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La vida oculta en Brasil del asesino de la joven colombiana Nancy Mestre
Jaime Saade duró 29 años fugitivo y vivía en barrio estrato 5 de Belo Horizonte. Interpol lo ubicó.
Nancy Mariana Mestre Vargas; al lado, Jaime Saade, su asesino. Foto: Archivo particular
En el exclusivo barrio Silveira, en Belo Horizonte (Brasil), algunos vecinos se enteraron apenas esta semana de que estuvieron viviendo al lado de un violador y asesino colombiano.
Allí creían que era un próspero y discreto empresario que hablaba poco y se dedicaba a atender el local Mult Lav, una lavandería industrial ubicada cerca del aeropuerto local.
La joven fue asesinada la madrugada del 1° de enero de 1994 Foto:Suministrado
Le decían Henrique Dos Santos Abdala. Esa era la falsa identidad que había tramitado en el mercado negro después de huir de Colombia, en 1994, con las manos manchadas de sangre.
Pero en oficinas públicas brasileñas se presentaba con su verdadero nombre, Jaime Saade Cormane, miembro de una prestigiosa familia de la Costa, condenado a 27 años de prisión.
Un juzgado de Barranquilla lo halló responsable de la violación y el asesinato de Nancy Mestre, una joven a la que cortejaba.
La joven de 18 años fue asesinada el 1° de enero de 1994 Foto:Suministrado
‘Vuelve a las 3’
Saade se había obsesionado con Nancy, una linda universitaria de 18 años.
El 31 de diciembre de 1994 se presentó a su casa y, aprovechando que aparentaba menos edad, le pidió permiso a Martín Mestre (padre de Nancy) para llevarla a una fiesta de fin de año con su círculo de amigos.
“Vuelve a las 3, ni un minuto después”, le dijo Mestre a su hija. Y a Saade le pidió que la cuidara. Pero no sucedió ni lo uno ni lo otro.
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En este audio Martín Mestre relata que el 31 de diciembre de 1993, Nancy había pedido permiso para salir con Jaime Saade.
Mestre, arquitecto de profesión, recibió una llamada en la que le decían que su hija se había suicidado. Él asegura que la alcanzó a ver con vida cuando llegó a la Clínica del Caribe. Pero murió ocho días después.
En la necropsia, que el padre de Nancy conoce de memoria, dice que se encontró en el cuerpo un tiro de arma calibre 45 que entró por el parietal derecho. También penetración sexual, maltrato y golpes. Y hay un dato adicional: se encontraron rastros de sangre diferentes a la de Nancy y a la de su agresor: O+.
Martín Mestre estuvo de visita en la Policía Metrpolitana de Barranquilla, donde ha sido enterado de los pormenores de la captura en Brasil del asesino de su hija, Nancy mestre. Foto:Policía Nacional
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Martín Mestre, relata parte de la necropsia de Nancy. Asegura que hubo penetración, violación, maltrato en sus partes íntimas y maltrato en el cuerpo y golpes.
Curso de inteligencia
Esta es la vieja sentencia contra el asesino de Nancy que está a punto de prescribir. Foto:EL TIEMPO
Esto significa que hubo otros copartícipes en la violación y el crimen, que hoy siguen en la impunidad.
Mientras que las autoridades colombianas indagaban acerca del paradero de Saade, el condenado llevaba una vida tranquila a 7.290 kilómetros de Barranquilla, en Belo Horizonte.
Aunque aseguraba ser inocente, EL TIEMPO tuvo a documentos que prueban que Saade habría retirado de bancos, repentinamente, 25 millones de pesos. Y bajo la identidad de Henrique dos Santos Abdala se asentó en el barrio Silveira, una localidad codiciada por sus lujosas residencias.
Mientras tanto, en Colombia, Martín Mestre, padre de Nancy, empezó a buscar desesperadamente al responsable del asesinato de su hija.
Aprovechó su experiencia como miembro de la reserva activa de la Armada Nacional y se inscribió a un curso de inteligencia con el único propósito de ubicarlo.
