Sal y salud: cinco consejos para eliminar su consumo diario

El consumo en exceso, de cualquier cosa, es malo. En el caso de la sal un elevado consumo de sodio puede traducirse en riesgo de padecer hipertensión arterial, cardiopatías y accidentes cerebrovasculares. De hecho un estudio determinó que, incluso, el exceso de este ingrediente en nuestra dieta puede incluso traernos problemas asociados al rendimiento de nuestra mente. 

De acuerdo con la Organización Mundial dela Salud (OMS) la a mayoría de las personas en el mundo consumen demasiada sal, de 9 a 12 gramos por día en promedio, es decir, dos veces la ingesta máxima recomendada. 

"Un consumo de sal inferior a 5 gramos diarios en el adulto contribuye a disminuir la tensión arterial y el riesgo de enfermedad cardiovascular, accidente cerebrovascular e infarto de miocardio. El principal beneficio de reducir la ingesta de sal es la correspondiente disminución de la hipertensión arterial. Se estima que cada año se podría evitar 2,5 millones de defunciones si el consumo de sal a nivel mundial se redujera al nivel recomendado", señala al OMS. 

De hecho, los Estados de la OMS han acordado reducir en un 30 % el consumo de sal de la población mundial de aquí a 2025.  

Pero, ¿cómo lograr reducir el consumo de sal? Si usted quiere reducir el consumo de sodio, trate de seguir al menos por esta semana estos seis consejos de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard:

1. Elija los alimentos no elaborados o mínimamente procesados. Algunos como los enlatados y los congelados están a menudo cargados de sal en exceso.

2. Lea las etiquetas y elija los productos de bajo contenido de sodio. Cuando usted compre alimentos procesados, escoja aquellos en los que el contenido de sodio es inferior o igual a las calorías por porción, según las tablas nutricionales.

3. Algunos alimentos que esconden altas dosis de este elemento son más comunes de lo que usted cree: pizzas con embutidos, pan blanco, queso fundido, perros calientes, espaguetis con salsa, jamón, salsa de tomate, arroz y tortillas de harina, solo para nombrar algunos. Trate de que estos productos sean una parte mínima de su dieta.

4. Cuando salga a comer revise el contenido de sal. Por ejemplo, algunos ingredientes de las comidas rápidas pueden superar los 6.000 miligramos de sodio por porción, lo que representa hasta cuatro veces el límite diario saludable. Reduzca el tamaño de sus porciones, comparta su plato o trate de encontrar opciones bajas en sodio. Y claro, pídale al mesero que su plato sea preparado con menos sal.

5. Limite el sodio. En lugar de gastar su dosis diaria en bocadillos salados o alimentos muy procesados, escoja productos como cereales integrales, frutos secos y legumbres, que son más saludables.

6. Entrene sus papilas gustativas. Un estudio encontró que la gente disfruta de los alimentos bajos en sodio, casi tanto como la comida común. Es posible cambiar el sentido del gusto para disfrutar comidas hechas con menos sodio.

Haga estos cambios gradual y consistentemente; seguro se dará cuenta de que la sal no es tan necesaria. 

UNIDAD DE SALUD