Entre tanta noticia negativa y desalentadora que escuchamos permanentemente, esta semana me enteré de una que no solo me hizo sonreír, sino que me alegró el alma y me devolvió la fe en que aunque todo se vea lúgubre, hay rayos de luz que nos iluminan cuando más lo necesitamos.
El doctor Anthony Fauci, la cabeza visible y más conocedora de enfermedades infecciosas en Estados Unidos, anunció que Santa Claus es inmune al coronavirus. La preocupación de millones de niños en todo el mundo era evidente: San Nicolás, por tener tantoooos años y un peso considerable, además de ser gran consumidor de galletas, podría estar en alto riesgo de contagio de covid- 19.
Y ni hablar del peligro que va a asumir, visitando millones de casas en una sola noche. El doctor Fauci explicó, con gran detalle, que aun cuando estos son factores de riesgo para los mortales, el hecho de que Santa sea tan bueno, se muestre siempre positivo y se dedique a hacer obras maravillosas le permite tener un sistema inmunológico fuerte y, por lo tanto, no puede contagiarse del virus.
¡Qué alivio para tantos niños que han sufrido el golpe de la pandemia, sin entender muy bien por qué, cómo, ni cuándo! Se han visto separados de sus amiguitos y obligados a sentarse frente a un computador larguísimas horas en el día. Y muchos han absorbido el desasosiego y el estrés de los padres, sin poder hacer nada al respecto.
El doctor Fauci se montó en una fantasía extraordinaria: a pesar de lo externo, vale la pena soñar y creer que si somos buenos, la vida nos sonríe... y esa es la mejor manera de cuidarnos. Me recordó cómo los adultos perdemos de vista la importancia de alimentar nuestra imaginación, y cómo la fantasía sigue siendo siempre un arma fantástica.
Aplaudo al doctor Fauci, porque no obstante tener una mente científica no olvida que la salud no es solo un tema de medicinas, antibacteriales y mascarillas, sino un asunto de percepción y actitud frente a la vida. Aquello a lo que le damos nuestra energía es lo que atraemos.
Si en vez de enfocarnos en lo duro que ha sido este año y lo que hemos perdido, le damos vía libre a aquello que nos hace soñar, sonreír, agradecer y ayudar, creo que de uno en uno iríamos creando defensas y, como Santa Claus, un sistema inmunológico fuerte y más sano.
ALEXANDRA PUMAREJO