Las redes sociales se convirtieron en la principal pista. Buscó establecer o con personas cercanas a la familia del fugitivo a través de cuatro perfiles que él mismo creó con nombres árabes, cercanos a Aracataca, el pueblo natal de los Saade.
La joven fue asesinada la madrugada del 1° de enero de 1994 Foto:Suministrado
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Según Martín Mestre, el 28 de enero lo llamó la Interpol a informarle que capturaron a Jaime Saade.
El apartamento 102
Los abogados de la familia Metre le enviaron a las autoridades de Brasil evidencia de que Saade seguía delinquiendo en ese país. Foto:EL TIEMPO
Con paciencia comenzó a forjar una relación con ellos y se ganó su confianza, sabiendo que en junio de 2023 el proceso prescribiría y que el tiempo se le agotaba.
Aún no sabía que el fugitivo sostenía una relación estable con una mujer brasileña a la que conoció tan solo un año después de haber matado a Nancy.
Con ella tiene dos hijos y formó una familia como si no hubiera pasado nada. La familia vivía en el apartamento 102 de un exclusivo condominio.
Y aunque el asesino había puesto tierra de por medio para que nadie lo localizara, empezó a dejar rastro de su paradero.
Jaime Saade Cormande permanece en Brasil. Foto:Archivo Particular
Si bien usaba su identidad fraudulenta para abrir cuentas bancarias y cargaba en su billetera una cédula, un registro de contribuyente y una licencia de conducir con el nombre falso, estampó su nombre real en un par de documentos.
Uno de ellos fue la formalización de su relación sentimental, el 3 de febrero de 2020. Y también aparece en los registros de nacimiento de sus hijos.
Un par de meses antes de la legalización del matrimonio de Saade, el padre de Nancy encontró la primera evidencia certera sobre su ubicación.
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El papá de Nancy Mestre, Martín Mestre, dice que el alto Tribunal de Brasil, en una primera decisión, definió el asesinato de mi hija como si fuera un partido de fútbol.
En efecto, Martín Mestre notó la aparición de las palabras ‘Belo Horizonte’ en los chats que sostenía con la familia Saade y con allegados.
Para ese entonces, el padre de Nancy contaba con el apoyo de dos coroneles de la Policía de Colombia que hacían parte de la investigación que se adelantaba para localizar al asesino.
Tras descartar que se trataba del populoso barrio de la ciudad de Santa Marta (Colombia), le suministraron el dato a la Interpol, que ubicó primero a Henrique dos Santos Abdala.
De acuerdo con la investigación, cotejaron las huellas que Dos Santos dejó en un vaso y se confirmó que se traba del mismo Jaime Enrique Saade.
La notificación roja de la Interpol contra Jaime Saade. Foto:Archivo particular
El empate
De inmediato, fue capturado por agentes de la Policía Federal de Brasil en un operativo a pocos metros de su vivienda en el exclusivo sector donde había construido su vida oculta.
Jaime Saade fue puesto en detención preventiva en la penitenciaría Nelson Hungria, ubicada en el municipio de Contagem, a 21 kilómetros de Belo Horizonte.
Parecía que la lucha de la familia Mestre había terminado con la captura internacional del culpable, pues la solicitud colombiana de extradición empezó a ser estudiada por el Supremo Tribunal Federal de Brasil.
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Martín Mestre, le aseguró a autoridades de Brasil que considera a Jaime Saade como un asesino y violador que anda suelto en ese país.
Fabio Humar Jaramillo., abogado de C.I.J. Gutiérrez Foto:Archivo particular
Para asegurarse de que no se escapara y adelantar todos los trámites internacionales, Martín Mestre contrató a un grupo de prestantes abogados, entre ellos al penalista colombiano Fabio Humar.
Además, a la abogada Margarita Rosa Sánchez, con oficina en Washington; al brasilero Bruno Barreto Teixeira y a de la firma Miller & Chevalier.
Pero la decisión que tomó el alto tribunal no era la que esperaban en Colombia.
