En mayo se conmemoró el séptimo aniversario de la expedición de la Carta Encíclica Laudato Sí del Papa Francisco, en la que nos invita a hacer realidad una nueva perspectiva de la ecología que denomina integral, y del desarrollo sostenible.
Para ello, en materia educativa, propone adelantar una educación ambiental para generar una ciudadanía ecológica que supere el actual enfoque ambientalista de información científica, concientización y prevención de los riesgos ambientales, enriqueciéndolo con una crítica a los mitos de la modernidad basados en el individualismo, el crecimiento indefinido, la competencia, el consumismo y el mercado sin reglas.
El Papa propone recuperar los distintos niveles de equilibrio ecológico: interno con uno mismo, solidario con los demás, natural con todos los seres vivos, y espiritual con Dios.
Coincide este aniversario con la aprobación en las Naciones Unidas, ese mismo año, el 25 de septiembre, de una Agenda para el Desarrollo Sostenible a 15 años (2030). La ONU estableció un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que busque fortalecer la paz universal dentro de un concepto más amplio de la libertad, erradicar la pobreza en todas sus formas y el desarrollo sostenible en sus tres dimensiones: económica, social y ambiental. Para materializar esta agenda, se establecieron los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible y 169 metas.
En este contexto, el concurso innovador y audaz de todos los actores gubernamentales y sociales, y especialmente el de las instituciones educativas, es imprescindible para un necesario cambio cultural en la humanidad.
Las universidades han venido incluyendo en sus proyectos educativos institucionales su compromiso: modificando e incorporando estas visiones en los currículos de pregrado y posgrado; creando nuevos programas académicos, especialmente de posgrado, con líneas y proyectos de investigación, innovación y creación, y en las actividades de consultoría, educación permanente y proyección social. A ello se han sumado con reflexiones sobre el necesario entendimiento y alcance de los ODS, y con formas de medición que dan cuenta de los logros y de las brechas en su realización.
Un buen referente de la forma como las universidades colombianas han asumido este compromiso vital, lo otorga el reciente Impact Rankings THE que da cuenta de la contribución al logro del desarrollo sostenible de 1.406 universidades en el mundo, en donde se destacan 21 universidades colombianas y valora la contribución de la Universidad Javeriana, principalmente, en tres ODS, en el nivel mundial: Paz, justicia e instituciones fuertes (puesto 35), agua limpia (puesto 59) y acción por el clima (puesto 80).
Resulta fundamental continuar y reforzar el compromiso de todos, en estos 8 años que restan para el 2030 en pos de lograr las metas formuladas en los ODS. No tiene cabida bajar la guardia o dejarnos derrotar por el pesimismo.
PADRE JORGE HUMBERTO PELÁEZ S.J
Rector de la Pontificia Universidad Javeriana*
Para EL TIEMPO