De acuerdo con Unicef el país sigue presentando a diario reclutamiento de niños para el conflicto, con más de 16.000 casos reportados entre 1990 y 2017, juntos con otros tipos de violencia.
Además, señaló la organización que "más de 21.000 niños y niñas sufrieron desnutrición aguda en el 2022, más de dos millones no acceden a agua potable y se estima que más de 2 millones no accedieron a la educación ese mismo año".
Durante la conmemoración de los 34 años de la promulgación de la Convención sobre los Derechos de los Niños, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en Colombia, reconoció que en el país, a pesar de los avances para garantizar que los niños, niñas y adolescentes crezcan en entornos protectores, todavía persisten distintos problemas que afectan a la población infantil colombiana.
Tanya Chapuisat, representante de Unicef en Colombia, habló con EL TIEMPO sobre las problemáticas que más inciden en la infancia del país, los retos que tiene Colombia para enfrentar estas amenazas, y cómo está actuando la organización internacional en apoyar a que se resuelvan estas problemáticas.
¿Cuál es el panorama de las problemáticas que tiene la niñez en Colombia detectadas en el último año?
Siguen lastimosamente unos elementos de violencia, agresiones de grupos armados. Seguimos con números muy altos de niños reclutados. También continuamos con asuntos como la malnutrición en Colombia. Y siguen los casos de falta de oportunidades. Desde Unicef nosotros nos referimos a oportunidades como la educación, específicamente en reforzar los hábitos de lectura.
¿Cómo trabaja Unicef para apoyar en la solución de estas problemáticas?
Para nosotros es clave trabajar con los gobiernos y toda su política para apoyarlos, para que ellos puedan responder a las obligaciones de los derechos de la niñez. Además del Gobierno, tenemos muchos socios de la sociedad civil con quienes trabajamos en todas partes del país. Y también con comunidades algunas veces. Vemos que sí realmente podemos hacer un cambio, por ejemplo, en temas de malnutrición. Para ello estamos trabajando con las comunidades directamente.
¿Qué territorios específicos consideran ustedes que requieren mayor atención?
Nosotros tenemos seis oficinas en el país, pero esto no quiere decir que donde estamos presentes es únicamente donde hay problemas. Lastimosamente, creo que hay un tipo de flagelo en casi todas las partes del país, por ejemplo, cuando hablamos de cambio climático, violencia por grupos armados, educación y malnutrición, y agua y saneamiento.
Pero ¿tienen un trabajo especial en alguna región del país?
La Guajira es el caso más conocido por los reportes de malnutrición en Colombia, pero al final no es el único lugar donde se presenta esta problemática. Existen otros lugares donde hay población rural, muy alejados, y donde encontramos niveles más altos de malnutrición. En La Guajira estamos trabajando mucho en el tema con los hospitales y también con todos los socios de la comunidad para llegar a los niños y ver si podemos hacer un cambio para que ellos sanen, para que podamos realmente darle una solución a este tema de malnutrición.
¿Cómo afecta a la niñez la llegada del fenómeno de El Niño a Colombia?
Como siempre los impactos del cambio del clima son muy fuertes. Hay un elemento de sequía y este tiene un impacto en la nutrición de la niñez. Pero en otros lugares no solamente es falta de agua, también hay tormentas muy fuertes y pueden impactar, como lo estamos viendo, en La Guajira. Los dos extremos tendrían un impacto directo en la salud de la niñez.
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