“La escala de trastorno” provocado por el incidente con drones de la semana pasada en el aeropuerto de Gatwick, el segundo más importante de Londres, es, en palabras de líderes políticos de ese país, “inaceptable” y obliga a determinar “cómo ha podido pasar”.
Pero mientras se investiga el suceso, que obligó a cancelar unos 1.000 vuelos y terminó afectando a 140.000 personas, voces del sector de la seguridad aérea advierten que el caso es todo menos nuevo.
Según cifras del Airprox Board, la entidad británica que monitorea las amenazas a la seguridad aérea, la presencia de estos aparatos en inmediaciones de los corredores aéreos va en aumento. Los 29 incidentes registrados en 2015 pasaron a ser 71 en 2016 y 92 el año pasado. En 2016, de hecho, se produjo una colisión que, por fortuna, no causó daños de consideración. ‘Encuentros cercanos’ se han reportado en Canadá y EE. UU.. En este último país, se estima que los pilotos reportan el avistamiento de unos 250 drones cada mes.
El tema, queda claro, está lejos de ser exclusivo del Reino Unido. Hace apenas una semana, un Boeing 737 de Aeroméxico, procedente de Guadalajara, chocó con un dron cuando aterrizaba en Tijuana (México). Según lo registró el portal FsMex.com, la nave sufrió daños de consideración en el fuselaje, concretamente en el radomo, el recubrimiento de los instrumentos frontales del avión.
La prevención es un reto
A medida que se hacen más populares, los drones han entrado a los campos de la industria y el entretenimiento, pero también han comenzado a ser empleados para actividades criminales que van del voyerismo al contrabando de narcóticos. Su uso en actividades terroristas ha sido por años un temor de los expertos en seguridad.
Por ahora, las alertas están enfocadas en organizaciones como el
Estado Islámico, que según reportes de inteligencia habría trabajado para integrar mecanismos de dispersión de agentes químicos como el cloro y el gas mostaza a drones de uso comercial como los habitualmente empleados para tomar fotos y grabar videos.
La tecnología para detectarlos y, si es necesario, interceptarlos, existe, aunque no está generalizada. El asunto es que, cuando vuelan a la máxima altura, los drones para usos ‘civiles’ resultan prácticamente invisibles y su sonido, aunque distintivo, solo suele captarse cuando ya están muy cerca.
La detección visual es, por tanto, muy complicada, aunque hay empresas desarrollando en sistemas de inteligencia artificial para ese fin. Mientras tanto, hay que emplear tecnologías como el monitoreo de transmisiones de radiofrecuencia. Los drones típicamente operan en frecuencias WiFi de 2,4 GHz o 5,8 GHz y estas pueden ser no solo detectadas, sino interceptadas.
Atrapar o derribar
Dependiendo del área, hay opciones viables y otras que no lo son tanto.
Por ejemplo, decidir derribar un dron sobre una multitud puede causar víctimas, en especial si el aparato transporta explosivos. ‘Atraparlo’ es una posibilidad, si bien por ahora no se le considera ampliamente disponible. En pruebas controladas se han usado desde otros drones hasta águilas entrenadas.
Y sin embargo, el método más recomendable –y el más ampliamente usado por organismos de seguridad alrededor del mundo– apunta a tomar control de la nave mediante las señales que la enlazan a tierra.
Aquí también hay varias posibilidades: desde medios ‘elegantes’ que interceptan la señal y envían la orden de ‘ir a casa’, con lo que no solo se evita el ataque sino que se puede rastrear el dron hasta su punto de origen, hasta ‘jammers’ que interrumpen la señal dejando al dron sin control. Además de los obvios riesgos de seguridad, este último método puede afectar las comunicaciones de patrullas, ambulancias y los propios organismos de seguridad.
Lo que dice la legislación en Colombia
La tecnología para prevenir ataques con drones fue puesta en uso con éxito durante la visita del papa Francisco el año pasado.
La Policía dispuso un operativo de monitoreo y seguimiento en tiempo real que contó con recursos tecnológicos del Ministerio de Defensa con la capacidad para desviar, y si es del caso derribar, drones en las inmediaciones de los actos del Papa, en incumplimiento de lo estipulado por la Aeronáutica Civil, que prohibió su uso durante los días de la visita.
El sistema permite detectar y asumir el control de los drones que se aproximen a las áreas restringidas.
TECNÓSFERA
@TecnosferaET