Colombia vibra y emociona con siete destinos

Qué mejor manera de enriquecer nuestra agenda viajera que explorando destinos nacionales, conociendo nuestro territorio, su riqueza natural, su gastronomía, sus artesanías, sus apuestas para el placer y el descanso o para la aventura y, como no, su gente. A lo largo y ancho del territorio nacional se ha ido consolidando, por ejemplo, el turismo comunitario, demostrando el interés que tienen las comunidades por dar a conocer sus territorios a través de sus costumbres, de su cultura y, sobre todo, de su empuje.

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De allí surge, entonces, la oportunidad de conocer lugares que antes estaban cerrados, ya sea por el conflicto armado o porque simplemente no existía la mano de obra para ofrecer las experiencias turísticas. Este panorama ha ido cambiando especialmente desde los acuerdos de paz con las Farc y también por la apuesta que se ha hecho desde los sectores privado y público para capacitar a las comunidades en temas turísticos y de servicio.

El movimiento de pasajeros interno demuestra el interés de los colombianos por viajar y conocer su territorio. Según la Aerocivil, cerca de 49’459.000 pasajeros se movilizaron desde y hacia los aeropuertos en Colombia en el 2023. Esto representa un crecimiento del 2,9 por ciento respecto al 2022, año en el que se movilizaron 48’073.000.

El Fondo Nacional de Turismo (Fontur), brazo técnico ejecutor del MinCIT, ha contribuido al crecimiento y visibilización de esos territorios a través del turismo y, por eso, le explicó a VIAJAR cuáles son esos destinos tendencia para el 2024 y que todo viajero nacional debería tener en su bitácora personal.

“Con el liderazgo del ministro Germán Umaña hemos priorizado la inversión de los recursos Fontur en territorios de la Colombia profunda que históricamente no han recibido apoyo del Estado y que constituyen destinos turísticos no tradicionales. En el 2023 llegamos a 118 municipios que nunca habían recibido recursos del Patrimonio, con el objetivo de fortalecerlos y de esta manera coadyuvar a que sean competitivos a la hora de recibir turistas nacionales y extranjeros. Este año continuamos con ese enfoque”, dijo Álvaro Balcázar, gerente general de Fontur.

En la región más remota y exuberante de Colombia, el departamento de Guainía, emerge un tesoro oculto en la selva amazónica. Con vastas extensiones de selva virgen, ríos caudalosos y una rica diversidad cultural, ofrece una experiencia turística única y auténtica para los aventureros. Uno de los atractivos más importantes y que se proyecta como destino emergente son los Cerros de Mavecure, formaciones rocosas sagradas para las comunidades indígenas locales; símbolo de conexión con la tierra y la espiritualidad. Quien se aventura a explorar este enclave remoto es recompensado con vistas panorámicas espectaculares, oportunidades para la escalada y senderos que serpentean a través de exuberantes bosques tropicales.

Una de las recomendaciones para explorar Cali, la capital del Valle del Cauca es visitar Turismo al Barrio, una iniciativa de jóvenes de la Comuna 20 que busca transformar espacios problemáticos en entornos de reconciliación, compañerismo, sostenibilidad y activación turística. Y es que los senderos, gradas, murales, tanques, edificaciones, ruinas misteriosas, maravillas naturales y calles empinadas son algunos atributos con los que la Comuna 20 enamora desde hace varios años a locales, nacionales y extranjeros. Otro plan recomendado en esta ciudad es conocer y disfrutar del Mio Cable.

Y muy cerca están los Pueblos Mágicos del Valle: Sevilla, Ginebra, Calima, El Darién y Roldanillo, que son museos a cielo abierto. Destinos que lo sorprenderán con la comida típica. No se pierda Buenaventura, a orillas del Pacífico, donde vivirá experiencias relacionadas con cultura, pesca, gastronomía y turismo comunitario, mientras reconoce su belleza natural.

En Norcasia, un municipio de Caldas, hay una fuente hídrica que a raíz del conflicto armado de Colombia en los años 2000 ha sido poco visitada por el turismo. Se trata del río La Miel, cuyo caudal (uno de los más importantes del oriente de Caldas) se controla artificialmente por el embalse Amaní –central hidroeléctrica Miel 1–, que genera y provee de energía a varias ciudades del país.

