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‘Cíborg es ir más allá de lo que hemos aprendido como seres humanos’
Kai Landre es el primer cíborg músico del mundo.
Kai Landre empezó su camino en el ciborgismo hace tres años con un equipo que transforma rayos cósmicos en diferentes melodías. Foto: Instagram @kai.landre
Tiene 20 años, pero carga una actitud serena y sabia que hace creer que ha vivido muchas décadas o al menos las suficientes para tener claro e identificarse como algo más allá del concepto que generalmente se entiende como humano.
Kai Landre se concibe a través de la evolución constante, una que le permite expandirse a niveles no imaginados de lo que experimentamos y conocemos como la realidad, por eso ser cíborg es para él más natural y orgánico que no serlo. Es su identidad legítima.
El concepto cyborg no es nuevo: desde la década de los años 60, los científicos Manfred E. Clynes y Nathan S. Kline acuñaron el término, que hoy es entendido como ese ser vivo que incorpora dispositivos cibernéticos en su cuerpo para mejorar sus capacidades.
Este barcelonés, que es el primer cíborg músico del mundo, no titubea ni un segundo al explicar su viaje en el transhumanismo, en el que ha podido crear su propio sentido, uno completamente distinto a los cinco con los que nació.
Esta exploración lo llevó a crear su propio dispositivo cíborg, que consiste básicamente en una diadema de conducción ósea en la cabeza y un mando en la mano derecha. Lo define como Cosmic Sense y lo que le permite es, aun cuando para muchos suene como ciencia ficción, transformar las melodías del universo. El dispositivo es capaz de recibir y modificar los rayos cósmicos, esas pequeñas partículas subatómicas que llegan desde el espacio, en una nota musical; la escala que creó incluye 127 tonos distintos. Ese es el insumo principal de su música.
Desde su casa en Barcelona narra cómo la adopción de esta tecnología lo llevó a cumplir uno de sus sueños más personales, la exploración del espacio. Esta es su conexión directa con el cosmos, una forma, como el mismo Kai señala, de traer el universo a él.
Kai Landre empezó su camino en el ciborgismo con un equipo que transforma rayos cósmicos en diferentes melodías. Foto:Instagram @kai.landre
¿Quién es Kai Landre?
Viéndolo desde un punto externo, es una persona que busca la evolución de sí mismo en muchas áreas distintas, empezando por el arte y siguiendo por la tecnología, para poder alcanzar una nueva percepción y poder así mejorar y expandir aún más la experiencia que tiene en la realidad que vivimos en el planeta Tierra.
¿Cómo empezó su exploración con el arte?
El arte siempre ha sido algo que ha estado muy intrínseco con mi desarrollo personal y mi crecimiento, de pequeño ya estudiaba en el conservatorio, hasta que me echaron y después seguí por mi cuenta, me di cuenta de que realmente era lo que me llenaba y quería dedicarme plenamente a ello. En el momento en el que decidí que quería dedicarme al arte fue como si hubiera hecho un hechizo, y todo se empezó a desarrollar entorno a ello; empecé a crear música, de ahí me di cuenta de que quería llevarlo más hacia la ciencia, porque siempre había sido un apasionado de la física cuántica, y justo conocí a Moon Ribas y Neil Harbisson, que son los creadores de la Cyborg Fundation, y me di cuenta de que podía crear algo, una obra de arte, en este caso un sentido cyborg que uniera la música y la física cuántica, que han sido siempre mis pasiones.
Yo nací en el año 2000, por lo que la tecnología siempre ha estado muy presente, siempre he tenido internet; cuando era muy pequeño, todo lo hacía con internet, jugaba a videojuegos en línea, hablaba con mis amigos de la escuela por internet y, de hecho, en el instituto empecé a tener libros electrónicos. Siempre he tenido la tecnología como una parte fuerte de mi vida y como algo tan presente, por lo que fue muy fácil darme cuenta de que quería implantar la tecnología en mí mismo, porque realmente nunca lo vi como algo separado de la vida que había llevado hasta ese momento. Mucha gente me pregunta, en el sentido cíborg, si me da miedo implantarme, si considero que no va acorde con la naturaleza humana; yo siempre les digo lo mismo: mi naturaleza siempre ha sido la tecnológica. Fue un proceso muy natural y orgánico, hasta darme cuenta de que todo aquello que siempre había vivido conmigo, pero que había estado en el exterior, podría formar parte de mi persona como individuo, y ahí fue cuando creé mi sentido cíborg.
