La vitamina D es un nutriente que el cuerpo humano necesita para fortalecer los huesos y mantenerlos saludables. Una deficiencia de esta o cualquier vitamina resulta perjudicial para el funcionamiento del organismo.
De hecho, según la Clínica Mayo, el cuerpo solo puede absorber calcio cuando la vitamina D está presente. Conozca cómo saber si tiene deficiencia y cómo aumentar su consumo.
Además de la salud ósea, esta vitamina tiene propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y neuroprotectoras que contribuyen a la salud del sistema inmune, función muscular y la actividad cerebral.
Ahora bien, cuando se habla de deficiencia de una vitamina, en este caso la D, se hace referencia a que una persona puede no estar recibiendo la cantidad necesaria para mantenerse saludable.
Esta falta de vitamina puede manifestarse a través de algunos síntomas leves, como la fatiga, el cansancio y un estado de ánimo más deprimido (cuando no se trate de trastornos mentales).
También se puede ver a través de insomnio, caries y gingivitis, debilidad muscular o nerviosismo, y una excitabilidad ligera. En casos más densos, se puede notar con signos como la pérdida de densidad ósea, lo que se ve reflejado en afecciones como la osteoporosis y fracturas.
Cuando la deficiencia es severa, incluso puede ocasionar la presencia de enfermedades como el raquitismo (huesos débiles que se doblan) en menores de edad. En adultos es más común ver problemas como la osteomalacia, que debilita los huesos, los músculos y genera dolor.
Factores de riesgo
El riesgo de deficiencia de vitamina D aumenta en algunos casos específicos, como en bebes que están amamantando, porque la leche humana no tiene buena cantidad de esta.
Algunos adultos mayores, porque su piel no la produce tan eficientemente como cuando eran jóvenes. En personas de piel oscura también es común una menor presencia de la vitamina.
Los pacientes con enfermedades como la de Crohn o celiaca, personas con obesidad, osteoporosis; aquellos que sufren de enfermedad renal o hepática crónica, quienes tienen sarcoidosis, tuberculosis, histoplasmosis u otra enfermedad con granulomas.
También tienen mayor riesgo quienes toman medicamentos que afectan el metabolismo de la vitamina D, como algunos contra el colesterol, las convulsiones, contra los hongos y contra el VIH/sida.
¿Cuánta vitamina D se necesita?
La cantidad de vitamina D que necesita una persona al día va a depender de la edad como factor clave. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., las cantidades recomendadas en unidades internacionales (UI) son:
- Nacimiento hasta 12 meses: 400 UI
- Niños entre 1 y 13 años: 600 UI
- Adolescentes entre los 14 y los 18 años: 600 UI
- Adultos de 19 a 70 años: 600 UI
- Adultos mayores de 71 años: 800 UI
- Mujeres embarazadas y lactando: 600 UI
Las personas que son más propensas a tener una deficiencia de esta vitamina por distintas afecciones o problemas congénitos deberían consultar directamente con un médico para establecer la cantidad idónea.
¿Cómo aumentar la vitamina D?
La vitamina D se puede obtener de tres maneras distintas: a través de la piel, la dieta y los suplementos.
De hecho, esta vitamina se asocia directamente con el sol porque se sabe que
el cuerpo produce naturalmente vitamina D después de estar expuesto a la luz del sol, aunque demasiada luz solar puede ocasionar otros problemas como envejecimiento de la piel y
cáncer.
Por eso, hay otros métodos para conseguir más de esta vitamina, por ejemplo, en los alimentos. Muchos tienen naturalmente este componente y se puede absorber sin mayor problema.
Entre ellos se destacan los pescados grasos, como el salmón, atún y la caballa. También el hígado de res, el queso, los hongos y la yema de huevo.
También existen en el mercado alimentos fortificados, a los que se les añade vitamina D, como la leche, los cereales de desayuno, el jugo de naranja, otros lácteos como el yogur y las bebidas de soya.
Una alternativa un poco menos natural son los suplementos, que pueden venir en forma de tabletas o líquido, y suelen ser muy útiles para quienes tienen una deficiencia severa por su nivel de concentración. Aunque siempre es mejor consultar con un médico para establecer la dosis de estos productos.
¿El exceso de vitamina D es perjudicial?
Aunque esta vitamina es necesaria en muchos aspectos para el funcionamiento adecuado del cuerpo humano, tomarla en cantidades excesivas también puede ser dañino.
Según la Clínica Mayo, más de 4.000 UI por día pueden causar náuseas y vómitos, poco apetito, estreñimiento, debilidad, confusión y desorientación, problemas con el ritmo cardiaco y cálculos renales.
Asimismo, el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos asegura que demasiada vitamina D eleva el calcio en sangre, lo que se conoce como hipercalcemia. Y señala que en la mayoría de los casos se produce por el exceso de suplementos.
Por eso, la recomendación clave en este y cualquier caso de deficiencia de vitaminas es consultar con un médico nutricionista para poder establecer un tratamiento que no vaya a afectar de otras formas al paciente.
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