En este portal utilizamos datos de navegación / cookies propias y de terceros para gestionar el portal, elaborar información estadística, optimizar la funcionalidad del sitio y mostrar publicidad relacionada con sus preferencias a través del análisis de la navegación. Si continúa navegando, usted estará aceptando esta utilización. Puede conocer cómo deshabilitarlas u obtener más información
aquí
Ya tienes una cuenta vinculada a EL TIEMPO, por favor inicia sesión con ella y no te pierdas de todos los beneficios que tenemos para tí. Iniciar sesión
¡Hola! Parece que has alcanzado tu límite diario de 3 búsquedas en nuestro chat bot como registrado.
¿Quieres seguir disfrutando de este y otros beneficios exclusivos?
Adquiere el plan de suscripción que se adapte a tus preferencias y accede a ¡contenido ilimitado! No te
pierdas la oportunidad de disfrutar todas las funcionalidades que ofrecemos. 🌟
¡Hola! Haz excedido el máximo de peticiones mensuales.
Para más información continua navegando en eltiempo.com
Error 505
Estamos resolviendo el problema, inténtalo nuevamente más tarde.
Procesando tu pregunta... ¡Un momento, por favor!
¿Sabías que registrándote en nuestro portal podrás acceder al chatbot de El Tiempo y obtener información
precisa en tus búsquedas?
Con el envío de tus consultas, aceptas los Términos y Condiciones del Chat disponibles en la parte superior. Recuerda que las respuestas generadas pueden presentar inexactitudes o bloqueos, de acuerdo con las políticas de filtros de contenido o el estado del modelo. Este Chat tiene finalidades únicamente informativas.
De acuerdo con las políticas de la IA que usa EL TIEMPO, no es posible responder a las preguntas relacionadas con los siguientes temas: odio, sexual, violencia y autolesiones
El último partido de monseñor Alirio López Aguilera
Reconocido por su trabajo en temas de paz y reconciliación, recordado por trabajar con los jóvenes.
monseñor Luis José Rojas Aparicio Foto: Mauricio Moreno . EL TIEMPO
Hacia el mediodía del 15 de junio, la Arquidiócesis de Bogotá anunció el fallecimiento de monseñor Alirio López Aguilera con un mensaje de condolencia a su familia por parte del arzobispo de la ciudad, monseñor Luis José Rueda Aparicio, junto con los obispos auxiliares y el Consejo Episcopal.
El último partido del sacerdote, quien fue ampliamente reconocido en el país por su liderazgo ciudadano a favor de la reconciliación y la pacificación de las barras de los equipos de fútbol, lo jugó afrontando un cáncer.
De sus 67 años de vida –que cumpliría el próximo 17 de julio–, 38 los dedicó al sacerdocio. Bogotano de nacimiento, hijo de don Florentino López y doña Rosalía Aguilera, se había graduado de bachiller en 1973 del Colegio Parroquial Santa Catalina.
Luego cursó estudios de filosofía y teología en el Seminario Mayor de Bogotá y posteriormente obtuvo el título de especialista en bioética de la Universidad El Bosque. Desde su ordenación sacerdotal, el 22 de mayo de 1983, con la imposición de manos del cardenal Aníbal Muñoz Duque, dedicó todas sus energías al servicio pastoral en la Arquidiócesis de Bogotá.
“Además de lamentar el fallecimiento de monseñor Alirio López Aguilera, esta es una ocasión para destacar un trabajo muy especial que él hizo, además de sus labores sacerdotales, en el campo de la paz, trabajando con jóvenes desde las barras bravas, desde los equipos de fútbol, desde el deporte, inclusive desde la televisión”, afirmó el padre Rafael de Brigard, director de comunicaciones de la Arquidiócesis de Bogotá.
De Brigard recuerda con amplitud la labor social y ciudadana de monseñor Alirio, que le mereció el respeto y la autoridad para llevar adelante campañas de desarme en la ciudad, especialmente en sectores marginados, golpeados por la violencia y la pobreza: “Invitó a que fueran fundidas las armas que estaban en las manos de muchos ciudadanos, y quiso con ello volverse un gestor de paz –asegura el director de comunicaciones de la Arquidiócesis– y tuvo una gran acogida especialmente entre la gente joven”.
“De esta manera también le prestó un gran servicio a la ciudad de Bogotá, pues estas campañas fueron acogidas no solo por la Arquidiócesis, sino también por la Alcaldía”.
