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Entrevista
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La ‘inmensa oportunidad’ que estaría desperdiciando Colombia en términos de bioeconomía: podría dejarle al país, anualmente, casi lo mismo que Ecopetrol
Otros países de la región, como Brasil y Chile, ya han aprovechado el crecimiento global que está experimentando el sector de la forestería comercial.
Plantación forestal de Smurfitwestrock. Foto: Smurfitwestrock
En Brasil, la reforestación comercial de poco más de 10 millones de hectáreas de bosque deforestado, le deja anualmente al país más ganancias que lo que produce la petrolera colombiana Ecopetrol. Lo mismo sucede en el estado de Georgia (Estados Unidos), donde poco más de 10 millones de hectáreas sembradas, en distintas especies de árboles maderables, deja ganancias superiores a lo que genera Ecopetrol. Por su parte, en Chile, la reforestación comercial de 3,1 millones de hectáreas de bosque se convirtió en el segundo renglón de la economía.
Esa misma oportunidad tendría Colombia, donde, según cálculos de la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria (Upra) habría un total de 7,5 millones de hectáreas disponibles para reforestar con plantaciones forestales comerciales. Sin embargo, a día de hoy Colombia solo ha reforestado con ese objetivo poco más de 543 mil hectáreas de las más de 114 millones de hectáreas continentales del país.
Y es que el negocio de la madera y los productos maderables tiene importantes proyecciones de crecimiento a futuro, no solo de la madera en sí, sino también de los otros usos que se le puede dar a la misma: la creación de empaques sostenibles, la generación de energía a través de biomasa, la fibra de celulosa sintética para la producción textil, la construcción de edificaciones y los productos mobiliarios de madera, por solo nombrar algunos.
De acuerdo con el informe ‘Perspectivas del sector forestal mundial 2050: Evaluación de la demanda futura y las fuentes de madera para una economía sostenible’, publicado en 2022 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se espera que el consumo total de productos de madera procesada primaria crezca un 37 por ciento para 2050.
Si existe bosque nativo, por normativa la plantación forestal se hace alrededor. Foto:Smurfit Westrock
El crecimiento del consumo de productos de madera –en comparación con el aumento proyectado del 25 por ciento de la población– “será impulsado por mayores ingresos en las regiones emergentes del mundo, lo que resultará en efectos de recuperación para los bienes de consumo (por ejemplo, papel, embalajes, ropa y muebles) y en más actividades del sector de la construcción”, señala el informe.
Todo esto, porque, al igual que otros cultivos agrícolas como el maíz o la caña, la madera es renovable, reciclable, respetuosa con el clima y versátil, y cada vez se utiliza más para sustituir materiales no renovables. Según la FAO, además, es un material fundamental para hacer frente a las amenazas mundiales al clima, la biodiversidad y el medio ambiente causadas por el uso excesivo de materiales no renovables, afirma el informe.
La oportunidad de Colombia en términos de bioeconomía forestal
En ese escenario, Colombia tiene una gran oportunidad, según explica Nicolás Pombo, director forestal de Smurfit Westrock, una multinacional de la industria del empaque y el embalaje que tiene plantaciones forestales en Colombia. De acuerdo con Pombo, nuestro país no solo puede realizar reforestación comercial en más de 7,5 millones de hectáreas donde hubo deforestación y hoy ya no hay bosque, sino que además puede establecer en esas mismas áreas de reforestación otros focos de negocio como la generación de bonos carbono, bonos de biodiversidad y la generación de biocombustibles a partir de la madera.
Nicolás Pombo, director forestal de Smurfit Westrock. Foto:Santiago Saldarriaga. EL TIEMPO
En entrevista con EL TIEMPO, el experto destaca que incluso, aun si fuese solo para el mercado local, igual se necesita incrementar la producción forestal, dado que nuestro país importa más de lo que exporta en términos de productos maderables; y además, mucho de lo que se consume en el mercado local proviene de deforestación y destrucción del bosque, pues de los 6,8 millones de metros cúbicos de madera que se producen en el país anualmente, el 43 % proviene de fuentes ilegales, es decir de bosque virgen.
