La percepción, creencias y la forma en que los padres ven el mundo afectan de manera directa el rendimiento escolar de los adolescentes. Así lo señala un reciente estudio de la Universidad Nacional, elaborado por el investigador Juan Miguel Morales Castillo en su tesis doctoral de Psicología.
En la investigación, Morales estudió la relación entre el rendimiento académico de los jóvenes y las creencias de los padres, y concluyó que esto afectaría la manera en que los estudiantes afrontan no solo sus estudios sino la manera en que se relacionan en el ambiente escolar.
De acuerdo con el estudio, todo este proceso está mediado por los métodos de crianza, los cuales influyen en las habilidades de supervivencia, relacionamiento social y el aprendizaje.
De esta manera, se pudo evidenciar que la manera en que los padres ven el mundo a través de su experiencia humana afecta lo que piensan de sí mismos y de sus hijos.
“Lo que los padres piensan puede asociarse a la manera en que los hijos manejan sus dificultades en el contexto académico y estas dos cosas le aportan a la comprensión del rendimiento escolar de los hijos adolescentes, tanto en términos de notas como en ajustes a la vida escolar”, asegura el investigador.
En el estudio participaron 1.041 encuestados, entre padres y estudiantes adolescentes de entre 11 y 14 años de edad. A los adultos se les preguntó sobre la perspectiva de los padres en torno al fracaso como oportunidad, la autoeficacia parental, lo que piensan acerca de las capacidades de sus hijos para desempeñarse en el contexto académico.
Por su parte, a los jóvenes se les cuestionó acerca de cómo enfrentan el contexto escolar, no solo en temas de estudio sino de relaciones interpersonales con pares y maestros, así como su desempeño académico.
Uno de los puntos que más llama la atención de la investigación es el tema del fracaso y cómo se desenvuelven los adolescentes en ese contexto. Morales encontró que hay factores que determinan que algunos casos sean más positivos que otros.
Por ejemplo, se encontró que la conducta de los padres podría llevar a los hijos a tomar actitudes como la autocompasión o el cubrimiento (ocultar o culpar a otros por los resultados negativos).
En cambio, se encontraron casos en los que los jóvenes lograban entender y adaptarse de manera adecuada a los cambios y malos resultados académicos. Todo esto basado en lo que los adolescentes perciben como dinámicas de enseñanza y aprendizaje.
EDUCACIÓN - @EducaciónET