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Los 21 disparos y la hoja de coca detrás de la violenta incursión militar en Tierralta
Por temor a represalias, campesinos se desplazaron. Hay 50 personas con paludismo, hambre y miedo.
Los militares intimidaron a la población el pasado 11 de septiembre. Foto: Archivo particular
Los dos carros bomba que sacudieron al país en los últimos cuatro días –cobrándose dos muertos y más de una decena de heridos– dejaron temporalmente en segundo plano la brutal agresión que sufrió un grupo de campesinos de la vereda Boca de Manso, en Tierralta, Córdoba, por parte de un grupo de militares.
El ministro de Defensa, Iván Velásquez, tuvo que saltar de esa zona al Cauca, tras la primera explosión. Pero él y otros funcionarios de la Procuraduría, Fiscalía y del propio Gobierno se alcanzaron a llevar información clave y preocupante sobre lo sucedido.
Iván Velásquez con los habitantes de Bocas de Manso. Foto:Ministerio de Defensa
Los ‘paras’ y la plata
Los hombres están siendo investigados por las autoridades. Foto:Captura de video
Todo parece indicar que el violento episodio no se va a quedar en el retiro de un puñado de uniformados del Ejército y en una sanción disciplinaria.
En las declaraciones recogidas, los lugareños insisten en que entre la tropa que los encañonó y amenazó el pasado 11 de septiembre había al menos dos del ‘clan del Golfo’.
Además, que estos, al igual que algunos uniformados, iban en busca de algo.
“Todo parece indicar que un grupo de campesinos acababa de vender un importante cargamento de hoja de coca por el que recibieron una fuerte suma y ese era el botín por el que iban algunos”, señaló una fuente del Gobierno.
El cultivo de uso ilícito fue localizado en 3.8 hectáreas de bosque taladas de manera indiscriminada con motosierras. Foto:Ejército
Y varios campesinos itieron que, aunque el precio de la hoja de coca viene cayendo –por las 230.000 hectáreas que hay sembradas en el país–, algunos la siguen comercializando para poder sobrevivir.
Las autoridades verifican esa información y otra que indica que los militares se llevaron plata, víveres y algunas joyas que se encontraron en las diferentes viviendas.
Los ‘chalecos azules’
Varios de los hombres que llegaron a la vereda Boca del Manso, el pasado 11 de Septiembre. Foto:Foto: Suministrada
También se investigan versiones según las cuales el oficial a cargo había perdido el mando. Además, que ya existían denuncias de nexos de la tropa con bandas criminales en la zona, en lo que algunos han llamado un brote similar a las alianzas que se sellaron en los 90 entre paramilitares y uniformados.
Sobre ese tema, pobladores aseguraron que un grupo de hombres que porta chalecos azules y que dicen pertenecer a una ONG tienen información sobre lo que está pasando en esa zona del país.
El tema es de tal gravedad que de la comisión investigadora que se desplazó a la zona a mitad de semana están seguros de que quienes le dispararon al helicóptero militar Mi-17 en el que se desplazaban no fueron bandas criminales, como han dicho.
“Videos en poder de la Fiscalía muestran que le dispararon al aparato en al menos 21 ocasiones. La pregunta es por qué y quiénes no querían que llegáramos a la zona”, explicó la misma fuente.
Brigada médica
La Fuerza Pública llegó al lugar Foto:Ministerio de Defensa
Mientras avanzan las investigaciones, líderes campesinos le dijeron a EL TIEMPO que se desplazaron por miedo a represalias de los militares.
“Somos nueve veredas en las que ya hay niños enfermos y cerca de 50 personas con paludismo. No tenemos qué comer porque se robaron las cosas de la tienda y nos da miedo ir al campo por alimentos”, señaló un campesino en diálogo con este diario.
Según el líder campesino, quien pidió reserva de su identidad, desde la vereda Boca de Manso se desplazaron cerca de 600 personas y hoy están en un campamento cercano.
La agresión a los campesinos se registró el pasado 11 de septiembre. Foto:Archivo EL TIEMPO y Toma de video
“Todos los días vemos al Ejército, ellos están alrededor, no nos han dicho nada ni nosotros a ellos, pero tenemos miedo de que ahora que empezaron a suspenderlos de la institución empiecen las represalias en nuestra contra”, aseguró.
Y agregó: “Necesitamos comida, agua y medicina. Ya hay personas deshidratadas y con diarrea. Nos dijeron que el 27 de septiembre llegaría una brigada médica, pero no podemos esperar tanto tiempo”.