Los secretos que llevaron al Colegio La Giralda, en Bogotá, a ser finalista en premios mundiales de educación

"Estamos de fiesta". Con estas palabras, Serafín Ordoñez, rector del Colegio La Giralda de Bogotá, ubicado en el barrio Las Cruces, resume el sentimiento que se vive en la comunidad estudiantil luego de que el pasado 13 de junio se les informó que hacen parte de un selecto grupo de 10 escuelas preseleccionadas para los World’s Best School Prizes 2024, los premios que destacan las mejores instituciones educativas del mundo.

Este reconocimiento lo comparte La Giralda con la Institución Educativa Comercial de Envigado (ambos colegios son públicos), plantel que también logró ser finalista. Ambas escuelas esperan llevarse la máxima distinción, que se conocerá hasta finales del 2024.

EL TIEMPO diálogo con Ordoñez, rector del Colegio La Giralda, para conocer cómo funciona la iniciativa pedagógica por la cual resultaron ser finalistas de los World’s Best School Prizes 2024, creados por la plataforma T4 Education, en colaboración con Accenture, American Express y la Fundación Lemann, para destacar el trabajo de las instituciones que juegan un papel fundamental en el desarrollo de la próxima generación y por su enorme contribución al progreso de la sociedad.

El rector, quien lleva siete años al frente del colegio, explica que el modelo educativo busca reducir significativamente los conflictos y fomentar la resiliencia de los 1.4000 estudiantes que hacen parte de la institución académica.

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Con una emoción grandísima. Ustedes no se imaginan el nivel de sentimientos. Ayer (jueves 13 de junio) en la mañana cuando abrimos el link (donde informan los finalistas) esperábamos ver el nombre del colegio en la pantalla, y al ver la bandera de Colombia y el nombre del colegio, fue una emoción que realmente nos hizo llorar. La comunidad está feliz y muy orgullosa de este logro, porque sabemos que no es solo del colegio, sino también de la educación en Bogotá y en Colombia.

Nosotros estamos en la categoría de 'Desarrollo de Vidas Saludables'. Cuando los niños regresaron de la pandemia llegaron con un número alto de situaciones a nivel emocional y de riesgos psicosociales. Eso nos llevó a pensar que debíamos hacer algo por los estudiantes y empezamos a trabajar fuertemente en todo el tema de desarrollo socioemocional desde un marco de competencias. Pensamos en la necesidad de un espacio concreto en el que pudiésemos trabajar en los momentos de crisis, bien sea por mal manejo de la ira, por depresión o por diferentes situaciones familiares o escolares que afrontan los niños. Y por eso en 2021-2022 se inauguró el gimnasio, que ha logrado, por ejemplo, llegar al 96 por ciento en promoción escolar y mantener la deserción escolar en un 1 por ciento.

El proyecto se llama 'Gimnasio Socioemocional' y tiene tres fases básicas: La primera es identificar las necesidades y objetivos con los estudiantes en cuanto a la organización de un espacio físico para la puesta en práctica del desarrollo de competencias socioemocionales y formación de líderes en este aspecto. En la segunda fase buscamos todo el tema de recursos económicos y colaboradores externos, como la Secretaría de Educación para poder montar el gimnasio. Y por último se integró iniciativas de memoria histórica y agricultura urbana que se unen para todo el desarrollo socioemocional de los estudiantes.

Hay cuatro estaciones en el gimnasio. En la primera se trabajan las competencias conmigo mismo. Los estudiantes tienen la posibilidad, por ejemplo, de utilizar unos guantes y pegarles a unas bolsas de boxeo cuando sienten ira. Todo esto supervisado por estudiantes líderes, que los guían mediante pruebas de respiración y relajación. En la segunda estación trabajamos ejercicios de yoga y de meditación para que los estudiantes interioricen muchas situaciones. En la tercera trabajamos con conflictos entre estudiantes y familiares, ayudándoles en competencias como la empatía. Y la cuarta estación se llama 'Con Nuestros Desafíos', donde ponemos diferentes retos para que los estudiantes experimenten la frustración y luego puedan encontrar soluciones. Es así como les hablamos de proyectos de vida y cómo alcanzar las metas.

Esa idea nace en un comité directivo, una reunión donde analizamos los datos tan altos que teníamos a nivel convivencial en 2021, cuando regresan los niños de la pandemia. Se nos disparó mucho el tema de convivencia, depresión y de riesgo psicosocial. Eso nos llevó a pensar en estrategias, y una de las orientadoras nos dijo: ‘¿Por qué no montamos un espacio donde los estudiantes desarrollen de forma práctica sus competencias’? Entonces se nos ocurrió la idea de un gimnasio, pero con enfoque socioemocional.

Hay dos causas generales que observamos cuando regresaron los niños de la pandemia. Uno era todas las situaciones de conflicto familiar que se vivieron cuando estuvimos en cuarentena. Perdieron mucho el proceso de desarrollo social, es decir, el encuentro con el otro, con el amigo, con el compañero. Regresaron con estados como intolerancia, como de agresividad y demás, y les generaba mucha depresión cualquier situación que se presentaba. Y, por otro lado, el tema de las redes sociales generó problemas porque los niños veían que sus compañeros no les daban 'me gusta' en sus fotos o que veían algún tipo de comentario negativo, y eso comenzó a afectar. Afortunadamente hemos logrado equilibrar el tema emocional en ellos y reducir en un 67 por ciento el conflicto escolar el año pasado.

Lo que sucedió ayer (13 de junio) nos unió mucho como comunidad, nos unió mucho como familia y nos impulsa también no solamente a pensarnos en ese primer lugar, en este proceso internacional, sino a mejorar todos los procesos académicos. Nosotros actualmente estamos exponiendo resultados de pruebas para la categoría A, que es muy bueno. El colegio tiene 22 años de existencia y comenzamos en la categoría más baja y ahora ya estamos en la A  (demuestra que la educación es de alto nivel).

CAMILO PEÑA CASTAÑEDA - SUBEDITOR VIDA DE HOY 

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