En su concepto, la región Andina y los Llanos deben ser los principales aportantes de reforestación forestal, mientras que zonas como el Chocó biogeográfico y la Amazonia, donde hoy existe bosque virgen en pie, deben mantenerse al margen de este negocio, para poder conservar la biodiversidad que allí se resguarda y evitar escenarios como los que han sucedido en algunas partes del mundo donde se ha tumbado bosque para desarrollar cultivos forestales.
De acuerdo con Pombo, si bien en Colombia hoy existen incentivos como la Ley 139 de 1994, donde se estableció el Certificado de Incentivo Forestal (CIF), aún falta una política que establezca los lineamientos a seguir y que impulse el sector, que desde hace años viene exigiendo una normatividad que brinde seguridad jurídica al negocio, como existe en Brasil, Chile o Argentina. Esto, porque el negocio forestal, a diferencia de lo que pasa con otros cultivos agrícolas, requiere de inversiones y procesos a largo plazo, pues un árbol se siembra con el objetivo de cosecharse después de una, dos o tres décadas.
¿Cuál es la oportunidad que tiene Colombia con la reforestación comercial?
Colombia, de acuerdo con la Upra y con el Ministerio de Agricultura, tiene 7,5 millones de hectáreas que pudieran estar en reforestación comercial sin ninguna restricción. Esto definitivamente nos daría una ventaja competitiva para convertirnos en proveedores mundiales de madera para satisfacer un mercado creciente en el mundo. Pero también como proveedores mundiales de bonos de carbono, de bienes y servicios ambientales, de generación de energía basada en un recurso natural renovable -un biocombustible- como es la madera, y además de generar bienestar social, especialmente en las zonas rurales que tanto se necesitan para el país.
En términos de la oportunidad económica, ¿cuánto podría obtener Colombia de esta reforestación forestal comercial? Teniendo en cuenta que en Brasil, por ejemplo, la reforestación de 10 millones de hectáreas, o en Georgia (Estados Unidos), la reforestación de esa misma cantidad de hectáreas, da más que lo que deja anualmente Ecopetrol…
Sí. Brasil, que tiene 10 millones de hectáreas en plantaciones forestales comerciales y el estado de Georgia (Estados Unidos), que también tiene un área similar, en este momento están produciendo ventas generadas por el sector forestal y de la madera, equivalentes a las ventas que está generando Ecopetrol anualmente.
Es decir, esto nos permitiría generar una verdadera bioeconomía basada en un recurso natural renovable. Y sustituir a la vez combustibles y productos derivados del petróleo que si bien solucionan problemas para la sociedad, también tiene una alta huella en el medioambiente.
Y déjame te pongo un ejemplo: los empaques plásticos. Solucionan un problema porque garantizan que los productos lleguen en buenas condiciones entre los centros de producción y los centros de consumo, pero generan una huella porque se quedan en el medioambiente. Contrario a lo que sucede con empaques producidos con madera, como son las cajas de cartón o los papeles de empaque. Porque si bien cumplen el mismo propósito de proteger el producto, tienen unas características diferentes que los hacen muchísimo más sostenibles.
¿Cuáles son estas? Primero, provienen de un recurso natural renovable, que es la madera. Segundo, estos productos son reciclables y además los reciclamos porque en la industria de la pulpa y el papel tenemos las cadenas logísticas y la capacidad de reciclar el papel que producimos. Y tercero son biodegradables, y esto hace que su huella en el medioambiente sea mucho más amigable que la de cualquier producto generado o producido con derivados del petróleo. Entonces, aquí hay una gigantesca oportunidad para aportar en beneficio no solamente de la economía nacional, sino del medioambiente y cuidar del planeta Tierra.
En el país podrían producirse especies como pino, eucalipto, teca, roble, ceiba roja, gmelina arborea, entre otras. Foto:Smurfit Westrock
Pero si tiene tantos beneficios, ¿que limita hoy la reforestación comercial en el país? ¿Qué está faltando para que no logremos que esa oportunidad se aproveche?