Desde pequeño, Kai Landre ha tenido una pasión por el espacio. Foto:Instagram @kai.landre
¿Cómo define a una persona cíborg?
Para mí, ser cíborg no tiene nada que ver con implantarse tecnología; para mí, ser cíborg significa aumentar la manera como nosotros nos comportamos y aumentar la percepción para poder escapar de todo aquello que nos condiciona como seres humanos, que son los cinco sentidos. Nosotros, al tener cinco sentidos, al final vivimos condicionados porque nos pueden mandar impulsos que afectan esos sentidos, por lo que al tener un sentido que va más allá de los que tenemos naturalmente como humanos estás creando una percepción que nadie puede condicionar, porque nadie más puede mandarte mensajes para que sea de una forma o de otra. Para mí, ser cíborg es ir más allá de lo que hemos aprendido como seres humanos y crear una nueva realidad.
¿Qué significó para usted el o con Moon Ribas y Neil Harbisson, que son referentes mundiales del ciborgismo?
Fue una situación bastante rocambolesca: una amiga me llevó a un sitio ilegal de Sevillana, donde había un tablao flamenco, y adentro me encontré con Neil y Moon; con solo vernos sentimos la conexión instantánea, y ellos me dijeron que si no quería hacer un sentido. Yo ya había escuchado sobre su obra, pero nunca me lo había planteado de una forma en la que pudiera hacerlo yo también. Les dije que sí instantáneamente, y ahí se me abrió una nueva realidad, todo lo que había conocido hasta ese momento cambió y me di cuenta de que la realidad podía ofrecer mucho más si tú mismo lo podías percibir de una forma más extensa. Ahí fue cuando me di cuenta de la magia del ciborgismo y también de todo lo que me estaba perdiendo al tener una percepción limitada de humano.
Empecé haciendo un ejercicio que me recomendó Neil, que era mirar toda mi vida pasada, desde que había nacido, y ver cada año qué era lo que había sido más importante o lo que yo más recordaba de cada año de mi vida. Después de haber escrito en cada año cuál había sido la situación más importante, me di cuenta de qué era lo que yo añoraba sentir en verdad y cuál era el patrón que se repetía allí. En mi caso, siempre había tenido mucha curiosidad por el espacio, por lo externo al planeta, por todo lo que iba más allá de lo que podemos ver enfrente, y ese fue el sentido que hice. Para poder crear un sentido, todo tiene que venir de adentro, tú tienes que mirarte a ti mismo y ver qué es lo que realmente anhelas de forma inconsciente. Para mí fue muy fácil, pero a nivel de identidad me hizo cambiar muchísimo, de repente me di cuenta de que todo lo que había aprendido hasta el momento y lo que me habían enseñado respecto a qué significaba ser humano y a la identidad ya no se adaptaba a la manera como yo veía el mundo y como lo sentía. Fue un cambio muy fuerte a nivel mental al darme cuenta de que la realidad no era como yo pensaba, sino que había mucho más espectro.
¿Por qué incorporar el concepto del espacio en esta transformación?
Para mí, el espacio siempre ha sido mi sitio de calma. Desde pequeño sufrí mucho bullying en la escuela, siempre me habían tratado mal por ser diferente a los demás, y para mí, la idea del espacio representaba la calma, de salir de todo esto que al final me hacía daño, que era donde yo me rodeaba, la escuela, el instituto de música. Para mí, el espacio era un sitio fantasioso en donde me iba muchas veces de manera mental para desconectarme de todo esto, hasta que empezó a convertirse en un deseo real de poder ir allí, pero me di cuenta de que no podía y por eso mi sentido cíborg es tan importante para mí, porque en vez de salir al espacio puedo traer el espacio a mí.
