Recientemente fui invitada como tallerista a la conferencia ASBUnplugged, en Bombay (India), donde escuché las ideas del ‘futurista’ Scott Klososky, quien compartió predicciones basadas en análisis muy profundos de corrientes tecnológicas, sociales y económicas de las últimas décadas. Todas apuntan a que la educación tiene que cambiar para que realmente preparemos a nuestros jóvenes para el mundo que viene.
Según Klososky, la
inteligencia artificial se está desarrollando tan rápidamente que veremos en los próximos años hasta un microchip que aumenta la inteligencia humana. En todo el mundo, los trabajos están siendo automatizados tan rápido como los seres humanos puedan crear nuevas tecnologías.
Esto señala que los trabajos que se requerirán en las próximas décadas serán los que implican creatividad e innovación de un ser humano.
Dice Yong Zhao, en su libro World Class Learners, que los jóvenes que prosperen serán los emprendedores que creen su propio camino en lugar de buscar un puesto de trabajo. Klososky sugiere que este camino tiene que incluir la tecnología y la capacidad de hablar su idioma: la programación.
Para él, el impacto en la educación es claro: ya no tiene ningún sentido enseñar a nuestros estudiantes cosas que una máquina puede hacer más rápidamente y con resultados más exactos.
Aunque no recomiendo eliminar materias como el álgebra del currículo escolar hasta que desaparezca de las pruebas de Estado; es cierto que hay muchas cosas en el programa académico que pueden ser hechas por una máquina o contestadas por
Google. Esto debe traer cambios en lo que enseñamos y en las habilidades que fomentamos. Personalmente, quiero creer que trabajos fundamentalmente humanos seguirán en manos de humanos, como la educación y los servicios sociales.
Lo que necesitamos, entonces, es una educación que prepare a nuestros estudiantes a convivir con la tecnología y manejarla para mejorar la experiencia humana. Los que saben innovar y tienen un espíritu de emprendimiento nos ofrecerán sistemas y posibilidades nuevas, que vendrán de su capacidad de resolver problemas creativamente.
Pero todo eso requiere prioridades diferentes en la educación en todos niveles y una enseñanza que fomente las habilidades que las máquinas no pueden duplicar.
JENNIFER D. KLEIN
Rectora Colegio Los Caobos