El propio Antanas Mockus, exrector de la Universidad Nacional y dos veces alcalde de la capital del país, reconoció en monseñor Alirio López a “un gran amigo de Bogotá y de los jóvenes. Un gran líder en los procesos de desarme. Un compañero y guía espiritual. Un mediador entre el mundo de las localidades y los equipos de los programas de la Alcaldía”.
Goles por la vida
Fue el proyecto ‘Goles en paz’, gestionado y liderado por monseñor Alirio para poner fin a la violencia en las canchas, una de las iniciativas que mayor prestigio le dieron al religioso, quien se reconocía hincha de Millonarios, pero sobre todo de los espectáculos deportivos en paz, donde la vida y no la muerte tenía la palabra definitiva. Así lo rubricó, sin que le temblara la voz, en una columna de opinión publicada en la revista Vida Nueva en octubre del 2013:
“Unos muertos más... y los que faltan por venir, si no se detiene esta intolerancia de unos pocos, mal llamados ‘barras bravas’. Jóvenes comenzando a vivir, que muchas veces llevan en su corazón un potencial de homicidas, que además de una camiseta, no importa el color, se arman con una patecabra, como si fueran a una batalla campal y no a un encuentro deportivo, una fiesta, una pasión en el buen sentido de la palabra, un momento de integración familiar y de recreación para celebrar la fiesta del fútbol y celebrar en el estadio como lugar sagrado el goool, asumiendo la autorregulación, el empate, la derrota o el ganar (...). ¡Ya no más, ‘barras bravas’!, no sigamos alimentando el ego de los violentos, que se llamen ‘barras futboleras’, o ‘barras populares’ ”.
También se opuso a la especulación de la pobreza y a la estigmatización de los pobres: “Ni los violentos son todos pobres, ni los pobres son violentos”. Creía, más bien, en el poder de la pedagogía de la paz y de la investigación como eje de los programas de convivencia.
Lo saben los feligreses y los ciudadanos que lo conocieron de cerca en las parroquias de Nuestra Señora de Egipto (1983), San Juan Bautista de La Salle (1985), la Natividad de Nuestra Señora (1999), la Veracruz (2001), Dei Verbum (2008), San Ambrosio (2014) y San Diego (2020), su última parroquia. En su testimonio de fe y en su compromiso con la defensa y el cuidado de la vida, inspiró a muchos a continuar su legado.
Así lo hizo también en las más diversas responsabilidades que le fueron encomendadas en la Arquidiócesis, representando en más de una oportunidad al arzobispo en varias juntas directivas de fundaciones y obras sociales.
Con todo, sus múltiples labores pastorales no le impedían emprender iniciativas para contribuir a la cultura de la paz y la reconciliación, como lo hizo al participar en la serie Pandillas, guerra y paz, creada por Gustavo Bolívar, y en las reflexiones matutinas con los televidentes de Citytv en Arriba Bogotá y en Bravíssimo.
Estas y muchas otras acciones sociales, cívicas, deportivas, comunicativas y educativas, protagonizadas por monseñor Alirio López Aguilera, demuestran que se puede ser párroco y líder cívico al mismo tiempo, que lo terreno y lo divino se entrelazan en proyectos humanizadores que son, tal vez, la mejor forma de poner en práctica el Evangelio de Jesús de Nazaret. Este es el legado que deja monseñor Alirio, y tal vez así lo quiso reconocer el papa emérito Benedicto XVI cuando en el año 2008 lo añadió al grupo de sus capellanes, otorgándole el título de Monseñor.
“Son muchos los jóvenes que reconocen que gracias a él, hoy están en una vida sana, de estudio, de trabajo”, apostilla el padre Rafael de Brigard. “Muchas armas dejaron de circular por nuestra ciudad, gracias a su labor, que fue muy reconocida con justicia, porque a través de todas las parroquias se entregaron muchas armas que posteriormente fueron fundidas, y después se hicieron esculturas y monumentos con estos materiales”.
La Arquidiócesis de Bogotá lo despidió con las exequias celebradas el 16 de junio, a las 12:30 p. m., para dar gracias por su vida y por su servicio a la Iglesia y a la sociedad.
Desde la cuenta de @MillosFCoficial se ha hecho memoria del “fiel hincha azul y gran gestor del fútbol en paz”, mientras que en la cuenta de @SantaFe lo recordaban “por su gran aporte en pro de vivir la fiesta del fútbol siempre en paz”.