
Luisa Fernanda Ovalle: este árbol rinde homenaje a su memoria

La madre de Luisa Fernanda Ovalle Chávez, Tatiana Chávez, clama porque el caso de su hija no quede en la impunidad. Aún no se ha dado con el hombre que la asesinó la noche del 30 de noviembre de 2013. Estaba lloviendo y los registros de vídeo no captaron su identidad. Luisa era una estudiante brillante que cursaba quinto semestre de Ciencias Políticas, en la Universidad San Buenaventura.
Su objetivo era estar en el congreso “haciendo algo bueno por Colombia”, según el relato de su madre, quien siempre la consideró como alguien que estaba más allá de la humanidad, con su amabilidad, su bondad y su deseo de defender a las personas. También era porrista de millonarios.
Fue herida con un objeto cortopunzante, en ocho oportunidades. Una de estas resultó ser la mortal, la de la mano izquierda a la altura de la muñeca. Luisa intentaba defenderse cuando el asesino cortó la vena que lleva sangre al pulmón, provocándole una falla respiratoria.
El 30 de noviembre Luisa Fernanda tenía que trabajar, ya que era modelo de protocolo en eventos de mercadeo y publicidad y ese día la contrataron para promocionar unas cámaras digitales. Esa misma noche se reencontraría con sus familiares en la casa para asistir a una celebración.
Antes de salir hacía su trabajo, Luisa se despidió de su madre, la abrazó muy fuerte y le dijo lo mucho que la amaba. Ese es el último recuerdo que tiene Tatiana.
A las 6:15 de la noche, Luisa llamó a su madre, le contó que iba de regreso a la casa, pero que como estaba lloviendo tan fuerte, mejor tomaría el transportarse público (TransMilenio).
A las 8:00 de la noche entró otra llamada al teléfono de Tatiana. El hermano de Luisa la respondió. Al otro lado de la línea estaba alguien que se identificó como un agente de la Policía, le dijo que habían encontrado a Luisa Fernanda herida y que la habían enviado a la Clínica de Occidente.
Cuando la familia llegó, les entregaron sus pertenencias y supieron que ella estaba en muy mal estado.
En las primeras investigaciones se presumió que su muerte había sido producto de un intento de robo, ya que los testimonios recogidos reportaron un forcejeo por su bolso. Sin embargo, su celular y sus demás pertenencias (sus celulares y un pocillo del equipo de fútbol Millonarios) fueron entregados a sus padres.
En marzo del 2015, 16 meses después del ataque, el general de la Policía Metropolitana de Bogotá, Humberto Guatibonza, pidió colaboración a otras autoridades nacionales e internacionales, especialmente del FBI.
La entidad recolectó pruebas en la escena del crimen, como una chaqueta azul y un cuchillo, pero estas no eran posibles de analizar por la tecnología con que contaba la Policía. Pese al apoyo brindado, no se logró nada. La lluvia de esa noche borró las pruebas.
La investigación ha tenido distintos contratiempos. En un principio, más de cinco testimonios coincidieron. Habían visto en un parque del barrio Castilla a un hombre y a una mujer (Luisa) forcejeando por un bolso; escucharon personas que gritaban “¡Suéltela!”, varias veces.
Él hombre la atacó con un puñal por la espalda y salió corriendo. Luisa Fernanda dio dos pasos y cayó al suelo. En ninguno de estos testimonios se logró identificar al asesino, solo sabían que medía un 1,80 centímetros aproximadamente.
La Fiscalía aumentó la recompensa con el paso de los años para encontrar al culpable. Juan Gabriel Villabón Guarnizo apareció, 5 años después (2018), confirmando quién era el asesino. Este se convirtió en el testigo estrella, pese a que no coincidían los datos.
Villabón Guarnizo inculpó a Hugo Zabaleta Sossa. Indicó donde vivía el sujeto y recibió 10 millones de pesos de recompensa.
Hugo Zabaleta Sossa estuvo 251 días en la cárcel hasta que su defensa logró demostrar, en segunda instancia, que el testimonio era falso.
Villabón dijo que Zabaleta había arrastrado a Luisa de un lado a otro, pero solo había un lago hemático en la zona. Confesó que estaba tomándose unas cervezas en un local de la esquina del parque, que tuvo la necesidad de orinar y como el establecimiento estaba lleno, decidió salir a caminar aproximadamente 100 metros, donde pudo ver los hechos.
Pero, ese día la lluvia era muy fuerte para haber caminado tanto.
La tecnología aplicada por las autoridades nacionales e internacionales no logró mostrar el rostro del asesino ni al testigo Villabón Guarnizo en los 40 vídeos analizados. Y, al analizar la distancia que había entre el testigo y el lugar de los hechos, resultó improbable que pudiera reconocer la identidad del victimario.
La defensa de Zabaleta, con los argumentos mencionados, demostró que el testimonio era poco creíble, y que un patrullero de la Sijín, Jhon Castro, había modificado unas fotografías del acusado con un programa de edición de imagen.
En el alegato, el abogado del acusado pidió que se absolviera a Hugo Zabaleta Sossa del delito y que también se abriera un proceso contra el patrullero Castro por fraude procesal y contra el testigo Villabón por falso testimonio.
Por otro lado, se dio a conocer que la fiscalía recogió un testimonio el 23 de mayo del 2015.
En el documento se menciona a Edwin Armando Rosas Montealegre, alias ‘El Negro’, como posible responsable. Se relata que el mismo sujeto relacionado cuenta en distintos momentos que fue contratado por un exnovio de Luisa Fernanda, quien le habría pagado 1.200.000 pesos para que la asesinara.
Este testimonio sigue en investigación y el caso de Luisa Fernanda está en la impunidad.
Si usted es víctima de violencia de género, puede llamar a la línea 155 a nivel nacional, donde la orientarán para buscar ayuda. Si reside en Bogotá puede utilizar la línea purpura, donde le brindaran acompañamiento y atención psicosocial gratuito, a través del teléfono 018000112137 o la línea de WhatsApp (+57) 3007551846.