Hace unas semanas se conocieron varias denuncias en contra de un profesor Bogotá señalado de haber abusado de varias estudiantes dentro de una institución oficial de la ciudad.
Como padres de familia, es importante conocer las señales de alarma que puedan revelar que algo fuera de orden está ocurriendo con sus hijos al interior de los colegios, en especial porque se trata del espacio donde más tiempo del día pasan los menores, además del hogar.
Pero así mismo, los docentes pueden identificar si la violencia en contra del menor ocurre al interior de su casa, para lo cual es importante estar alerta a cualquier signo de alarma.
Ante esto, Óscar Loaiza, docente de la Especialización en Psicología Forense y Criminal de la Fundación Universitaria Konrad Lorenz , señaló que “hablar de la prevención de esta problemática implica tener en consideración tres niveles importantes: el primero hace referencia al antes de que el abuso ocurra; el segundo, implica la identificación de factores de riesgo y detección y, el tercero, luego de ocurrido el abuso sexual, el acompañamiento y atención integral de las víctimas y las familias”.
De acuerdo con Loaiza, la clave de la eficacia y efectividad de los programas de prevención del abuso sexual en el contexto educativo está relacionada con proporcionar información sobre educación sexual, respeto de derechos sexuales y reproductivos y conocimiento del cuerpo y de la interacción entre las personas.
Pero esto no solo es un trabajo que deben hacer los estudiantes en el colegio, sino es una responsabilidad de los docentes, los directivos y los padres de familia.
Muchos de los factores de riesgo que desembocan en abusos sexuales en la escuela provienen de las vivencias de socialización de los niños y jóvenes en sus hogares, esto además exige voluntad política de las acciones públicas que integren a todos los involucrados en el contexto escolar, sostiene el experto.
Señales de alarma
Loaiza explica que dentro de la psicología forense, existen factores de riesgo ambientales, sociales y familiares, a los cuales se les debe prestar atención para identificar cualquier señal de alarma.
Es importante resaltar que la presencia de alguno de estos factores no es indicador necesariamente de que esté sucediendo abuso sexual con el niño, más bien es un factor de riesgo que se debe tener en cuenta junto a otros para aumentar el cuidado con los niños.
Así mismo, el psicólogo asegura que “la cercanía afectiva y la comunicación abierta franca y sin tabúes con los hijos es uno de los principales factores protectores frente al abuso sexual infantil”.
En cuanto a los factores sociales, estos tienen que ver con las personas con las que se rodean y mantienen o los niños. Las señales de alarma, de acuerdo con Loaiza en estos casos son:
- Personas que ofrezcan regalos, dádivas o recompensas a los niños.
- Comportamientos confusos o ambivalentes de otros adultos hacia los niños.
- Identificar personas que pueden ser agresivas con los más débiles o con los menores.
- Dificultades para relacionarse con otras personas de su misma edad o contemporáneas.
- Actitudes machistas o sexistas.
- Uso excesivo de dispositivos electrónicos y redes sociales.
En cuanto a los factores familiares que podrían alertar algún caso de abuso se encuentran:
- Familias que muestran violencia en sus interacciones.
- Delegación de figura materna a uno/a de los/as hijas mayores.
- Distanciamiento físico y afectivo de los padres con los hijos.
- Relaciones desiguales de poder en el hogar.
- Dinámicas machistas de interacción en el hogar.
- Fallecimiento o ausencia de uno de los progenitores.
- Relaciones disfuncionales de pareja.
Finalmente, en cuanto a riesgos ambientales se encuentran:
- Convivencia múltiple (vivir con familiares).
- Convivencia con terceros ajenos a la familia.
- Hacinamiento en las casas.
- Vivir en albergues, refugios o inquilinatos.
- Que el niño comparta la habitación con otra persona.
- Falta de intimidad para bañarse y vestirse.
REDACCIÓN EDUCACIÓN
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