Hachiko, el perro más fiel del mundo, cumpliría 100: esta es su conmovedora historia

La paciencia del animal por esperar a su dueño fallecido le valió el reconocimiento mundial.

Hachiko junto a su familia. Foto: Archivo particular.

PERIODISTA03.07.2023 06:48 Actualizado: 03.07.2023 07:35

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Hachiko, el canino de raza Akita que permaneció durante 10 años esperando el regreso de su dueño, cumpliría 100 años en este 2023. Murió en el siglo XX, pero varios han recordado la fecha para conmemorar al que se considera como el perro más fiel del mundo.

(En contexto: 'Hachiko' y perros que amaron a sus dueños hasta después de la muerte).

Tal vez es la historia más famosa de lealtad en todo el mundo y que ha sido llevada a la pantalla grande. La primera película realizada fue Hachikō Monogatari, cuya adaptación estadounidense se tituló Siempre a tu lado, Hachiko.

Los protagonistas de la verdadera historia fueron Hachiko y su amo Hidesaburō Ueno, un profesor de Japón que lo adoptó en 1924 con un año de vida. El perro estableció una conexión inigualable y sin falta recogía al hombre todos los días en la estación de tren cuando volvía del trabajo.

La mascota hacía, siempre, el mismo recorrido con su dueño, hasta que un día el profesor sufrió una hemorragia cerebral mientras dictaba clases en la Universidad de Tokio. Ello le provocó la muerte el 21 de mayo de 1925.

(Puede leer: Caramelo, el 'Hachiko' mexicano que aún espera a su dueña fallecida).

Ueno commuted on the train to work daily. Every day, Hachiko would leave their house to greet Ueno at the Shibuya train station. (2/5) pic.twitter.com/riKGcuAAew
— K9KidsTV (@k9kidstv) June 26, 2023

"Mientras la gente asistía al velatorio, Hachiko olió a su dueño desde la casa y entró en la sala de estar. Se arrastró debajo del ataúd y se negó a moverse", escribió Mayumi Itoh, académica que publicó una biografía sobre el animal titulada Hachi: The Truth of The Life and Legend of the Most Famous Dog.

Desde entonces, el fiel amigo de Hidesaburō seguía asistiendo diariamente a la estación de tren, esperando su regreso. Como homenaje le hicieron una estatua y la inauguraron con su presencia en 1934.

Luego de años realizando la misma rutina, Hachiko murió en 1935.

El cuerpo del canino fue disecado y guardado en el Museo de Ciencias Naturales del distrito de Ueno. En 1947, se levantó otra estatua de bronce para conmemorarlo. Una de las tantas fotografías que reflejan su fidelidad fue desempolvada en este siglo XXI, en la cual se le ve sentado mientras esperaba pacientemente al que nunca más regresaría.

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