Varias investigaciones demuestran que los momentos de descanso –vacaciones, feriados y fines de semana– son también los momentos del año en los que más se usa el ‘smartphone’, un 30 por ciento más, aunque tradicionalmente han sido sinónimo de desconexión. La razón es que las personas disponen de más tiempo libre y de ocio.
El problema son las consecuencias negativas que se derivan de esta realidad. “Si se dedican más de dos horas al día a las redes sociales aumenta el riesgo de adicciones comportamentales, trastornos psicológicos y de alimentación, sobre todo en adolescentes, mujeres jóvenes y personas solteras”, advierten desde el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (Imeo).
Al uso del ‘smartphone’ hay que sumarle el de los dispositivos digitales que invaden el hogar: portátiles, tabletas, consolas de videojuegos, computadores para ‘gaming’, pantallas y proyectores de cine ‘online’. “Todo ello hace aún más difícil la tarea de desconectarse finalizadas las vacaciones y hay que retomar la rutina”, explica el experto en nutrición del Imeo, Rubén Bravo.
“Con la inercia de las vacaciones, vamos generando hábitos que, poco a poco, nos hacen más dependientes del mundo tecnológico”, añade la psicóloga María González, del mismo instituto. De hecho –prosigue–, si se dedica más tiempo a las redes sociales y los dispositivos electrónicos que al o social real con familiares o amigos y a la actividad al aire libre, “estamos ante una adicción”.
Basándose en una serie de estudios e informaciones recientes, los dos expertos coinciden en apuntar que este mal manejo de celulares y redes sociales provoca una descarga de dopamina en el cerebro que a la larga crea una dependencia emocional que puede ser peligrosa.
Es por eso que la vuelta a las actividades cotidianas tras las pausas puede ser un buen momento para depurarse a nivel digital y replantearse qué tipo de relación se está construyendo con las redes. “Se trata de un momento en el que solemos volver más relajados, con un buen estado de ánimo y es un excelente punto de partida para evitar malos hábitos”, asegura la psicóloga Ana Gutiérrez. Es lo que denomina ‘detox digital’, que pasa por marcarse límites concretos en el uso de estos dispositivos.
12 claves para la ‘Detox digital’
Evitar distracciones
Revise y de baja los ‘newsletters’ que no lea y que solo generan ruido.
Desactive los avisos del correo electrónico
Por ejemplo, las notificaciones para la bandeja de entrada del correo electrónico, y propóngase dos horarios específicos al día para realizar una revisión de sus correos.
Silencie los grupos de chat
Deje en silencio los grupos de chat y elimine aquellos que ya no utilice.
Diga adiós a las alertas de WhatsApp
Desactive las notificaciones y sonidos de WhatsApp para no estar constantemente pendiente del celular cada vez que le avise de la entrada de un nuevo mensaje.
Reflexione sobre sus redes sociales
Haga un balance sobre cómo utiliza estas plataformas y elimine aquellas que le generen negatividad psicológica o excesiva dependencia.
Controle el tiempo que le dedica
Empiece a contar las horas que dedica al día a las redes sociales, fijándose un máximo de tiempo y, cuando ese tiempo se agote, dirija su atención a otras actividades y no vuelva a acceder en toda la jornada a estas plataformas.
Deje el celular en casa de vez en cuando
En su tiempo de descanso, fines de semana o vacaciones, trate de acceder lo menos posible a su celular. Puede ayudar no llevarlo encima constantemente. Déjelo en casa de vez en cuando y notará el cambio.
Retome las actividades y las aficiones abandonadas
Recupere esas lecturas atrasadas y actividades al aire libre. Haga un listado de aficiones y quehaceres alternativos que disfrute y que no requieran el uso de dispositivos electrónicos.
Cree su propia rutina
Establezca unos horarios que incluyan los tiempos de trabajo y los de ocio, así como las cinco comidas principales. Esto le ayudará a planificar qué momentos del día va a destinar a sus actividades diarias sin que el celular interfiera con el resto de tareas.
La comida, un momento de esparcimiento
Evite el uso de pantallas y del móvil mientras come. Acuerde con el resto de personas que lo acompañan a la mesa la posibilidad de dejar los celulares fuera del alcance de todos.
Reduzca las conversaciones ‘online’
Trate de bajar el tiempo que dedica a hablar por redes sociales o mensajes y sustitúyalas por encuentros en persona o llamadas de teléfono en las que pueda prestar una atención al aquí y ahora.
Utilice un reloj despertador
Compre un reloj con alarma en vez de emplear la del celular. Este sencillo gesto ayudará a que consultar las redes sociales no sea la primera actividad que realice nada más despertarse.
Redes sociales y desórdenes alimenticios
La psicóloga Ana Gutiérrez apunta que las redes sociales pueden contribuir al desarrollo de trastornos de orden alimenticio, como atracones, comer de forma compulsiva, bulimia, ortorexia, vigorexia o anorexia, así como otras consecuencias desfavorables, como depresión, comparación social negativa o ‘bullying’ (matoneo).
Su uso excesivo también favorece un estilo de vida sedentario, cuadros de sobrepeso y desajustes en los horarios de sueño y en las comidas. “Durante su manejo se genera, además, un mayor consumo de alimentos altamente procesados ricos en grasas y azúcares”, añade el nutricionista Rubén Bravo.
Otro de los problemas asociados es la tendencia a consultar sistemáticamente páginas sobre la pérdida de peso, la quema de grasa, la alimentación deportiva, los ejercicios para aumentar o reducir volumen, las dietas sin sustento científico y la venta de esteroides. “Se trata de contenido que incide directamente en las conductas obsesivas y compulsivas en las personas predispuestas a los desórdenes alimentarios”, asegura la nutricionista Andrea Marqués, que añade: “Compararse con los estilos de vida que se muestran en plataformas como las redes sociales, que ensalzan un ideal poco realista de felicidad 24 horas, puede generar sentimientos de insatisfacción y ansiedad que se compensan con ingestas excesivas de alimentos muy calóricos”.
RICARDO SEGURA
EFE Reportajes