Un equipo internacional de investigadores acaba de describir una nueva especie fósil que representa al antiguo precursor de la mayoría de los reptiles modernos. Según publican en la revista 'Nature', se trata del miembro más primitivo de los lepidosaurios, el Taytalura alcoberi, hallado en los yacimientos del Triásico Tardío de Argentina por el paleontólogo Ricardo Martínez, de la Universidad Nacional de San Juan y conservador del Instituto y Museo de Ciencias Naturales.
Un nombre que proviene de las palabras tayta o ‘padre’ en idioma quechua y lura, ‘lagarto’ en idioma Kakán, hablado por los diaguitas, del noroeste argentino. Es decir, el ‘padre de los lagartos’. Es el primer fósil de lepidosaurio primitivo conservado en tres dimensiones, lo que les ha permitido a los científicos inferir con gran seguridad su ubicación en el árbol evolutivo de los reptiles y contribuye a cerrar la brecha del conocimiento sobre el origen y la evolución temprana de los lepidosaurios.
Los lagartos y las serpientes son un componente clave de la mayoría de los ecosistemas terrestres actuales. Junto con el carismático tuatara de Nueva Zelanda (un ‘fósil viviente’ representado por una única especie viva), los escamosos (todos los lagartos y serpientes) constituyen Lepidosauria, el mayor grupo de vertebrados terrestres del planeta en la actualidad, con aproximadamente 11.000 especies, y con diferencia el mayor grupo moderno de reptiles.
Tanto los escamosos como las tuataras tienen una historia evolutiva extremadamente larga. Sus linajes son más antiguos que los de los dedinosaurios, ya que se originaron y divergieron entre sí en algún momento hace unos 260 millones de años.
Sin embargo, la fase inicial de la evolución de los lepidosaurios, hace entre 260 y 150 millones de años, está marcada por fósiles muy fragmentados –hallados en su mayoría en el hemisferio norte– que no aportan muchos datos útiles para entender su evolución temprana, lo que ha dejado los orígenes de este grupo de animales tan diverso sumidos en el misterio durante décadas.
El descubrimiento del Taytalura en Argentina aclara el panorama. “Este es el lepidosaurio más antiguo encontrado en América del Sur”, le dijo a la agencia Sinc el paleontólogo brasileño Tiago Rodrigues Simões, especialista en el estudio de estas criaturas. “Lo que sugiere que los lepidosaurios pudieron haber migrado a través de regiones geográficas muy distantes al principio de su historia evolutiva”.
El cráneo articulado de este reptil primitivo es pequeño –mide solo 3 centímetros–, pero está completo y se ha preservado tridimensionalmente, algo inusual en este tipo de fósiles tan pequeños y frágiles. Está ampliado hacia atrás como el de un camaleón, posee grandes órbitas y los huesos están adornados con huecos pequeños. “Es un fósil fascinante”, asegura el paleontólogo Sebastián Apesteguía, que también participó en el estudio.
“La historia de los primeros lepidosaurios hasta ahora solo había sido contada a partir de fósiles hallados en Europa. En ese momento, los continentes formaban una sola masa continental, Pangea, con extensos desiertos. Por lo que es entendible que haya también registros en estas latitudes: la evolución del grupo no solo ocurrió en el hemisferio norte”.
Los investigadores estiman que el Taytalura debe de haber medido unos 15 centímetros de largo, más o menos como una lagartija actual. Los dientes pequeños y las mandíbulas ligeras sugieren que el animal se alimentaba de pequeños insectos como escarabajos, en una época en la que en la zona abundaban helechos, coníferas y plantas con semillas.
Martínez encontró el fósil en un sector del Parque Provincial Ischigualasto llamado Cancha de Bochas –caracterizado por rocas sedimentarias con forma de bolas de cañón–, en la misma zona donde en los años 50 fueron recolectados los restos del Herrerasaurus. El Taytalura habría convivido con esta especie de dinosaurios carnívoros, moviéndose velozmente incluso bajo la sombra de otros enormes animales de cuatro patas lejanamente emparentados con los actuales cocodrilos: los rauisuquios.
En sus más de 250 millones de años de existencia, los lepidosaurios han mostrado una gran plasticidad evolutiva. Han sobrevivido a tres de las cinco grandes extinciones masivas en la historia de la Tierra y, gracias a increíbles cambios morfológicos, con el tiempo aprendieron a nadar, a planear para cazar insectos, a generar venenos y a mimetizarse con el entorno. Incluso pueden correr sobre el agua.
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REDACCIÓN CIENCIA
* Con información de la Agencia Sinc y Europa Press