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Explicativo
Novena a San Pedro y San Pablo, en preparación y reflexión previo a la Solemnidad de ambos santos
Se aproxima la fiesta de estos dos santos importantes para la iglesia católica.
El 29 de junio de cada año la iglesia católica celebra la Solemnidad de San Pedro Y San Pablo, quienes murieron como mártires por defensor y dar testimonio del amor de Cristo hacia los seres humanos.
Esta celebración se lleva a cabo gracias a que Jesús eligió al apóstol Pedro, para que él fuera el encargado de edificar su iglesia. En el nuevo testamento, se puede leer la conversación que tuvieron ellos dos en Mateo 16:18: “Yo también te digo que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”.
La Solemnidad de San Pedro y San Pablo consiste en valorar la fe y el amor que Jesucristo profesó al mundo, ellos evangelizaron la cultura al inculcar el evangelio dando un sentido cristiano a la vida y al mundo, lo que quiere decir que, después de Cristo, ellos fueron los encargados de expandir su palabra.
San Pablo, el apóstol de los gentiles, antes de su conversión fue un perseguidor de todos aquellos que predicaban la palabra de Dios, pero tuvo un encuentro con Jesucristo y se transformó en uno de sus fieles predicadores vida, la iglesia católica prepara nueve días de celebración en la que se lleva a cabo oraciones, cánticos y súplicas a estos grandes santos.
Buen Jesús, yo creo que Tú eres el Señor de la vida. Yo creo que Tú has venido a reconciliar todas mis rupturas y que me amas hasta el extremo. Te pido que me ayudes a escuchar tu Palabra, a amarte más y seguirte como lo hicieron los Apóstoles.
Amén.
Luego, sigue un acto penitencial en el que cada feligrés hace un breve examen de sus errores y sus pecados seguidos de un rezo.
Te pido perdón, Señor, por todos mis pecados. ¡Son tantas las veces que te he fallado! Veo tu Corazón traspasado y sé que han sido mis propios pecados los que te han llevado a la muerte en la Cruz. Pero también sé que Tú has querido beber ese Cáliz para reconciliarme. Ayúdame, Señor, a amarte con todas mis fuerzas y con todo mi corazón.
Después de hacer estas dos oraciones, inician la primera reflexión del día en homenaje a San Pedro y San Pablo.
El Papa Juan Pablo segundo en el año 1996 hizo una pequeña meditación acerca de este primer día de celebración.
“La solemnidad de san Pedro y san Pablo nos invita a revivir la fe de estos dos Apóstoles, columnas de la Iglesia, que hicieron de Cristo la pasión de su vida. Pedro, con la palabra y con la sangre, lo confesó 'Hijo de Dios vivo' (Mt 16, 16). Pablo, una vez que se hubo convertido y transformado en apóstol de los gentiles, fue conquistado por él hasta el punto de exclamar: ' ¡Para mí la vida es Cristo!' (Filipenses 1, 21). Su recuerdo nos impulsa al compromiso de una fidelidad cada vez mayor y una unidad cada vez más profunda”.
Seguido de la reflexión, el paso a seguir es que cada feligrés debe dar gracias por todo y hacer las peticiones personales que cada uno tenga y lo termina con la siguiente oración:
Gracias, Señor, por tu inmenso amor. Gracias por el inmenso don que nos concede en la Iglesia, gracias porque nos ha dejado a Pedro y sus sucesores ya los pastores que nos guían. En este día te pido especialmente por el Santo Padre y por todos los obispos de la Iglesia. Ayúdame a ser yo también un apóstol según mis capacidades y posibilidades.
Amén.
Oración a la sangre de Cristo para comenzar el día