Mineducación: la escuela es un lugar más seguro que otros entornos

El inicio del mes de julio marca el fin del periodo de vacaciones de mitad de año y el regreso a las aulas enmarcado en el proceso de reactivación en que está inmerso el país, como fue establecido por el Ministerio de Educación en la directiva 5, donde estipuló que en este mes se debe empezar con la presencialidad plena y solo en casos excepcionales será posible prestar el servicio educativo en la modalidad de alternancia.

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Para el Gobierno Nacional es claro que el regreso a las clases presenciales es urgente si se quiere mitigar posibles efectos adversos para los niños como el incremento en las brechas de aprendizaje y los efectos emocionales perjudiciales y que si se hace con protocolos de bioseguridad es viable y seguro.

Así lo explica la ministra de Educación, María Victoria Angulo, quien afirma que con las medidas adecuadas es posible mitigar los riesgos de contagio en estos ambientes.

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Los entornos escolares presenciales son el espacio natural para el desarrollo integral de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes; la evidencia científica y las experiencias de Colombia y de otros países nos muestran que es necesario regresar a las aulas de clases con protocolo de bioseguridad y que el regreso no implica un mayor riesgo comunitario respecto a la transmisión del covid-19.

Desde el punto de vista académico y pedagógico la interacción presencial entre alumnos y con sus profesores hace posible equidad en los contenidos para todos los estudiantes. Los espacios que ha vivido el sistema educativo fuera de las aulas han implicado muchos retos para que los maestros puedan interactuar de una manera efectiva con los estudiantes según las diferentes condiciones territoriales del país.

Las posibilidades de un presente y un futuro para los niños más vulnerables de esta generación se aumentan con el regreso a las clases de manera presencial en las aulas; con toda claridad la Unicef recomienda que las escuelas sean las primeras en abrir y las últimas en cerrar.

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La escuela es un entorno protector por excelencia y está demostrado que, con la aplicación del protocolo de bioseguridad, se mitigan los riesgos de contagio de covid-19, y que incluso la escuela es un lugar más seguro que otros entornos familiares o sociales en los que interactúan los niños y jóvenes.

Finalmente, el regreso también permitirá mitigar otros riesgos de maltrato infantil, abuso, deserción escolar, trabajo infantil, que son mayores cuando los niños no asisten a la escuela.

Desde hace un año el sector se ha venido preparando para que el servicio educativo se preste de manera presencial con protocolo de bioseguridad, tanto en los colegios oficiales como en los privados. Así se ha convocado a los departamentos, distritos y municipios para que la oferta educativa que ofrecen pueda estar disponible para el 100 por ciento de los estudiantes, a partir del regreso del receso estudiantil de mitad de año.

Esto implicará que a todos los niños y jóvenes se les debe ofrecer la posibilidad para que regresen a las aulas, bajo el cumplimiento del protocolo de bioseguridad y de acuerdo con los aforos que sean posibles conservando un metro de distanciamiento físico, lo cual puede implicar que la oferta educativa en algunos colegios deba realizar adecuaciones porque no todos los estudiantes podrán estar de manera simultánea.

El regreso de los estudiantes a clases presenciales inicia el 6 de julio y cada semana de julio según el calendario de clases de los departamentos, distritos y municipios se irán sumando entidades territoriales que regresan en presencialidad acorde a sus calendarios en todo el país, hasta llegar así a ofrecer el servicio educativo para el segundo semestre del año a los cerca de 9.819.942 estudiantes que se encuentran matriculados en el sistema educativo de manera presencial.

Desde el mes de septiembre del año pasado el país inició con experiencias piloto de clases presenciales con alternancia, que lograron llegar al 70 por ciento del territorio nacional. De igual manera, durante el primer semestre de 2021 el 42,3 por ciento de las instituciones educativas del país ofrecieron clases presenciales con alternancia y de esta experiencia, participaron cerca de 2 millones de los estudiantes matriculados.

Las gobernaciones, distritos y municipios en su calidad de responsables de la prestación del servicio educativo, han hecho un esfuerzo importante para preparar las condiciones curriculares y de bioseguridad para el regreso a clases presenciales en la totalidad de las instituciones educativas oficiales y también lo han hecho los colegios privados, de tal manera, que a partir del segundo semestre del año escolar todas las familias y sus hijos puedan acceder nuevamente a clases presenciales.

