La Diósesis de Córdoba publicó en un artículo donde se estipula que, según el Código de Derecho Canónico –la ley de la Iglesia– los catecúmenos son “aquellos que, movidos por el Espíritu Santo, solicitan explícitamente ser incorporados a la Iglesia, y que por este mismo deseo, así como también por la vida de fe, esperanza y caridad que llevan, están unidos a la Iglesia, que los acoge ya como suyos”.
De acuerdo con la Diósesis de Córdoba , en palabras del Concilio Vaticano II, se podría decir que es “una formación y un noviciado convenientemente prolongado de la vida cristiana, en que los discípulos se unen al catecumenado". También son los pasos de un adulto que recibe el bautismo.
De acuerdo con el portal especializado en religión, Inpas, la palabra catecumenado procede del verbo griego katejéin, que puede traducirse como resonar, hacer sonar en los oídos. A partir de esto se le asocia a enseñar, instruir, y luego catequizar.
El catecúmeno es la persona que está siendo instruida en la fe, especialmente a partir de la escucha y reflexión –resonancia- de la Palabra de Dios.
Así, el catecumenado es una institución de la Iglesia al servicio de la iniciación cristiana de los adultos recién convertidos que se preparan para recibir el Bautismo.
Sin embargo, no sería hasta los siglos II y III de la era cristiana en que se configuraría en la Iglesia el Catecumenado como una institución con características más definidas, considerando etapas o tiempos claramente diferenciados.
El proceso catecumenal se inicia con una primera evangelización, donde se anuncia al Dios vivo manifestado por Jesucristo, con el deseo de despertar la fe y la conversión inicial. A esta etapa se le llamó Precatecumenado.
El segundo momento es el Catecumenado, donde se madura la conversión del Catecúmeno, especialmente por la escucha de la Palabra de Dios, y se le instruye en los contenidos fundamentales de la fe cristiana católica.
La tercera etapa lleva por nombre Purificación e iluminación. En ella los catecúmenos hacen una preparación más intensa en clave de conversión/purificación, en vistas a la celebración próxima de los Sacramentos de Iniciación.
El catecumenado es una institución de la Iglesia al servicio de la iniciación cristiana de los adultos recién convertidos que se preparan para recibir el Bautismo
Por último, el proceso culmina con la etapa llamada Mistagogia, palabra que significa “Introducción en los misterios”, donde los nuevos cristianos (neófitos) profundizan en los Sacramentos que han celebrado y en la experiencia de Jesucristo vivida en la Iglesia.
Con estas etapas, el Catecumenado de adultos ofrece una iniciación progresiva de los catecúmenos en la comunidad de los fieles. A través de este proceso, toda la comunidad considera junto a ellos el valor de la vida y las enseñanzas de Jesús, especialmente su Pasión, Muerte y Resurrección, junto con renovar la conversión y el discipulado misionero.
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