Durante su permanencia en la Estación Espacial Internacional (EEI), los astronautas deben seguir viviendo y trabajando en un entorno muy distinto al de la Tierra. Como siempre, deben cuidar su higiene personal, ir al baño, comer y beber, y mantenerse sanos y en buena forma física.
Las condiciones de ingravidez en la EEI los obligan a adaptar dichas actividades en consecuencia. Estos son algunos de los detalles compartidos por la Agencia Espacial Europea (ESA) sobre cómo son esas rutinas de la vida diaria para los astronautas.
Cepillarse los dientes
En la Estación Espacial Internacional ningún peso empuja las cosas hacia abajo, como en la Tierra. La Estación orbita la Tierra tan rápido (28.000 kilómetros por hora), a la velocidad y en la dirección correctas, que no cae hacia la Tierra sino que gira permanentemente alrededor de ella. Debido a esto todo lo que hay en su interior carece de peso y, por lo tanto, flota.
Incluso el agua y la pasta de dientes. La crema dental se puede tragar tras el cepillado (es comestible) y la boca se limpia con una toallita húmeda. Los astronautas deben cepillarse los dientes con la boca tan cerrada como sea posible, para evitar que el dentífrico salga flotando.
La visita al baño
Si todo 'flota' en el espacio, ¿qué se hace al ir al baño? La EEI cuenta con dos baños con inodoros especiales. Los astronautas tienen que asegurarse con correas para no salir flotando. En lugar de cisterna, posee un tubo de succión que traslada los desechos hacia abajo en una corriente de aire. Los sólidos se comprimen y almacenan para su eliminación posterior. La orina se recoge para reciclarla posteriormente.
Las comidas y bebidas
Al igual que el ejercicio, la nutrición desempeña un papel importante en la salud de los astronautas. La comida no sólo aporta las calorías suficientes para el trabajo; también es una ocasión social importante para unas personas que están lejos de familiares y amigos.
Los alimentos se someten a una preparación especial dado que la ingravidez exige unos ajustes que impidan que la comida se eleve flotando del plato. También es necesario consumir ciertos alimentos que contrarresten los efectos de la adaptación al espacio.
Los astronautas pueden elegir los alimentos que prefieran, siempre que sus valores nutritivos y calorías se encuentren dentro de los márgenes establecidos: 2.800 calorías al día. Las bandejas de comida se preparan en tierra para cada astronauta y se envían a la EEI. Las bandejas se guardan etiquetadas en uno de los módulos. Las bandejas de comida rojas contienen alimentos de Rusia y las azules los alimentos enviados desde Estados Unidos y Europa.
Los alimentos deben recibir un tratamiento especial para que duren mucho tiempo y tengan un peso reducido.
Ejercicio y actividad física
El cuerpo humano evolucionó en la Tierra en un campo gravitatorio. La ingravidez dificulta hasta las tareas más ligeras. Los astronautas deben anclarse con firmeza o se alejarían flotando a la deriva. Es difícil hasta utilizar el ordenador. Los paseos espaciales pueden ser agotadores y provocar un gran esfuerzo muscular.
Esto obliga a los astronautas a dedicar tiempo al ejercicio corporal a fin de mantenerse saludables y en buen estado físico para desarrollar su labor en la EEI y regresar a la Tierra en buenas condiciones. A bordo disponen de una cinta rodante y una bicicleta estática (sin ruedas). Para mantener su buena forma, los astronautas deben ejercitarse al menos dos horas diarias.
También disponen de distintas poleas y cuerdas, como las de un gimnasio de la Tierra, con las que pueden ejercitar su resistencia. Así conservan sus huesos y músculos en buen estado, algo que es también muy importante, ya que al volver a la gravedad de la Tierra mantendrán su rendimiento físico en las mejores condiciones posibles.
REDACCIÓN CIENCIA*
Con información de la ESA
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