Después de las celebraciones de Navidad y Año Nuevo, es común que muchos médicos les diagnostiquen a sus pacientes hipercolesterolemia (colesterol alto). Y, en muchos casos, pueden estar incurriendo en un error.
Con seguridad, esos altos niveles de colesterol –producto de la comedera y los excesos propios de la época– se le bajarán cuando usted asuma una buena rutina de ejercicio y alimentación saludable. Y para las próximas festividades, por favor, cuide su alimentación y no coma tanta porquería.
La anterior es la conclusión de unos investigadores en Dinamarca que practicaron diferentes exámenes de laboratorio a cerca de 25.000 personas; entre ellos, los de colesterol. Los autores reportaron en la revista Atherosclerosis (el pasado 19 de diciembre) que aquellos a quienes se les practicaron exámenes, en diciembre y enero, tenían 15 por ciento más alto el colesterol total y 20 por ciento más alto el colesterol ‘malo’ (o LDL) cuando se compararon sus resultados con los de quienes pasaron por los mismos exámenes en mayo y junio.
Por esto recomiendan que, en lo posible, los médicos no hagan diagnóstico de hipercolesterolemia en el período inmediatamente posterior a Navidad y Año Nuevo, y menos iniciar tratamiento farmacológico, a no ser que el paciente tenga un colesterol muy elevado. Mejor brindar recomendaciones nutricionales y de actividad física y hacer una revaluación de laboratorio dos a tres meses después, para así definir el diagnóstico y tomar medidas al respecto.
En ese sentido, les dejo a continuación algunas recomendaciones para tratar de reducir el colesterol en la sangre y, por consiguiente, gozar de una buena salud:
– Evite frituras y limite el consumo de alimentos ricos en colesterol tales como quesos maduros, mariscos, vísceras (principalmente hígado), embutidos, mayonesas y sesos. Sobre si los huevos suben o no el colesterol, el problema es comer varios durante el día. ‘Uno solito’ al día no tiene la capacidad de subir el colesterol de forma significativa. Los que son tolerantes a la leche, consúmanla semidescremada o descremada.
– Coma preferiblemente pescado, nueces, almendras y otros frutos secos. Y muchas frutas y verduras que le aporten bastante fibra. En sus preparaciones de ensaladas utilice aceite de oliva y aguacate.
– Evite productos de paquete y otros ultraprocesados, que generalmente contienen exceso de grasas, sal y azúcar.
– Haga actividad física regularmente; aunque no ayuda mucho a bajar el colesterol, sí contribuye a bajar triglicéridos y a subir el colesterol bueno (el HDL).
– Y, bueno, si está con sobrepeso u obesidad, propóngase bajar de peso. Pero que no sea una propuesta transitoria de comienzo de año. Hágalo con toda la motivación para que se convierta en un hábito de por vida. ¡Feliz año nuevo!
IVÁN DARÍO ESCOBAR
Endocrinólogo
COLUMNISTA INVITADO