Mitigar el impacto que la ausencia de los entornos escolares ha generado en los niños y jóvenes, es una prioridad de salud pública como lo ha definido el gobierno nacional y por ello se ha orientado el regreso al servicio educativo presencial con protocolo de bioseguridad y en esta decisión se coincide con organismos como Unicef, Unesco y otras autoridades y organismos nacionales e internacionales, así como países que desde hace varios meses cuentan con presencialidad en su sistema educativo y que han demostrado que el retorno con los protocolos de bioseguridad es viable, urgente y oportuno.

La importancia del retorno a clases presenciales tiene que ver con evitar y mitigar que continúen las afectaciones que se han presentado, tales como el incremento en las brechas de aprendizaje y los efectos emocionales perjudiciales como ansiedad, estrés, depresión, dificultad para la resolución de conflictos, además de los riesgos de maltrato y en algunos casos nutricionales.

El sistema educativo tiene el gran reto de dinamizar aprendizajes, al mismo tiempo que realizar las innovaciones que permitan un abordaje integral que acompañe a los niños y jóvenes luego de varios meses sin clases presenciales; de esta manera, los colegios continuarán siendo esos entornos donde los niños se sientan seguros, queridos y animados a retomar aprendizajes para la vida.

Las condiciones de bioseguridad en los colegios se deben ofrecer para los estudiantes, para los profesores y para todas las demás personas que laboran en las instituciones educativas, por ello, la condición fundamental para volver a las clases presenciales es que se cuente con el protocolo de bioseguridad que está definido en la Resolución 777 de 2021 y que incluye el lavado de manos con agua y jabón, el distanciamiento físico de un metro, la ventilación de los espacios, el uso correcto del tapabocas y condiciones de aseo y desinfección.

Además del protocolo de bioseguridad, el Plan Nacional de Vacunación priorizó a todos los maestros y personal que labora en las instituciones educativas oficiales y privadas para que fueran vacunados contra el covid-19, así en la etapa 2 del plan se ofreció la vacunación para todos los maestros mayores de 60 años y desde la tercera semana del mes de mayo, se ofreció la vacunación para la totalidad de los docentes y personal istrativo y logístico que labora en las instituciones educativas oficiales y privadas del país.

En este contexto, las familias pueden tener la certeza de que el Gobierno Nacional y los Gobiernos Territoriales hemos trabajado en equipo junto con los directivos docentes y los maestros para que sus hijos puedan regresar a instituciones educativas que implementan el protocolo de bioseguridad y con la participación de los padres, madres y cuidadores, a quienes les corresponde brindar apoyo y confianza en sus hijos, lograremos en equipo mejores condiciones para el aprendizaje, el desarrollo integral y la construcción del proyecto de vida de cada uno de los niños y jóvenes.

La vigilancia al cumplimiento del protocolo de bioseguridad será realizada por las Secretarías de Educación de cada departamento, distrito y municipio, con el apoyo de la vigilancia sanitaria que realizan las Secretarías de Salud. En este mismo sentido, los padres de familia son veedores y partícipes en el cumplimiento del protocolo de bioseguridad.

En cuanto a inversión para el protocolo de bioseguridad destacamos que el Gobierno Nacional, asignó 400 mil millones del Fondo de Mitigación de Emergencias para que las 96 Entidades Territoriales Certificadas (ETC) realizaran las adecuaciones e implementaran el protocolo, incluyendo la compra y dotación de elementos de protección personal para docentes, directivos y alumnos, esquemas de lavado de manos, aseo y desinfección y para la realización de adecuaciones para que las sedes cuenten con agua, ventilación y señalización adecuada.

También se asignaron recursos adicionales a los Fondos de Recursos Educativos (187 mil millones en 2020, para un total de $746 mil millones asignados), para que los rectores de cada institución realicen las adecuaciones y acciones requeridas para la implementación del protocolo, recursos a los que se suman más de $200 mil millones que han permitido avanzar con 689 obras de mejoramientos de infraestructura educativa en zonas rurales; a la vez los departamentos, distritos y municipios también han realizado inversiones con recursos propios, recursos del Sistema General de Participaciones, de regalías, entre otros, para la implementación del protocolo de bioseguridad en los colegios oficiales.

REDACCIÓN EL TIEMPO