El cambio climático es un problema que recae, entre otras cosas, en la generación de energía. La quema de combustibles fósiles genera emisión de gases de efecto invernadero (GEI) al ambiente, entre ellos dióxido de carbono, culpables del calentamiento global.
Es por eso que cada vez más países le apuestan a distintas soluciones para la generación de energía menos contaminante y con un bajo nivel de emisiones, entre ellas la energía nuclear.
En el mundo, según datos de la Agencia Internacional de Energía Atómica, el país que más genera energía partir de centrales activas es Estados Unidos, con 93, que producen 789 TeraWhats (TWh) de energía, y está construyendo dos nuevas.
Le sigue China con 51 centrales nucleares que producen 366 TWh, y está construyendo 14 nuevas.
Y cada vez más países le apuestan a incrementar este tipo de energía, como Corea del Sur, India, Rusia, Irán, Pakistán y Emiratos Árabes.
Inclusive Colombia se lo planteó recientemente, como quedó consignado en Plan Energético Nacional (PEN), correspondiente al período 2020-2030, y que publicó la Unidad de Planeación Minero Energética (Upme), entidad estatal a cargo de proyectar el desarrollo futuro que deberá acometer el país para satisfacer una demanda de energéticos que es creciente.
En el documento se contempla la entrada de plantas nucleares que aportarían al sistema 1.200 megavatios de capacidad (el equivalente a la mitad que tendrá Hidroituango) a partir del año 2042 y una reducción progresiva de plantas térmicas que lleguen al fin de su vida útil.
Pero, ¿por qué tanto países apuestan por la generación de energía a partir de centrales nucleares y qué tiene que ver con el cambio climático? Las emisiones de GEI son la respuesta.
La producción de energía eléctrica a partir de centrales nucleares no emite directamente dióxido de carbono. E incluso, según destaca el equipo de verificación de datos de la AFP, "teniendo en cuenta las emisiones vinculadas a la extracción de uranio o al hormigón de las centrales, genera pocos gases de efecto invernadero, mucho menos que el carbón, el gas o la energía solar".
Es por eso que la energía nuclear ha sido el centro de muchos debates y discusiones, como la generada por el grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) que destacó este año que la energía nuclear es esencial para afrontar el cambio climático.
Una visión similar a la de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), que destacó en un informe reciente que es necesario doblar la producción de energía a partir de la producción de energía nuclear para poder alcanzar la neutralidad de emisión de GEI a 2050.
Lo cierto es que, pasar del consumo de energías fósiles al consumo de energía eléctrica, como se espera que suceda en el futuro próximo y de manera acelerada, requiere nuevas fuentes de generación de energía eléctrica que alimenten, por ejemplo, a los millones de automóviles que dejarán de consumir derivados del petróleo y empezarán a consumir electricidad.
De hecho, según datos de la IEA, las ventas de vehículos eléctricos pasarán del 5 por ciento al 60 por ciento en el 2030, lo que requerirá un masivo consumo energético proveniente de energías con menos contaminación, como la solar, la eólica y, en algunos casos, la nuclear, que cada vez más gana un mayor terreno.
REDACCIÓN MEDIOAMBIENTE
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