Existen varias barreras y la principal barrera está, tal vez, en la falta de una política de estado coherente. Una política que entienda y aproveche ese gran potencial forestal que tiene el país, que sea coherente. Que tanto cuando hablemos de reforestación, que es algo que depende del Ministerio de Agricultura, como cuando hablamos de la protección de los bosques naturales, que es algo que depende del Ministerio de Ambiente, entendamos que estamos hablando del mismo idioma, que no estamos hablando de cosas diferentes, porque la madera producida con las plantaciones forestales comerciales puede satisfacer un mercado, un mercado creciente que en el caso colombiano se satisface en un 43 % con maderas ilegales que provienen principalmente de esos bosques naturales que queremos proteger. Y en el caso mundial, la demanda creciente debe satisfacerse de fuentes que sean sostenibles y que causen un mínimo impacto en el medioambiente y, ojalá, un impacto positivo.
Las plantaciones forestales protegen el suelo contra la erosión, regulan las corrientes de agua, absorben CO2, generan empleo y generan ese impacto positivo. Entonces, pongámonos de acuerdo: Colombia es un país forestal. El 75 % del territorio tiene vocación forestal. En Colombia tenemos que unirnos, tenemos que juntarnos sector público, sector privado y comunidades para aprovechar esta gran ventaja competitiva que tenemos en el país y que en lugar de afectar ecosistemas estratégicos, lo que podríamos hacer, si hubiese una política de estado, hubiese coherencia y hubiese seguridad jurídica, sería defender y proteger los bosques naturales.
Ojalá llegar a la meta de cero deforestación de bosque natural y producir la madera que necesita Colombia y que necesita el mundo. Otro dato es que en Chile, que tiene 3,1 millones de hectáreas reforestadas, el sector forestal es el segundo renglón de la economía de su economía y ya llegó a la meta de cero deforestación del bosque natural. Si Chile lo pudo hacer y si Brasil lo está haciendo, Colombia lo tiene que hacer también. Y solo lo lograremos hacer trabajando juntos, en equipo, con una visión de largo plazo.
¿Cuántas hectáreas reforestadas a nivel comercial tiene Colombia? ¿Y en qué zonas del país podría hacerse esa reforestación comercial de 7,5 millones de hectáreas que ustedes plantean?
Actualmente tenemos en Colombia la tímida cifra de 543.000 hectáreas con reforestación comercial. Están principalmente en la zona cafetera, y por la zona cafetera me refiero a los departamentos de Antioquia, Risaralda, Caldas, Tolima y Quindío. Hay algunas plantaciones forestales también en el Valle del Cauca y en el departamento del Cauca. También hay algunas plantaciones en la Costa Atlántica y recientemente se han establecido plantaciones en en los Llanos Orientales, principalmente en el Vichada. Pero el potencial es grandísimo. Hay que reforestar la región andina que está fuertemente deforestada, hay que recuperar esos suelos, hay que evitar la pérdida de suelos que ocurre porque no hay cobertura boscosa y Colombia tiene un grandísimo potencial.
¿Cómo se hace a nivel técnico una reforestación comercial bien hecha? ¿O sea, qué implica hacer una reforestación comercial, qué se toca, qué no se toca y cuántos empleos genera?
Lo primero que hay que hacer es entender cuál es la oferta ambiental, es decir, cuál es el régimen de lluvias que hay en la zona donde se va a hacer la reforestación, cuál es el tipo de suelos que existe, cuáles son las franjas de bosque natural que existen y cuáles son las condiciones ambientales. Con base en ese estudio ambiental se define la viabilidad.
Por ejemplo, nosotros reforestamos en sitios donde llueve más de 700 mm al año. La mayoría de nuestras plantaciones están en zonas donde llueve más de 1.500 mm al año, para garantizar que hay agua suficiente para que crezcan los árboles de la reforestación y además que haya agua suficiente para los otros usos, como los usos domésticos y usos industriales. Con base en ese estudio se definen las rondas hídricas.
Una vez definidas las rondas hídricas, lo cual se hace siguiendo los lineamientos para la definición de rondas hídricas establecido por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo sostenible, se establece la plantación forestal comercial de acuerdo con la especie seleccionada, que depende del mercado que se va a satisfacer y las necesidades del mercado. Una vez establecida la plantación, por cada 14 hectáreas reforestadas se genera un empleo permanente. Eso sin contar que si la madera se utiliza para la construcción o si se utiliza para muebles o para otros usos, se están generando empleos de calidad en toda la cadena.