Dos de los cinco magistrados del tribunal argumentaron que el crimen por el que había sido acusado Saade ya había prescrito en Brasil. En ese país, un homicidio prescribe después de 20 años, y en este caso ya habían pasado 26.
En una decisión histórica, la Corte de Brasil accedió a revisar el caso y aprobó la extradición de Saade. Foto:Archivo Particular
Otros dos magistrados votaron a favor de extraditar al colombiano en un claro empate. Y el quinto miembro de la corte tenía licencia médica.
Las normas brasileñas sostienen que, en ese caso, se debe tomar la decisión que más beneficie al acusado, por lo que fue puesto en libertad en septiembre de 2020.
“Definieron la suerte del asesinato de mi hija como si fuera un partido de fútbol”, le manifestó Mestre a EL TIEMPO cuando se conoció la decisión. Y envió a los magistrados cartas en las que les advertía que un asesino andaba suelto en ese país.
Saade parecía haber escapado de la justicia una vez más. Volvió al lujoso barrio Silveira de Belo Horizonte, mientras Martín Mestre se jugaba su última carta judicial.
Supremo Tribunal Federal de Brasil. Foto:Tomada del Facebook del Supremo Tribunal Federal de Brasil
La revisión final
Junto con sus abogados, elaboró un documento que le envió al Supremo Tribunal Federal de Brasil a mediados de 2022. En este argumentaba que los magistrados se habían equivocado al no considerar que Saade también había cometido crímenes en el país donde se ocultaba.
Había incurrido en los delitos de falsedad ideológica y uso de documentos falsos ante organismos públicos. Esto hacía que se suspendiera la prescripción del homicidio por el que era pedido en extradición.
Aunque inicialmente el tribunal aseguró que no había forma de probar la comisión de un nuevo delito, el pasado 19 de abril los magistrados de la sala segunda del Supremo Tribunal se reunieron de nuevo para revisar el caso.
La joven fue asesinada la madrugada del 1° de enero de 1994 Foto:Suministrado
Y en un hecho calificado como histórico, aprobaron la extradición de Jaime Saade.
Esta vez determinaron que sí hubo reincidencia en el delito y que, por tanto, la prescripción del homicidio debía ser suspendida.
“Nancy no es solo una víctima colombiana, sino que hace parte de cientos de miles que cada hora corren la misma suerte en todo el continente americano, especialmente en Brasil”, dijo Edson Fachin, uno de los magistrados.
Saade está libre, pero las autoridades colombiana ya coordinan con sus pares brasileños para que sea recapturado y extraditado. El temor es que los vecinos del barrio Silveira dicen que no volvieron a ver a los hijos ni a la esposa brasileña del asesino colombiano.
Tiene 62 años, lo que significa que terminaría de pagar su condena a los 86, porque un juzgado colombiano le hizo una rebaja de tres años a la sentencia inicial por ajustes en la legislación colombiana.
Por su parte, Martín Mestre, hoy con 81 años, solo espera que se haga justicia y que alguien entre a investigar de quiénes eran los rastros de sangre que también estaban en el cuerpo de su hija. Saade conoce toda la verdad.
Centro de Servicios Juzgados Penales de Barranquilla, Foto:Cortesía Centro de Servicios Juzgados Penales de Barranquilla
Lo que viene en el proceso
El temor que por ahora invade a Martín Mestre es que el hombre que tanto persiguió -Jaime Saade- termine huyendo de nuevo, teniendo en cuenta que la condena que pesa en su contra puede prescribir en julio próximo.
Sin embargo, todo parece estar encaminado a que las autoridades en Brasil den luz verde para que la Policía Nacional de Colombia, agregada en ese país, pueda traer de regreso a Saade para que cumpla la sentencia.
Paralelo a ese escenario, también se está a la espera de que el Tribunal Superior de Barranquilla resuelva de fondo un recurso interpuesto por la defensa de Saade para que se declare la prescripción del proceso, aunque se mantienen en que esto ya pasó tras la detención de su defendido en 2020.