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Años de cambios en la fe y la espiritualidad de los colombianos
La Iglesia Católica ha perdido fieles, pero sigue siendo la principal en el país.
El uso de tapabocas es obligatorio y dentro de los templos habrán estrictos protocolos de bioseguridad. Foto: Juan Pablo Rueda Bustamante / El Tiempo
La cantidad de católicos en Colombia ha bajado en los últimos años, si bien sigue siendo esta la religión con más presencia en el país. De hecho, el 57,2 por ciento de los colombianos se identifican como de la Iglesia católica. Si a esto se suman las diversas corrientes protestantes, evangélicas y pentecostales, el cristianismo es profesado por cerca del 80 por ciento de la población.
Estos son los resultados de la Encuesta Nacional de Diversidad Religiosa, realizada por los sociólogos William Mauricio Beltrán y Sonia Patricia Larotta, y que contó con el apoyo de Act Iglesia Sueca, World Vision, la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz y la Universidad Nacional.
La encuesta, hecha en el 2019 y publicada a finales del 2020, es el último estudio sobre la diversidad religiosa llevado a cabo en el país y recopiló datos de más de 11.000 personas en todas las regiones.
Beltrán, profesor de Sociología de la Religión de la Universidad Nacional, explica que “el número de católicos en el país ha disminuido bastante, mientras que los cristianos evangélicos y pentecostales, así como los ateos, agnósticos y los creyentes que no se identifican con ninguna religión han aumentado en los últimos 30 o 20 años”.
Concretamente, los católicos pasaron de ser el 70,9 por ciento en un estudio previo del 2010 a ser el 57,2 por ciento en el 2019. Pese a esto, se mantiene por mucho como el mayor grupo religioso del país.
Las causas de este fenómeno, que también se repite en otros países de tradición católica de la región, son diversas.
“Una razón se puede encontrar en la globalización y la urbanización, así como las nuevas tecnologías de la información, dado que esto ha permitido a las personas ponerse en o más fácil con otras ideas que vienen de varias latitudes”, sostiene el investigador.
Y añade: “Otras razones están relacionadas con lo que podríamos llamar una crisis en la Iglesia católica. Cada vez son menos jóvenes los que quieren vincularse como ministros o sacerdotes, y esto debilita la misión de la Iglesia. Pero también tiene que ver con las afectaciones a su imagen por escándalos de corrupción o de abuso de menores que tienen gran cubrimiento mediático”.
Por su parte, el teólogo Fabián Salazar afirma que “en la actualidad muchas personas abandonan las religiones tradicionales, no por asunto de creencias o doctrinas sino porque se ven defraudadas por las incoherencias de vida que encuentran en las instituciones religiosas, el distanciamiento que sienten por parte de sus líderes o la burocratización de los servicios religiosos. El desafío a las comunidades religiosas es ser cada vez más cercanas, preparadas y adaptadas a las nuevas necesidades espirituales y comunitarias de la humanidad”.
Los católicos pasaron de ser el 70,9 por ciento en un estudio previo del 2010 a ser el 57,2 por ciento en el 2019. Pese a esto, se mantiene por mucho como el mayor grupo religioso del país
Precisamente, el estudio revela que el 74,6 por ciento de las personas que cambiaron de religión anteriormente profesaban la fe católica, mientras que los que han recibido más fieles en esa migración han sido las iglesias evangélicas y pentecostales.
Estas, generalmente conocidas solo como ‘iglesias cristianas’, son, de hecho, el grupo religioso de mayor crecimiento y actualmente representan el 19,5 por ciento de la población.
También ha tenido un aumento importante el grupo de quienes se consideran creyentes, pero que no pertenecen a ninguna religión, que representan el 13,2 por ciento de la población. Se trata de un sector difícil de clasificar porque incluye personas que dicen creer en Dios a su manera o con descontento con su religión anterior.
Pero también están los que realizan prácticas espirituales típicas de Oriente o combinan aspectos del cristianismo con filosofías como el feng shui, la meditación y otras, sin estar vinculados de manera convencional a una creencia.
Los ateos y agnósticos también han aumentado, aunque en menor proporción, pasando de ser el 4,7 por ciento al 6,3 por ciento. Mientras que otras religiones como los testigos de Jehová, adventistas, budistas, judíos o musulmanes, si bien están presentes en el país, no representan una porción significativa.
El estudio también encontró que la población mayor de 60 años suele ser más católica (72,7 por ciento), mientras que los jóvenes de entre 18 y 25 años tienen la mayor tasa de agnosticismo y ateísmo (10,8 por ciento).
