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Explicativo
Estigmas de Jesús: estos son 8 santos que los recibieron en 800 años desde San Francisco de Asís
En su mayoría los recibieron mujeres santas, puesto que solo tres hombres lo experimentaron.
San Francisco de Asis fue el primero en experimentarlo. Foto: iStock
Los estigmas en la religión católica son fenómenos místicos que pueden presentarse tanto en hombres como en mujeres santas, quienes de manera sorpresiva observan sobre su cuerpo algunas o todas las heridas corporales que tuvo Jesús en el día de su crucifixión, de acuerdo con ‘U.S. Catholic’.
Se cree que la aparición de estas marcas es un símbolo de la cercanía que estas personas tienen con Dios, la cual se expresa a través de la participación en el sufrimiento de Cristo durante su muerte.
Durante el 17 de septiembre se conmemoran los 800 años que cumplen los estigmas del primer registro de uno de estos estigmas, que lo pudo experimentar San Francisco de Asís, quien fue conocido por las ayudas que le brindó a los pobres.
Los ocho santos que han recibido los estigmas de Jesús
San Francisco de Asis tenía marcas en sus manos. Foto:iStock
El conteo de las personalidades religiosas que han experimentado los estigmas, no puede faltarSan Francisco de Asis, quien en el año 1224 tuvo la visión de un serafín clavado en una cruz y al salir de ella, se asombró al notar que sobre su cuerpo estaban las heridas de Cristo, según ‘U.S. Catholic’.
Luego, le enseñó lo sucedido al hermano León, quien describió todo: “Mostrando una herida abierta que se veía como si hubiera sido hecha por una lanza, mientras que sus manos y pies estaban atravesados por clavos negros de carne cuyas puntas estaban dobladas hacia atrás. Después de recibir los estigmas, Francisco sufrió dolores cada vez mayores en todo su cuerpo frágil”, según ‘Aciprensa’.
Años después, en Bélgica, se reportó que Santa Lutgarda también experimentó un estigma, pero este era un poco diferente, puesto que sucedió mientras le rezaba a su santa favorita, Santa Inés, a quien le suplicó por vivir de manera profunda la pasión del señor.
La mujer quedó ciega, sintió que una vena que estaba en su corazón se reventó y la sangre se derramó a través de una herida abierta que tenía en el costado, incluso sudaba gotas de sangre al pensar en la crucifixión de Jesús, de acuerdo con el Monasterio Cisterciense de San Clemente, España.
La tercera en experimentar este fenómeno fue Santa Catalina de Siena, de quien se afirma en la ‘Enciclopedia Católica’ que presentó el estigma de manera visible, pero oró para que este se cambiara por uno invisible y su petición fue escuchada.
Santa Rita de Casiafue la cuarta santa que también presentó el evento místico y se mantuvo alejada de las personas, esto porque en su frente tenía una herida causada por una espina, la cual desprendía un olor poco agradable, contrario a lo que sucedía en los casos anteriores, según el sitio web ‘corazones.org’.
Una vez el estigma abandonó el cuerpo de la religiosa, ella desapareció y en el lugar en el que se encontraba solo quedó una mancha de un color rojo vivo, que se caracterizó por tener una deliciosa fragancia.
San Carlos de Sezze se dirigía hacia la Iglesia de San José. Foto:iStock
En el año 1542, Santa Catalina de Riccipresentó las marcaciones luego de tener un desposorio místico en la Pascua de Resurrección, pero la lanza del costado apareció en la parte izquierda “sobre su corazón”, por lo cual sintió un dolor tan intenso que pensó que iba a morir y se convirtió en la quinta en recibirlo.
En la ‘Enciclopedia Católica’, se explica que el sexto en tener el estigma fue San Carlos de Sezze, quien se dirigió hacia la Iglesia de San José para escuchar la misa, cuando en la elevación “un rayo luminoso partió de la hostia hiriendo el costado del santo penetrando en su corazón” y en esa parte le quedó una marca de una cruz.
La séptima santa fue Verónica Giuliani, quien apareció con las heridas que tenía Cristo en la cabeza por las espinas. Antes de fallecer, explicó que en su corazón se podían encontrar objetos relacionados con la pasión de Jesús, lo cual se confirmó al realizarle la autopsia.
Finalmente, el octavo en recibir el fenómeno místico fue San Pío de Pietrelcina, el primer sacerdote estigmatizado, y narró: “Me sentí lleno de compasión por los dolores del señor y le pregunté qué podía hacer. Oí esta voz: 'te asocio a mi pasión'. Y en seguida, desaparecida la visión, he vuelto en mí, en razón, y vi estos signos de los que salía sangre. No los tenía antes”.
Oración a la sangre de Cristo para comenzar el día | El Tiempo