Una nutrición adecuada durante el embarazo no se traduce en ingerir el doble, como siempre se ha creído, sino en adoptar medidas saludables.
Según la nutricionista Claudia Angarita, en promedio, una mujer debe consumir 1500 calorías diarias y, cuando está embarazada, los requerimientos calóricos ascenderían 300 más. “Me refiero a una porción de un lácteo o a que las ensaladas tengan otra cucharada de aceite, o que la proteína sea un poco más grande. Nada más”. (Te puede interesar:
Dieta para tener un embarazo saludable)
Cuando la mujer consume más alimento del recomendado y sube de peso sin control, se pone en riesgo ella y, de paso, a su feto. Podría sufrir diabetes gestacional, que se presenta generalmente en la semana 20 y se caracteriza por el aumento de la concentración de glucosa, que crea resistencia a la insulina. Aunque algunas mujeres vuelven a un estado saludable tras dar a luz, otras desarrollan la enfermedad, que requerirá cuidados a lo largo de su vida.
Variedad en la mesa
Equilibrada. Este es el adjetivo perfecto para que las mamás lo apliquen a su dieta. Esto quiere decir que deben consumir todos los grupos de alimentos, pues cada uno proporciona algún requerimiento que necesitan la madre y su bebé en formación. (Te puede interesar:
Mamás vegetarianas, ciento por ciento)
De acuerdo con las nutricionistas Adriana Amaya y Claudia Angarita, y con la ginecoobstetra Luz Ángela Uribe, estos son algunos de los consejos para las gestantes:
Fibra: En el embarazo, algunas mujeres sufren de estreñimiento; por eso es recomendable el consumo de fibra, en particular de frutas, que deben consumirse crudas y no preparadas en jugos. En la lista: mango, ciruelas, guayaba y manzana. Súmale caminar mínimo treinta minutos al día.
Azúcar: Si consumes en cantidades moderadas no representa peligro. Si comes de todo en pequeñas cantidades, las restricciones serán pocas. No puedes usar el embarazo y los antojos como excusas para endulzarte en exceso. La idea es restringir el consumo de azúcar refinado, miel o a, y comer almidón o pequeñas porciones de harina que se transforman en calorías.
Carbohidratos: No consumas más de dos al día, y hazlo temprano. No comas cosas como tostadas con mantequilla en la noche.
Proteínas: Ayudan al desarrollo y crecimiento del feto. Se recomiendan dos porciones diarias, que pueden ser carnes rojas, pescado o aves.
Vitaminas y minerales: Las proveen frutas y verduras. De cada una debes consumir entre dos y tres porciones diarias. Especialmente verdes, pues contienen las más altas cargas de ácido fólico, o las de color amarillo. Zanahoria o espinacas están en la lista.
Lácteos: Ayudan en la formación del sistema óseo del bebé. Si este no recibe lo suficiente, toma reservas de la mamá. Se aconsejan tres porciones diarias.
Suplementos: Los especialistas aconsejan suplementar la alimentación durante el embarazo, para asegurar que la mujer reciba todos los nutrientes. El déficit de ácido fólico, por ejemplo, se ha asociado con trastornos del cierre del tubo neural en el feto, labio leporino, problemas de médula o anomalías cardiacas. La anemia es frecuente entre las embarazadas y para prevenirla debe suplementarse con hierro. Se recomienda consumir alimentos que lo contengan, dos veces por semana (carnes rojas). Y como este no se absorbe sin vitamina C, es bueno un jugo de guayaba, papaya, zanahoria o los suplementos vitamínicos.
Grasas: Indispensables para el desarrollo cerebral del feto. Ideales, el aceite de girasol, oliva o soya.