¿Cómo puede la tecnología darle otra dimensión al cuerpo humano?
No tanto al cuerpo humano, sino a la mente. Al final, el cuerpo humano está muy limitado porque nosotros nos desarrollamos en un entorno físico y el cuerpo humano es la ópera prima de la madre naturaleza, pero la mente puede soportar mucho más que la experiencia física, añadir nuevos sentidos al cuerpo. Al final, la tecnología lo que le hace a la mente es que pueda utilizar su capacidad máxima, que es mucho más de lo que nosotros usamos a diario. La mente es mucho más que todo esto, tiene muchas formas de pensar, de existir, que no se comportan de la misma forma que el estado físico, que al final es inmóvil; la mente es como un chicle: se puede estirar mucho más. Al final, añadiendo un sentido cíborg estás usando mucha más capacidad de la que usaríamos porque la mente está preparada para ello.
¿Cómo es el proceso de creación musical?
Lo que suelo hacer es que yo tengo un sentimiento que quiero expresar, puede ser felicidad, rabia, tristeza, amor, desamor; entonces conecto el sentido a mi tarjeta de sonido, porque le puse una salida auxiliar, y lo que hago es que empiezo a grabar todas las melodías, hasta que hay una secuencia melódica de rayos cósmicos que me transmite la sensación que yo tengo; cuando conecto con esa secuencia melódica, la traslado a los programas que utilizo para producir música y empiezo a desarrollar toda una melodía más compleja y una canción a partir de eso.
¿Qué busca con la música que crea?
Establecer un espacio seguro para todas las personas que se pueden haber sentido como yo, entender que hay algo mucho más allá, por eso en toda mi música uso las melodías que recibo con mi sentido cíborg.
¿Cómo ve actualmente la escena cíborg en el mundo?
En España tenemos mucha suerte porque Neil Harbisson es de aquí, entonces la gente sabe mucho más de ciborgismo, pero hay otros países donde la gente no sabe ni entiende nada de cómo funciona. Aun así, creo que cada vez se está expandiendo más el concepto, va ligado también a todo el tema del desarrollo tecnológico que se está viendo ahora mismo; por eso cada vez más personas se atreven a dar el paso y ser cíborg. Se empieza también a entender más como un movimiento artístico y como algo de lo que todo el mundo puede formar parte, y eso es precioso porque al final mi idea del ciborgismo en un futuro es que todo el mundo pueda ser cíborg desde su casa, que pueda coger ciertos componentes y para crear un sentido, que cada persona se pueda crear como le venga bien.
El concepto cíborg está directamente relacionado con el transhumanismo, que muchas veces es visto en una línea roja por ese temor de que en un punto se pueda perder la identidad de lo que somos como humanos, ¿qué piensa de esto?
Viene mucho por el contexto; al final, toda la sociedad actual está muy influenciada a vernos como seres cristianos. Al final, la religión cristiana ha establecido muchos cánones y dogmas, y nos cuesta sacarnos de estos preceptos que han sido establecidos a lo largo de toda la evolución humana. Se empieza a contar al ser humano por el nacimiento de Jesucristo, antes y después del nacimiento; viniendo de una realidad tan marcada por la religión, la gente aún tiene miedo de saltarse todo lo que estos cánones establecen, como son la identidad humana, la pureza, la moral, que son cosas que aún están muy presentes en el día a día, pero que poco a poco se van a ir dejando atrás porque es algo que ya no va acorde con como nosotros pensamos.
Es una persona en constante evolución, ¿cómo se imagina en el futuro?, ¿en qué desea seguir convirtiéndose?
Siempre que he intentado imaginarme en el futuro no he acertado, porque al final siempre me he sorprendido por lo que me ha ido llegando y he evolucionado tanto, de formas tan dispares, que para mí, imaginarme en un futuro es coartar mi propia evolución. Pero igual me imagino libre, cíborg y más evolucionado de lo que soy ahora mismo a nivel personal, y me gustaría verme feliz, claro.