la gripe, gastroenteritis, de las que vimos una drástica reducción en el mundo.
¿Qué hizo mal el mundo occidental respecto de Oriente, que controló mejor la pandemia?
Fue un asunto
político y cultural. En particular, en los
Estados Unidos, donde el presidente retrasó muchas medidas. Y en otros países, bueno, usted sabe, la democracia es algo importante en nuestros países y puedo imaginar fácilmente que si
Francia y su presidente tomaran medidas similares a las de
Vietnam, lugar que conozco y respeto, todo el mundo estaría en las calles;
no funcionaría. Tenemos que tomar en consideración el pasado y
la cultura de cada país en la respuesta a esta pandemia.
¿Vendrán otras pandemias?
No tengo la bola de cristal para saber cuándo vendrá la próxima, pero estoy segura de que habrá otras, eso sí lo puedo decir. Sobre todo en una época donde todo el mundo viaja, donde se han generado cambios en el medioambiente por el cambio climático, como mencioné antes.
Están dadas las condiciones para tener nuevas epidemias en el futuro. Y ya hay otra ocurriendo desde hace años: la resistencia a los antibióticos. El covid-19 es una buena lección acerca de cómo debemos prepararnos en todos los niveles de la sociedad. Los científicos en definitiva fueron los que mejor respondieron. Los políticos fueron lentos. El personal médico también respondió maravillosamente.
¿Por qué no se consiguió aún un buen tratamiento contra el covid-19?
Porque es muy reciente. En una emergencia, lo primero que se busca es reposicionar drogas ya conocidas, como algunas de VIH (lopinavir/ritonavir, que no funcionaron), corticoides como la dexametasona, que no funcionó mal; al contrario, es muy útil en las etapas finales (en UCI).
Y ahora con los prometedores desarrollos de anticuerpos neutralizantes. Además, hay muchos científicos que están trabajando en drogas nuevas que se pueden construir con base en el conocimiento de las estructuras y componentes cruciales para la replicación del virus, eso está en marcha. Soy optimista de que pronto, en meses, habrá algo.
Dado el panorama, parece que habrá mucho trabajo para los virólogos los próximos años...
Ciertamente. Y oportunidades para jóvenes investigadores que trabajen en enfermedades infecciosas. Se habla del concepto de ‘Una salud’ (One health), pero falta investigación al respecto. Esa es una buena opción y el trabajo es multidisciplinario; eso también nos enseñó la lucha contra el VIH. Hacen falta incluso matemáticos y físicos, y también expertos en ciencias humanas.
Y por eso es tan importante lo que se hace en Lindau, hablar con 'nóbeles', generar inspiración a los jóvenes. Y nunca olvidar la razón por la que uno se hizo científico. Por estos días se habla mucho de publicar, del currículum, de conseguir financiación, y se olvida de la verdadera razón por la que uno se hizo científico: generar descubrimientos para el beneficio de todos, no del currículum.
¿Qué mensaje les daría a los jóvenes?
No pensar que algo es muy difícil, hay que insistir, ser persistente, aunque sea difícil. Hay países donde es más complicado, sin dudas, pero no hay que parar. Si lo quieres, se puede.
¿Sabremos algún día el origen del Sars-CoV-2?
Mi respuesta sería: estamos ahora en medio de una terrible epidemia, ¿es prioritario saber el origen? Lo que necesitamos es vacunar, desarrollar tratamientos; el origen es interesantes desde el conocimiento, pero en un punto es demasiado tarde: el virus ya está acá y hay que controlarlo.
MARTÍN DE AMBROSIO
LA NACIÓN (ARGENTINA) - GDA
REDACCIÓN DOMINGO
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