La dirección de Epidemiología y Demografía del Ministerio de
Salud presentó el segundo
informe sobre el exceso de mortalidad este año en Colombia, un documento clave para entender el impacto de la
pandemia a partir de sus desenlaces mortales.
Entre las principales conclusiones se encontró que entre junio y julio se presentó un aumento significativo de los porcentajes por encima de los promedios de los cinco años más recientes, condicionado específicamente por las muertes confirmadas por covid-19.
De hecho, el análisis registra 15.728 muertes en exceso desde el 18 de mayo hasta el 2 de agosto.
Los datos reúnen la información de nacimientos y fallecimientos anotada en el Registro Único de Afiliados (Ruaf), que istra el Ministerio de Salud, además de estadísticas del Sivigila, del registro de cadáveres de Medicina Legal, y las estadísticas vitales del Dane.
En concreto, se contabilizaron todas las muertes naturales ocurridas por cualquier causa y se compararon con los promedios de los cinco años anteriores con los rangos de confianza correspondientes.
De esa forma se observa que en las primeras semanas del 2020 se presentó un exceso de muertes que disminuyó a los niveles esperados entre las semanas 11 y 18 (9 de marzo y 3 de mayo) e, incluso, en abril llegó a estar por debajo de los promedios históricos.
En contraste, a partir de la semana 21 (18 de mayo) se empieza observar un cambio en la tendencia al registrarse el inicio de un exceso de mortalidad general que se hace significativo en la semana 23 (del 1.º al 7 de junio), una tendencia que se mantiene hasta el 2 de agosto.
Si bien este aumento incluye todas las causas de muerte, en el mismo informe se anota que desde la semana 23 las muertes por covid-19 confirmadas con pruebas moleculares tienen un peso importante en dicha variación.
Para explicarlo se aclara que el comportamiento al comienzo de año, en un escenario sin pandemia, era el esperado y que al llegar el nuevo coronavirus se presentó entre las semanas 10 y 22 una meseta en la cual ya se registran muertes por covid-19 que no influyen en el indicador de exceso de mortalidad, al parecer por la disminución de fallecimientos por otras causas externas como consecuencia de la cuarentena general.
En otras palabras, las muertes que dejaron de ocurrir por otras causas en ese periodo alcanzaron a compensar las recién llegadas por covid-19.
Sin embargo, justo después de la primera flexibilización de la cuarentena (27 de abril) las muertes acumuladas por covid-19 terminaron configurando la mayoría de la mortalidad excesiva, con un crecimiento casi exponencial desde la semana 23.
Llama la atención que el informe refiere que en las dos últimas semanas analizadas se observa en las muertes por covid-19 un aparente cambio que de mantenerse podría revelar un aumento en el exceso de fallecimientos por otras causas.
Las cifras
Al analizar los datos de la semana 21 (que arrancó el 18 de mayo) a la 31 (que acabó el 2 de agosto), se aprecia que, según los promedios históricos semanales, se esperaban 49.249 muertes en dicho periodo. Sin embargo, hubo 64.977, es decir, un 31,9 por ciento más de lo esperado, que corresponden a 15.728 en exceso por todas las causas.
De ellas, 12.393 (el 78,79 por ciento) fueron confirmadas por covid-19 en ese tiempo. Sobra decir que las 3.335 muertes restantes se debieron a causas naturales y violencia.
Frente a las edades y otras variables, se encuentra que la mortalidad general y por covid-19 muestra mayor impacto en los mayores de 60 años, tanto en hombres como en mujeres. En los menores de esa edad predominan los fallecimientos en hombres, que a nivel general son de tres por cada dos mujeres y en los afectados por covid-19 1,7 más veces. En cifras son 63,5% víctimas masculinas y 36,5% femeninas por el virus.
Y si bien la mayoría de las muertes fueron en hospitales, desde la semana 16 (mediados de abril) las ocurridas en hogares y otros lugares tuvieron un incremento por encima del promedio histórico que se acentúa a partir de la semana 23 (primeros días de junio), seguido de un aparente estancamiento.
Las muertes naturales se han mantenido en los niveles esperados, cercanos a los umbrales
Así se concluye que de las 7.512 muertes registradas en la semana 31 por todas las causas, 5.284 (70,34 por ciento) fueron en hospitales y 2.228 (29,65 por ciento), en casa u otros lugares.
“Se observa cómo, efectivamente, las causas externas se redujeron ostensiblemente una vez instauradas las medidas de aislamiento preventivo obligatorio, seguido de un incremento lento en las siguientes semanas y una aceleración en las últimas tres semanas, alcanzando el nivel habitual esperado a la fecha de corte. En contraste con esto, las muertes naturales se han mantenido en los niveles esperados, cercanos a los umbrales y con excesos en algunas semanas”, concluye el documento.
Por regiones
El análisis del Ministerio de Salud se fija igualmente en lo ocurrido en las distintas entidades territoriales.
Al mirar las defunciones acumuladas hasta la semana 31 (27 de julio al 2 de agosto) y compararlas con los cinco años anteriores, Amazonas muestra un exceso de muertes del 118 por ciento, pues se registraron 118 más de las esperadas. Luego están Atlántico, con un exceso de 57 por ciento (4.594 más); Bolívar, con un 49 por ciento (2.303 más); Córdoba, con un 38 por ciento (1.583 más), y Magdalena, con un 33 por ciento (937 más).
Bogotá, por ejemplo, tiene un 17 por ciento de exceso de mortalidad, con 3.648 fallecimientos por encima de lo esperado; Antioquia tiene 5 por ciento por encima, y otras regiones como Caldas, Huila, Boyacá, Risaralda, Tolima y Quindío tienen menos muertes de las esperadas.
Bogotá, foco de la pandemia
El documento del Ministerio presenta una mirada a la dinámica de la pandemia en la capital, que ha sido desde el comienzo la entidad territorial con el mayor número de casos y muestra una aceleración en los fallecimientos desde la semana 26 (22 al 28 de junio) que se volvió exponencial en las semanas 27 y 28. De hecho, en las semanas 30 y 31 la ciudad alcanzó promedios históricos en su exceso de mortalidad que alcanzaron el 150 por ciento y “sobrepasaron el máximo umbral de las muertes esperadas”.
Al ver los lugares de defunción desde la semana 10 la 31 en Bogotá, prevalecen los ocurridos en hospitales, con el 72 por ciento, frente al 28 por ciento que se presentan en domicilios o en otros sitios.
En ese sentido, durante las primeras semanas de la pandemia las muertes por todas las causas en hospitales estuvieron por debajo de los niveles históricos semanales en contraste con las presentadas en casa, que se ubicaron por encima de los márgenes históricos.
Y por otra parte se logró determinar que para el caso de Bogotá el 93 por ciento de los fallecimientos confirmados por covid-19 se registraron en hospitales dejando entrever un aumento importante de las muertes en casa por otras causas.
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