La muerte de una mascota es, sin lugar a dudas, uno de los momentos más difíciles para quienes disfrutamos de la compañía de un perro o un gato. A pesar de que las personas adultas tenemos un concepto relativamente claro acerca de la vida y la muerte, y acerca de lo finita que puede ser la vida, no deja de ser un momento doloroso que, en la mayoría de las ocasiones, merece un proceso de duelo.}
Para los niños, perder a su mejor amigo es igual o más doloroso, ya que ellos pueden no tener claro el concepto de la muerte y este proceso puede generar muchas preguntas que vale la pena resolver con ayuda profesional.
Tener una mascota trae un sinnúmero de beneficios para los niños. Los principales tienen que ver con enseñar el respeto y cuidado hacia otras formas de vida, mejora en la socialización de los niños, reducción del estrés y la timidez, actividad física y generación de rutinas. Por este motivo, muchos profesionales de la salud humana recomiendan que los niños crezcan en compañía de mascotas o que, por lo menos, tengan o frecuente con ellos.
A pesar de los múltiples beneficios, las mascotas, lamentablemente, no perduran durante toda la vida y en algún momento pueden morir dejando el vacío en las familias y muchas preguntas en los niños.
Según la psicóloga pediatra Camila Moreno, “crecer con una mascota trae incontables beneficios para los menores, y uno de los más frecuentes es aprender a entender el mundo y tener en cuenta diferentes sentimientos, dentro de los cuales, obviamente, podemos encontrar el dolor, la pérdida y el duelo”.
“Todos o la gran mayoría de nosotros tenemos un recuerdo con alguna mascota que nos marcó la vida y que dejó un gran vacío cuando murió. Siempre habrá un lugar especial para esos seres que solo nos ofrecen amor y cariño”, agrega Camila Moreno.
Explicaciones según la edad
De acuerdo con la especialista, “no es lo mismo explicar la muerte de una mascota a un niño menor a 5 años que a un niño de 10 años o más, ya que cada edad y cada etapa de vida viene con ciertos aprendizajes y cierta capacidad para entender conceptos tan difíciles como la muerte”.
Existen edades en las que las emociones se encuentran en proceso de desarrollo y los niños pueden ser más o menos vulnerables a ciertos estímulos según la edad.
“Los niños de hasta 3 años pueden no notar con claridad la ausencia de una mascota; sin embargo, de los 3 a los 5 años ellos ya pueden notar no solo la ausencia de la mascota, sino también la tristeza de otros de la familia”, explica la psicóloga y añade “ya en edades más avanzadas, los niños no solo son conscientes de los sentimientos y emociones, sino que las viven de forma más intensa”.
Algunos consejos
Dos de las recomendaciones más importantes son la de no enmascarar o esconder los propios de los sentimientos por miedo a que los niños lo perciban y, además, no invalidar las emociones de los niños.
“Perder una mascota es como perder a un gran amigo y si los padres o la familia invalidan al niño o no le permiten expresarse con libertad, pueden estar dando lugar a niños contenidos, que se reprimen y que no saben como gestionar sus emociones”, comenta Camila Moreno.
Otras recomendaciones de la profesional tienen que ver con hablar del tema con total naturalidad explicando que todas las vidas van a llegar a un momento en el que se van a apagar y que es un ciclo normal, y, adicionalmente, responder todas las preguntas que los menores puedan tener.
También vale la pena crear rituales de duelo como santuarios con fotografías, cajas con recuerdos o sembrar árboles en memoria de la mascota, todo esto permitirá que el recuerdo doloroso se transforme en una experiencia de profundo amor y agradecimiento.
Agrega la psicóloga infantil que “a los niños ya más grandes se les puede explicar con claridad el concepto de vida y muerte, siempre sin usar eufemismos y hablando con la terminología correcta para evitar confusiones”.
Si bien muchas veces los padres pueden manejar estas situaciones en casa y con la ayuda de lecturas o literatura, siempre conviene recibir ayuda de un profesional en el área para llevar el proceso de una forma más natural y comprensible.
¿Una nueva mascota?
Parte importante de educar a los niños en materia del duelo por la pérdida de una mascota es darles espacio y tiempo para que vivan el dolor y elaboren el duelo. Algunos padres creen que la mejor solución es adquirir una nueva mascota, pero “esto puede hacer que los niños crezcan con un concepto erróneo del valor de la vida y puedan creer que es fácil reemplazar un sentimiento con otro nuevo o con un nuevo objeto”.
En este sentido, lo más recomendable y dar el tiempo suficiente al menor para que entienda y se recupere de la muerte de la mascota, para luego si optar por traer un nuevo integrante al hogar.
GABRIEL GARCÍA - PARA EL TIEMPO