Noruega es uno de los más grandes aportantes en cooperación internacional para frenar la deforestación en Colombia. El compromiso del país nórdico los ha llevado a que, hasta 2025, pongan sobre la mesa 40 millones de dólares anuales para impulsar iniciativas de negocios sostenibles, freno a la pérdida de bosques y apoyo a las comunidades.
Si bien este apoyo ha estado en firme durante los últimos años, las altas tasas de deforestación han puesto sobre la mesa la importancia de una mayor ambición en los resultados para evitar que aquel pueda tambalear.
Con la llegada del nuevo gobierno, Andreas Dahl-Jørgensen, director de la Iniciativa Internacional de Clima y Bosques de Noruega (NICFI, por sus siglas en inglés) , estuvo visitando el país para reunirse con dependencias claves, como el Ministerio de Ambiente y Parques Nacionales Naturales, y así conocer cuáles serán las estrategias que se implementarán. En entrevista con EL TIEMPO dice ver con optimismo los objetivos del presidente Gustavo Petro, pero que aún hay retos importantes por resolver.
Se reunió con la ministra de Ambiente. ¿Cuáles eran los objetivos de esa conversación?
Vinimos aquí pensando que quizá era demasiado pronto para reunirnos con la istración, porque están muy ocupados con todo lo que quieren conseguir. Pero estamos muy contentos de haber podido encontrarnos con la ministra Susana Muhamad. Teníamos dos objetivos en esa conversación: uno, entender y escuchar de ella cuáles son los planes y cómo ven el camino por seguir.
Y dos, preguntar cómo podíamos ser útiles, porque para nosotros, Colombia es un socio muy cercano y una prioridad máxima para nuestra iniciativa global de ayudar a reducir la deforestación.
Y lo que escuchamos fue un gobierno que tiene ambiciones extremadamente altas y está muy ansioso por avanzar rápidamente. Nos ha impresionado mucho no solo la ambición, sino también sus planes detallados en este momento de la nueva istración para abordar el reto de la deforestación.
¿Por qué Colombia es pieza clave en su iniciativa mundial para frenar la deforestación?
Llevamos trabajando más de una década en la Iniciativa Internacional de Clima y Bosques de Noruega. Se creó porque no podemos resolver el problema del clima sin abordar la deforestación.
No cumpliremos los objetivos de París sin reducir drásticamente la pérdida de bosque en todo el mundo, y tampoco cumpliremos los objetivos de la Unión Europea. No podemos resolver el problema del clima sin abordar la deforestación. Y no cumpliremos los Objetivos de Desarrollo Sostenible si seguimos talando bosques en todo el mundo. Y por eso existe nuestra iniciativa. Y cuando seleccionamos los países con los que nos asociamos, buscamos tanto la importancia de los bosques como el compromiso del Gobierno.
Colombia está entre los cinco países con más bosques tropicales del mundo. Tiene una biodiversidad única por kilómetro cuadrado. Así que es un socio natural para nosotros. Y, por supuesto, están mostrando una voluntad política para abordar el desafío y también están expresando que quieren que los socios internacionales los apoyen en ese esfuerzo.
Con el anterior gobierno se firmó una Declaración Conjunta de Intención (DCI) buscando entregar fondos por resultados en frenar la pérdida de bosque. Se rumoró que por las altas tasas de deforestación la DCI estaría en peligro...
Hoy tenemos una iniciativa que va hasta el 2030, y queremos trabajar con países comprometidos que en ese periodo quieran reducir la deforestación y que logren reducirla. Y queremos que Colombia sea un socio cercano en el futuro.
Así que, en cuanto a la Declaración Conjunta, sigue vigente. Queremos discutir con el nuevo gobierno cómo avanzar. Esto es un poco técnico, pero hay dos modalidades en la DCI. La principal es proporcionar contribuciones financieras para reducir la deforestación. Así que mantenemos ese compromiso de hasta 40 millones de dólares al año si hay suficientes reducciones de la deforestación. Por supuesto, reconocemos que es un reto conseguirlo. Por ello, el acuerdo también contiene disposiciones para apoyar al Gobierno en el cumplimiento de sus hitos en materia de políticas.
Hemos oído que están trabajando en un nuevo Plan Nacional de Desarrollo. Así que probablemente tendremos un debate sobre cómo podemos apoyar sus prioridades a medio plazo. Y, por supuesto, queremos debatir sus medidas a corto plazo.
¿Y cuánto han aportado hasta ahora?
Depende de cómo se mida. Creo que han sido unos 75 millones de dólares con el tipo de cambio actual para el Gobierno en el marco de la Declaración Conjunta y del programa REDD Early Movers (REM) con Alemania y el Reino Unido, en el que pagamos por reducir las emisiones en la Amazonia. Además de eso, hemos apoyado a varios actores de la sociedad civil y a otras organizaciones.
¿Y cuál es la clave para frenar la problemática?
Un factor clave es ofrecer alternativas a la economía ilegal. Y esa es, creo, la estrategia central que el Gobierno está planteando. Y, por supuesto, también abordar la ilegalidad y no dirigirse a la persona con la motosierra, sino a las finanzas que hay detrás y a los intereses creados que impulsan la deforestación. Es un panorama muy complejo, pero creo que la combinación de ambos es muy importante.
Y una tercera que debo mencionar es permitir el desarrollo agrícola sin deforestación. Y Colombia tiene planes ambiciosos para la agricultura. Tienen un enorme potencial para aumentar la productividad sin destruir los bosques.
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