Terremoto de Turquía y Siria: ¿qué ocasionó el destructivo sismo?

El número de víctimas mortales del terremoto en Turquía y Siria sigue aumentando. Ya se cuentan más de 3.000, según el balance de las cifras oficiales en ambos países, afectados en la madrugada del lunes por un terremoto de magnitud 7,8 que se produjo a 7 kilometros de profundidad en la región de Kahramanmaras.

Detrás del fuerte movimiento, y de sus posteriores réplicas, está la falla del este de Anatolia.

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Según explica el profesor Bogdan Nitescu, profesor del Departamento de Geociencias de la Universidad de los Andes, esta falla es de un tipo que se conoce como transformante y que forma el borde de una placa tectónica pequeña que cubre el territorio de Anatolia, en el sur de Asia Menor.

"Lo que pasa es que hay movimiento relativo entre las placas tectónicas y esta falla del este de Anatolia forma el borde entre la placa de Anatolia y la de Arabia", explica el docente, quien añade que esta es una zona muy compleja en términos tectónicos.

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"También hay otra falla similar que se llama la falla del Mar Muerto y estas fallas sufren movimiento relativo de las placas tectónicas. Estos movimientos van a continuar y Turquía está impactada por la existencia de esta falla y otra peligrosa similar en la parte norte de Anatolia", asegura el proferor Nitescu.

Características geológicas que también afectan a Siria, un país debilitado por años de guerra. De acuerdo con la Agencia Sinc, a lo largo de la falla del este de Anatolia se han contabilizado decenas de terremotos de hasta 6 grados de magnitud durante el último siglo, y siete de entre 6 y 7 grados, pero ninguno de la fuerza destructiva que ha tenido el de este lunes.

El temblor “es grande para los estándares mundiales. Por término medio, se producen menos de 20 seísmos de magnitud superior a 7,0 al año”, según señaló en declaraciones al SMC de Reino Unido David Rothery, profesor de Geociencias Planetarias en la Open University, “y la ruptura inicial se produjo a una profundidad relativamente baja, a menos de 20 kilómetros, en la falla de Anatolia Oriental. Muchas de las réplicas posteriores, aunque más débiles en su origen, se han producido a menor profundidad”.

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"La causa fundamental de este terremoto es el movimiento de las placas tectónicas. La colisión de la placa arábiga con Eurasia hacia el norte obliga a la placa de Anatolia a desplazarse hacia el oeste a un ritmo de unos dos centímetros al año”, apunta Rothery. La fricción entre las fallas no es suave, sino que “la tensión se acumula localmente durante años o décadas hasta que las masas rocosas chocan entre sí en una sacudida repentina”.

El profesor piensa que las réplicas pueden continuar varios días, lo que aumenta el riesgo de derrumbamientos y dificultará las labores de rescate.

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Como explica el profesor Nitescu, los sismos no se pueden evitar ni predecir. "El movimiento de las placas sigue y hay energía elástica que se acumula y en algún momento se dispara y causa estos tipos de terremotos".

Como son inevitables, los gobiernos alrededor del mundo deben, por un lado, hacer simulacros para preparar a su población, pero principalmente implementar códigos de construcción para tener estructuras resistentes a alguna intensidad del movimiento del suelo.

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“En Siria, muchas estructuras ya están debilitadas por más de una década de guerra”, ha declarado Bill McGuire, profesor emérito de Ciencias de la Tierra en a Univeristy College de Londres, al SMC de Reino Unido. “No me sorprendería una cifra final de miles de muertos. Se han producido docenas de réplicas importantes tras el seísmo principal, pudiendo provocar el derrumbe de edificios ya dañados”, ha previsto el experto, según declaraciones que recoge la Agencia Sinc.

REDACCIÓN CIENCIA*