“Esto nos muestra un cambio generacional. El cristianismo, en cualquiera de sus variantes, sigue siendo mayoritario en jóvenes, pero existen cambios importantes en cuanto a las creencias entre los grupos de edades. Se puede relacionar esto con un descontento creciente o con la búsqueda de nuevas espiritualidades que pueden ser más atractivas para los más jóvenes”, menciona el teólogo protestante Antonio Duarte.
Asimismo, las mujeres son más creyentes que los hombres, y la mayor parte de las personas de población LGBTIQ se considera creyente, pero no confiesa una religión (40,9 por ciento).
Cali Colombia 28 de marzo de 2021
Con un aforo de 150 personas, se llevó a cabo en la Catedral San Pedro Apóstol de la ciudad de Cali, la misa del Domingo de Ramos presidida por Monseñor Darío de Jesús Monsalve.
Fotos Santiago Saldarriaga Quintero / EL TIEMPO Foto:Santiago Saldarriaga Quintero / EL TIEMPO
En cuanto a estrato socioeconómico, los estratos 5 y 6 presentan una proporción de católicos por encima del promedio nacional (64,9 por ciento), mientras que en estratos 1 y 2 es donde tienen mayor presencia las iglesias cristianas (21,7 por ciento).
Llama la atención que la única región del país donde los católicos no son mayoría es San Andrés y Providencia, donde los evangélicos son el grupo mayoritario con el 29,8 por ciento.
Pandemia y fe
De momento no se han realizado estudios que permitan ver la influencia de la emergencia sanitaria en la fe de los colombianos. Sin embargo, para Beltrán, lo que se está viviendo actualmente llevaría a la población a fortalecer su fe: “Creemos que la pandemia ha hecho que los colombianos se vuelvan más creyentes y practicantes. La fe religiosa pudo acrecentarse por este momento de incertidumbre que genera esta situación, así como el miedo a la enfermedad y la muerte, aspectos que siempre han sido detonantes de la búsqueda religiosa”.
Por su parte, el teólogo Fabián Salazar sostiene que “en Colombia y en el mundo entero se ha producido un cambio espiritual, ya que la emergencia nos ha permitido establecer nuevas prioridades, reconocer como extraordinario lo que era cotidiano, aprender a cuidarnos y cuidar a los demás, desear la compañía de nuestro seres queridos y, sobre todo, a desacelerar la vida para pensar mejor nuestras decisiones”.
5 preguntas al padre Carlos Novoa, jesuita y profesor titular y doctor en Ética Teológica de la universidad Javeriana
¿Colombia sigue siendo un país católico?
En los últimos años, varias encuestas señalan que la mayoría de los colombianos se confiesan católicos.Si por ser católico se entiende ir a misa, ir a las ceremonias de Semana Santa, entre otras, Colombia sigue siendo un país católico. Pero el asunto es que el catolicismo no se puede resumir a eso. Es vivir el evangelio, la vida de Jesús, que es perdón, solidaridad, servicio a los demás. Pero lamentablemente en este país es lo contrario: estamos llenos de egoísmo, odios, una incapacidad para el perdón. Podemos decir que Colombia es un país con un catolicismo en una crisis grave.
¿Qué han hecho los ministros de la Iglesia para atraer a las nuevas generaciones?
Los obispos, presbíteros, religiosos y ministros de la Iglesia estamos empeñados en vivir el evangelio. El papa Francisco contó el caso de una joven que le preguntó qué decirle a un amigo ateo para que se convirtiera al cristianismo. El Papa le contestó que no hiciera nada. Lo que debía hacer es vivir el evangelio en profundidad. Cuando él pregunte qué hace para vivir así, entonces ahí sí le habla. Eso es lo que tratamos de hacer los ministros.
Pero además hay instituciones católicas en donde tratamos de dar ese testimonio, de conocer el mundo de los jóvenes, sus lenguajes y estilos. No se trata de ser una Iglesia encerrada en sí misma, sino una Iglesia que sale para ponernos en sintonía con ellos.
¿Cómo es la relación de la Iglesia católica con otras corrientes del cristianismo en el país?
Buscamos fuentes de diálogo, cultivamos muchos encuentros con de otras iglesias. También desarrollamos acciones comunes de servicio a la comunidad, programas de servicio social en donde confluimos cristianos católicos y no católicos.
Esto, guiados por las instrucciones del papa Francisco para que nuestras relaciones sean de fraternidad, de respeto a las diferencias y en las que evitemos las discusiones estériles, dejando atrás odios y peleas que están mandadas a recoger.