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Obesidad infantil: así impacta la publicidad de comida calórica en entornos digitales
Nuevo estudio de la Unicef mide el impacto del sobrepeso en menores, a nivel económico y sanitario.
El 83 % de los estudiantes de colegio dijo comer paquetes de alimentos ultraprocesados una o más veces al día, según la encuesta. Foto: iStock
La Unicef Colombia y la fundación ALZAK adelantaron un estudio sobre la carga de enfermedad y la carga económica del sobrepeso y la obesidad en mujeres gestantes, niñas, niños y adolescentes en Colombia.
Los resultados revelaron que entre 2015 y 2020, por cada 100.000 niñas, niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad se perdieron 643 años de vida saludable por año. El grupo de edad más afectado está entre los niños de 6 y 11 años que han vivido con esta condición y sus efectos adversos, como desarrollar enfermedades asociadas (asma, diabetes, hipertensión), hospitalizaciones, incapacidades, urgencias, citas médicas, e incluso el riesgo de una muerte prematura.
El estudio también determinó que por cada 100.000 mujeres gestantes se perdieron 115 años de vida saludable. Más de la mitad de esta pérdida se produjo principalmente por muertes prematuras tanto de la madre como del bebé a causa de hipertensión durante el embarazo y hemorragias postparto.
Lo cierto es que el sobrepeso y la obesidad no solo se miden en kilos o índices de masa corporal, también se reflejan en los años de vida saludables que pierde una persona y en un aumento de costos para los sistemas de salud y los bolsillos de las familias.
Cuando se tienen estas condiciones hay un aumento de las incapacidades médicas, las hospitalizaciones, visitas al médico, así como impactos directos en la calidad de vida de la niñez y la adolescencia.
“En definitiva, el sobrepeso y la obesidad no permiten a los niños, niñas y adolescentes desarrollar de manera adecuada actividades cotidianas como estudiar, trabajar, entretenerse, hacer deporte, viajar. Disminuye su calidad de vida y aumenta el riesgo de muertes prematuras. Esta es una preocupación para Unicef que trabaja por garantizar que todos los niños, niñas y adolescentes tengan vidas saludables”, aseguró Tanya Chapuisat, representante de UNICEF en Colombia.
La población infantil con este tipo de problemas en Ecuador corresponde al 6,2 por ciento (400.000 niños). Aunque la incidencia de la obesidad en los niños es menor que en los adultos, su aumento ha sido más rápido en este periodo de 35 años, precisan los autores del informe. Foto:123rf
Aumento de los costos económicos
Estos problemas asociados a la malnutrición redundan en costos económicos para el sistema de salud, la sociedad y las familias. Según el informe, la carga económica por sobrepeso y obesidad y las enfermedades asociadas en niñas, niños, adolescentes y gestantes en Colombia asciende en promedio a 2,4 billones de pesos al año y consta de tres componentes básicos: costos médicos directos, costos indirectos y gastos de bolsillo.
Los costos médicos directos ocupan la mayor carga económica en el caso de las gestantes con sobrepeso y obesidad: el sistema de salud colombiano asume cerca de 74.610 millones de pesos anuales. En el caso de niñas, niños y adolescentes esta suma es de 3.694 millones de pesos por año.
Finanzas Foto:iStock
El impacto económico sobre las familias también es importante porque con frecuencia deben asumir gastos de bolsillo (medicamentos, procedimientos y consultas no incluidas en el plan obligatorio de salud, así como transporte para citas médicas, pago a cuidadores, alojamiento, etc.).
Estos corresponden a 57.128 millones de pesos anuales en las gestantes y a 7.412 millones de pesos al año en el caso de las niñas, niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad. Es decir que cada año la familia debe gastar un promedio de 2,5 millones de sus propios ingresos.
Y no hay que dejar por fuera la carga económica que le corresponde a la sociedad asociada a la reducción de la productividad y de ingresos familiares por ausentismo laboral y pérdida de ingresos futuros por muerte prematura.
Estos se calculan en 569 millones de pesos al año por sobrepeso y obesidad en niñas, niños y adolescentes, y 27.132 millones de pesos anuales en mujeres gestantes.
Es fundamental una prevención temprana de la obesidad y el sobrepeso desde la gestación, con una adecuada nutrición de la madre, y con la promoción de entornos saludables que impliquen desestimular el consumo de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas pobres en nutrientes y que fomenten la actividad física. Así mismo, hay que tener en cuenta la influencia de la publicidad de alimentos ultraprocesados y bebidas azucaradas a la que están expuestos niñas, niños y adolescentes.
La publicidad incide en la obesidad
Otro estudio realizado por Unicef Colombia y el grupo de estudios en mercadeo de la Universidad EAFIT sobre la promoción y publicidad de alimentos y bebidas no saludables dirigida a niñas, niños y adolescentes, encontró que, aunque en el país hay un marco regulatorio, aún hay grandes vacíos en cuanto a su cumplimiento.
La publicidad de productos comestibles altos en grasa, sodio y azúcar prolifera en los entornos digitales (redes sociales, videojuegos, YouTube) en los que principalmente interactúan las niñas, niños y adolescentes dejándolos expuestos a esta influencia.
La población infantil con estos problemas en el país es del 3,2 por ciento (500.000 niños). Este flagelo compromete a 3 de cada 10 niños colombianos. Foto:123rf
Según la investigación, en Colombia el 80% de los líderes de ventas en alimentos y bebidas participan en el sector de alimentos hipercalóricos. En los medios digitales se encuentra la mayor publicidad, principalmente en Facebook e Instagram, y el 22,6 % de las marcas pagan la exposición en plataformas de juegos online.
YouTube es la red social en la que más se registra publicidad de bebidas azucaradas. Adicionalmente, los niños y niñas también están expuestos a este tipo de publicidad en los lugares de compra directa como las tiendas de barrio y escolares.
“Estos estudios nos muestran la necesidad urgente de revisar la legislación en torno a la publicidad de alimentos y bebidas no saludables en el país y promover el control y vigilancia de la misma en espacios tradicionales y especialmente digitales que llegan a las niñas, niños y adolescentes, y que pueden influir en la elección de compra y el consumo. Esto, sin duda, debe ir acompañado del apoyo de una educación en salud y de consumo responsable. La prevención es un trabajo constante en el que todas y todos podemos aportar”, puntualizó la representante de Unicef en Colombia