Google se ve envuelto esta semana en un debate sobre la discriminación de género y la desigualdad, tras el episodio en el que un ingeniero – quien ya fue despedido – escribió un memorando interno de 10 páginas llamado ´La burbuja ideológica de Google’, en el que argumentaba que la baja participación de las mujeres en roles de liderazgo en la empresa se debe “a causas biológicas”.
El escándalo por la publicación del texto se sumó a la controversia que suscitaron, hace algunas semanas, revelaciones sobre discriminación y acoso sexual en empresas de Silicon Valley.
A enero de este año, solo un 31 por ciento de los empleos en Google eran ocupados por mujeres, una proporción que cae a un 25 por ciento cuando se trata de posiciones de liderazgo y llega a un escaso 20 por ciento en puestos directamente relacionados con tecnología. Así lo indicó a la agencia Efe Danielle Brown, vicepresidenta de Diversidad, Integridad y Gobernanza de la compañía, quien declaró: "Cambiar una cultura es duro, y a menudo incómodo. Pero firmemente creo que Google está haciendo lo correcto”.
Pero el debate va más allá del compromiso de directivos de organizaciones tecnológicas por lograr mayor diversidad. Más de 60 mujeres (entre empleadas y exempleadas de Google) han buscado asesoría legal para determinar si interponen una demanda colectiva contra el gigante tecnológico. En su causa alegan disparidades en los pagos y sexismo.
James Finberg, el abogado de derechos civiles que trabaja en la posible acción legal, explicó el miércoles, en
una entrevista a The Guardian, que se ha reunido con la mitad de quienes examinan unirse a la demanda y que hay disparidades claras y perjudiciales para las mujeres dentro de la compañía.
“A pesar de tener posiciones y calificaciones similares, algunas dijeron ganar menos que los hombres en salarios, bonificaciones y otros”, afirmó.
Según indicó el abogado, algunas de sus clientas afirman que sus salarios anuales eran alrededor de 40.000 dólares menos que los de los hombres en posiciones similares. Incluso remitió el caso de una que dijo ganar dos tercios del salario de un compañero de su mismo rango.
Finberg agregó que algunas “han tenido que luchar contra obstáculos” para poder avanzar en sus carreras debido a “una cultura hostil con las mujeres”. Una docena habría declarado que la discriminación jugó un papel en su decisión de dejar la compañía.
Google ha negado en repetidas ocasiones que exista una diferencia sistemática en los salarios de sus empleados por cuestiones de discriminación de género. Eso no evitó que el tema esté siendo investigado por el Departamento de Trabajo estadounidense, según información de Reuters.
De acuerdo con Adriana González, CEO para Colombia de Mercer (empresa consultora en recursos humanos), puede considerarse que la masiva inclusión de la fuerza de trabajo femenina ocurrió aproximadamente hace unos 40 años y desde hace unos 20 las empresas trabajan en temas de diversidad y programas de inclusión. La experta afirmó que “no se trata solo de un tema de género, sino de habilidades y competencias para florecer los negocios”.
González dijo también que “se busca que la fuerza laboral sea equitativa, que tenga hombres y mujeres, pero lo que sugieren muchos estudios es que una mayor participación femenina genera mejores resultados en temas financieros y ventas, por ejemplo”.
En el panorama mundial, las mujeres representan un reducido 20 por ciento de las posiciones ejecutivas y un 35 por ciento en niveles profesionales, según cifras del estudio ‘When Women Thrive’ (‘Cuando las Mujeres Progresan’). En América Latina y Colombia se mantienen unos porcentajes mayores de participación de mujeres en los niveles profesionales, con un 38 y un 47 por ciento respectivamente. Sin embargo, cuando se trata de los niveles ejecutivos, la región y el país están por debajo del promedio mundial, con un representación de un 17 y un 16 por ciento respectivamente.
El problema -indica González- es que (las políticas de igualdad y diversidad de género en las empresas) se queden simplemente como un mensaje. “Por ejemplo, que la empresa diga que tiene una política sobre el tema, pero mantenga una alta deserción de las mujeres y una baja tasa de ascensos para ellas. Lo que se debe buscar es el compromiso de ejecutivos y desarrollar una cultura, lograr que las compañías se comporten como ambientes diversos”.
*El estudio When Women Thrive es realizado por la consultora internacional en recursos humanos Mercer, con apoyo del Foro Económico Mundial y genera una consulta a unas 583 empresas para entender qué sucede con las mujeres en los espacios de trabajo.
Linda Patiño
REDACCIÓN TECNÓSFERA