Pacífico colombiano: qué hacer en este paraíso más allá de las ballenas

Viajar al Pacífico colombiano es una verdadera experiencia, no solo porque al comprender casi la totalidad del departamento del Chocó, y las zonas costeras de los departamentos del Valle del Cauca, Cauca y Nariño, sus paisajes contrastan entre la lluvia, la selva y un mar verde esmeralda; sino porque la mezcla cultural permite que confluyan un río de sabores, planes y experiencias.

Llegando a Cali se puede tomar directamente del aeropuerto un transporte privado hacia Buenaventura. Esta es una opción aconsejable si va a ir en grupo, dado que le sale a un valor similar que tomar taxi de la terminal aérea a la terrestre y luego desplazarse en bus hasta el puerto. Eso sin contar que se puede ahorrar hasta dos horas entre una opción y la otra.

Ya en Buenaventura, puede elegir hacia qué destino moverse en lancha. Algunos de los más destacados son: Ladrilleros, Bocana, Piaguita y Juanchaco.

Los lugares para hospedarse van en todos los niveles: desde cómodos hostales hasta hoteles boutique. Pero, lo que no cambian son los lugares para visitar.

En Bahía Málaga puede visitar La Sierpe y Tres Marías, un complejo de cascadas que lo harán pasar del mar a la selva rodeada de cascadas y pozos de agua dulce. También puede adquirir un paquete para visitar los manglares, montar en kayak o pasar un día de playa en Chuchero -tiene una extensa playa que se conjuga con una cascada de agua dulce- o en Juan de Dios, ecolodge y reserva natural donde puede encontrar jardines tropicales y cascadas de agua dulce.

Lo ideal es dejar para Bahía Málaga cuatro días, dado que el trayecto para llegar a Buenaventura es de dos horas desde Cali. Además, le faltarán días para todas las actividades en la naturaleza que ofrece este espacio.

Eso sí, si es su primera vez en el mar Pacífico, debe tener en cuenta que su personalidad es bravía (sin importar la época del año) y que hay que estar listo para una crecida incluso en épocas de verano. Sin embargo, en esto también reside su magia, al ser una de las zonas en las que más llueve en el mundo, el clima de esta región varía entre la humedad de la selva y un sol que bien puede salir a visitar a diario.

Otro de los recomendados si se queda cerca a Juanchaco es visitar Marina Mar, una casa cultural atendida por su propietaria -matrona que heredó de su linaje familiar la tradición del viche (bebida alcohólica casera tradicional hecha de caña de azúcar) y quien cuenta con más de 20 sabores distintos a base de este producto.

Marina ofrece catas de diez o 25 shots de viche, así puede degustar una gran variedad. Y, no se preocupe, ella asegura que “en años” no se le ha emborrachado el primer cliente y, por el contrario, se van “felices” luego de degustar los curiosos nombres de las variedades de viche: pipilongo, arrechón o tumbacatre.

Es recomendable regresar en la primera lancha del día de vuelta a Buenaventura. Allí, puede elegir entre pasar el día en San Cipriano (paisaje natural con cascadas) o regresar a Cali para aprovechar el día en la capital mundial de la salsa.

Ya en Cali, el noroeste se convierte en un inmejorable lugar para quedarse. Puede elegir entre la zona de San Antonio, que con su similitud a La Candelaria de Bogotá cuenta con una amplia oferta gastronómica así como miradores para disfrutar la vista de la ciudad, o quedarse por la zona del Boulevard del Río Cali y poder, incluso caminar si lo desea, por los principales puntos de interés de Cali.

Dirigido a un público que busca experiencias únicas yextraordinarias, un recomendado para hospedarse en la Sucursal del cielo es el NH Cali Boulevard del Río.

Su ubicación lo hace ideal, no solamente por la zona, sino porque queda ubicado en una zona residencial que hará que no tenga que lidiar con el ruido de la fiesta en la noche. Eso sumado a que cuenta con servicio de gimnasio y un restaurante, que sin importar si se queda en el hotel bien vale la pena conocer.

Su diseño colonial y remodelado hacen que este lugar rompa los estereotipos. De seguro se quedará varios minutos observando el arte en sus paredes.

El hotel se encuentra a dos calles del parque Jairo Varela, al frente del centro de bellas artes de la ciudad y a pocos metros del barrio Granada. Su servicio es de atención personalizada, pues cuenta con 48 habitaciones, salas para reuniones privadas y un avanzado sistemade reciclaje de basuras.

Además, es Pet Friendly con habitaciones que se adaptan para las personas que viajan en compañía de sus hijos peludos, ofreciendo comodidades para toda la familia. Las mascotas encontrarán al llegar a la habitación una cama especial para ellos, así como juguetes y rios de cortesía.

Otras opciones dentro de la misma zona y categoría son el Faranda Collection y el Cali Marriott Hotel.

Cali es una parada obligada para disfrutar de la comida típica del Pacífico y su confluencia con otras cocinas. Un clásico para visitar es Platillos voladores, también puede conocer Antigua Contemporánea y pedir platos para compartir al centro de la mesa.

La Hacienda El Bosque es una buena recomendación para probar la comida más tradicional caleña y vale la pena almorzar para poder disfrutar de este espacio que lo desconectará de la ciudad en cuestión de minutos.

De postre, vale la pena vivir la experiencia de Lengua de mariposa, una heladería que cambia diariamente su oferta de sabores. Helado de hamburguesa, marranitas, pimentones con cebolla y aguacate pueden salirle dentro de las opciones. Una opción más clásica es Patti, gelato con sabores veganos incluidos.

Por supuesto, la parada en el Obelisco para comer aborrajados (preparación de plátano con bocadillo y queso), empanadas y marranitas (una especie de buñuelo de plátano relleno con chicharrón) es obligatoria y viene bien como previa para una noche de rumba.

Y es que si va a Cali debe medírsele a bailar salsa. Los dos lugares más tradicionales para hacerlo (y si definitivamente es muy penoso, al menos ver a verdaderos profesionales en la materia) son La Topa Tolondra y Zaperoco. Lo mágico de estos lugares es que la gente va, directamente, a bailar así que no se le haga raro que lo inviten a una pieza. Pero, sin lugar a dudas, ver a un par de caleños que por primera vez se conocen animarse a salir a la pista es una experiencia que lo va a dejar con la boca abierta.

Otros lugares imperdibles para el ocio nocturno son: La Pérgola, catalogada entre las 100 mejores discotecas del mundo. Una fiesta más crossover, con tres ambientes distintos Cuenta con uno de los baños mejor equipados: perfumes, cepillos para peinarse, crema dental y cualquier rio que necesite, de seguro lo va a encontrar. Zorro azul es un rooftop que cuenta con una gran vista de 180° sobre la ciudad, buena carta de cocteles y un DJ con variada oferta sonora. Eso sí, haga reserva.

Entre los planes por hacer en Cali, nunca está de más visitar el museo La Tertulia, recorrer el parque de Los Gatos, irse hasta ciudad jardín y hacer pícnic en el humedal lago de la Babilla y visitar algunos miradores. Tenga en cuenta que, por ahora, está cerrado el camino de Cristo Rey.

STEPHANY ECHAVARRÍA

EDITORA INTERNACIONAL

EL TIEMPO