Hoy sus habitantes, en especial jóvenes formados y capacitados, lo impulsan como un destino emergente y de paz. Una de las actividades más representativas de este lugar es el rafting o descenso de río, que se realiza a través de parajes naturales únicos, en un recorrido que puede tardar cuatro horas.

La sugerencia es visitar pueblos históricos y galardonados entre los más lindos del departamento de Boyacá con procesos de gestión de turismo comunitario: Se trata de Provincia de Sugamuxi, Monguí, Iza y Tibasosa. La Provincia de Sugamuxi deslumbra a los viajeros con su rica historia, encanto colonial y paisajes pintorescos. En Monguí, entre tanto, los visitantes pueden maravillarse con la arquitectura colonial de sus calles empedradas y su famosa fábrica de balones de fútbol; mientras que en Iza, las aguas termales invitan a relajarse y rejuvenecer en un entorno natural incomparable. En Tibasosa, la vida rural resalta con sus coloridos mercados y su arquitectura tradicional, ofreciendo una visión auténtica de la vida en el campo colombiano. Y en Sugamuxi puede descubrir un destino que cautiva con su autenticidad y su belleza sin igual. También se recomienda el municipio de Guacamayas, reconocido por las artesanías coloridas de la cestería, que conecta a su vez con el Nevado del Cocuy, donde se podrá realizar senderismo en las rutas autorizadas.

En el Meta, cerca al cañón del Güejar y del Guape, está el río Duda, un destino de aventura inexplorado. Este río surge en el páramo más grande del mundo, Sumapaz, y cae a través de las montañas de los Andes para llegar al Meta, donde por años estuvo escondido a raíz del conflicto armado. A través del Duda caminaron los excombatientes de la guerrilla de las Farc durante décadas, pues era la ruta que seguían para subir a Bogotá desde la selva. Ahora la comunidad local y el pueblo indígena nasa (que por años había sido reticente a la entrada de personas al área) decidieron abrir este destino virgen al turismo de aventura.

En este lugar se ofrece una experiencia conocida como tubing, se practica en ríos calmos, donde las personas se acuestan en neumáticos o donas especiales y se dejan llevar por la corriente, en un plan de contemplación y disfrute de la naturaleza.

Este departamento es destino imperdible gracias a su diversidad de aves, más del 50 por ciento de las especies con las que cuenta Colombia se encuentran en esta zona, y esto se debe a que este departamento pertenece a la cuenca del Amazonas, lo que lo hace rico en ecosistemas como várzea, morichales, bosques de galería, andinos y de páramo.

Allí se encuentra el Cañón del Mandiyaco, una maravilla natural generada por el río que atraviesa la formación rocosa de origen volcánica y permite observar diferentes figuras de corte en las piedras. También se ubican cascadas como la Golondrino Mocoa, ideal para hacer senderismo; La Honda, la cual está a orillas del río Caquetá, donde se puede realizar tubing; y finalmente las cascadas del Fin del Mundo en Mocoa, una majestuosa caída de agua que se esconde en medio de la selva amazónica y es perfecta para conectarse con la naturaleza, escuchar las aves y las fuentes de agua que se hallan entre las montañas.

Las Dunas de Taroa, situadas en el extremo norte de Colombia, son un tesoro natural fascinante que atrae a viajeros aventureros de todo el mundo. Estas vastas extensiones de arena dorada se extienden hasta donde alcanza la vista, creando un paisaje desértico que contrasta poderosamente con el azul intenso del mar Caribe que las acaricia. Los visitantes tienen la oportunidad de explorar este espectacular entorno a través de emocionantes recorridos en vehículos todoterreno o simplemente caminando por las suaves crestas de las dunas. Además, los turistas pueden realizar talleres experienciales de artesanías y reconocimiento de tradición vallenata.

CAMILO ANDRÉS PEÑA CASTAÑEDA

SUBEDITOR VIAJAR