Por eso nosotros decimos que Colombia tiene el gran potencial de convertirse en proveedor de madera, de bienes y servicios ambientales, de bonos de carbono, generar energía con base en la biomasa de la madera y generar desarrollo social, y todo eso se logra con la reforestación comercial.
En Colombia hay 543.000 hectáreas dedicadas a la forestería comercial. En la imagen uno de estos cultivos al lado de un terreno usado para ganadería en la región Andina. Foto:Smurfit Westrock
¿Qué especies forestales pueden sembrarse en Colombia?
En el momento existen 10 paquetes tecnológicos. ¿Y paquete tecnológico qué quiere decir? No solamente que se tiene la especie, sino que se tiene la genética de la especie que permite lograr una mayor productividad, y que se tienen definido cuáles son los tratamientos que hay que hacer en la plantación en caso de que le dé alguna plaga o le dé alguna enfermedad. De esa forma se garantiza que lo que se sembró va a tener una alta productividad para poder ser competitivo en el mercado.
Entonces, las especies para las cuales se tienen paquetes tecnológicos son principalmente pino, eucalipto, teca, roble, ceiba roja, gmelina arborea, entre otras. Y cada especie se debe sembrar y establecer de acuerdo con la oferta ambiental, que sea la más propicia para que esa especie se reproduzca.
Una de las grandes críticas que tiene el sector ambiental hacia la reforestación comercial es que este tipo de monocultivos hacen perder la biodiversidad…
Sí, infortunadamente se tiene el mito de que la reforestación comercial afecta negativamente la biodiversidad, y ese mito no es gratis. En otros países, en otras latitudes, se ha destruido bosque natural para establecer plantaciones forestales comerciales. En esos casos el impacto es gigantesco y es una práctica que es indebida y que definitivamente tiene un efecto en la biodiversidad.
Contrario a eso, nosotros establecemos plantaciones forestales en zonas que tuvieron cobertura boscosa hace 400 o 300 años, que fueron deforestadas hace cientos de años, y que hoy en día se encuentran dedicadas a usos diferentes en su vocación que es el forestal. Entonces, generalmente están dedicadas a ganadería extensiva, y la única biodiversidad que uno encuentra en esas fincas, que son grandísimas extensiones, aparte de una sola variedad de pasto, son tres vacas y 100 garrapatas por hectárea.
Cuando se establecen las plantaciones forestales comerciales en esos sitios, protegiendo las rondas hídricas y protegiendo los bosques naturales existentes, se generan corredores biológicos que son utilizados por las especies como zonas de refugio y fuente de alimentación.
Nosotros hemos hecho estudios en las plantaciones forestales comerciales de Smurfit Westrock, en la región andina, y nosotros tenemos 680.000 hectáreas en el patrimonio forestal. De esas, el 32 %, o sea, unas 22.000 hectáreas son bosques naturales protegidos, y hemos hecho estudios de irrigación de especies de flora y fauna y hemos encontrado 1.414 especies diferentes. De esas 1.414 especies, 508 son especies de aves, el resto son de flora, lo cual demuestra que esos corredores biológicos sí aportan a la biodiversidad y son mucho más biodiversos que lo que existía antes ahí mismo que era la ganadería extensiva o los pastos.
En las plantaciones comerciales también crece un sotobosque que es lo que crece debajo de las plantaciones, donde hay alguna biodiversidad. La pregunta es: ¿si se aprovecha el cultivo al cabo de 18 años, en el caso de pino, qué pasa con esa biodiversidad que había en la plantación? Realmente la fauna huye al oír ruido, se hace el aprovechamiento del cultivo y nosotros volvemos a sembrar dentro de los siguientes seis meses. Después volvemos a entrar a la plantación a los siguientes 18 años. Es decir, son ciclos y definitivamente hay mucha más biodiversidad en terrenos utilizados en plantaciones forestales comerciales con la protección del bosque natural, que lo que ocurre hoy en día en terrenos que están siendo deforestados.