La etapa en la que los niños no dejan de preguntar 'por qué' resulta muy valiosa para fortalecer los lazos entre padres e hijos y para darles seguridad.
A Santiago lo atacó un virus por estos días y estuvo vomitando una jornada completa. Cuando las náuseas le dieron un respiro, le preguntó a su mamá: “¿Por qué me enfermo? ¿Es mi culpa?”.
Esa es solo una muestra de las tantas preguntas que el pequeño hace a diario a los adultos que lo rodean. Y cuando la avalancha de por qués empieza, los padres también se preguntan a qué se debe esta etapa.
La sicóloga en desarrollo infantil Paula Bernal explica: “La pregunta ¿por qué? es una de las primeras que hacen los niños; incluso cuando están muy pequeños sustituyen el cuándo y dónde por ¿por qué? Lo más importante es siempre responder con mucha honestidad; si no saben la respuesta siempre, pueden decir: “¡No sé!, pero podemos investigar”, y dedicar un rato a investigar por qué el cielo es azul o por qué el aire es transparente”. ¿Qué hay detrás?
Mami, ¿por qué decidiste ser mamá?, ¿por qué te casaste con mi papá?, ¿por qué no tienes pipi?, pregunta Santiago.
Y aunque muchas de sus dudas sorprenden y desconciertan a los padres, es necesario responderlas y escucharlas. De esta manera, “no solo se va definiendo qué tanto entienden del novedoso mundo que les rodea, sino la relación que tendrán, en adelante, con los padres.
Entre más evasivas les presentemos, como: ‘no, nada’, ‘eso no es importante’ o ‘luego te explico’, más vamos cerrando los canales de comunicación”, asegura la sicóloga.
Los niños no solo buscan conocer información sobre aspectos que desconocen, sino también sentir seguridad y confianza con respecto a temas preocupantes para ellos, como la muerte, la estabilidad o el bienestar.
“Las preguntas suelen tener detrás inseguridades normales de la niñez; por ejemplo, al preguntar por qué el padre del vecino murió, no solo preguntan por el evento en sí, sino por si ellos mismos estarán seguros al contar con sus padres o si los de ellos también morirán.
En este sentido, las preguntas son requerimientos de información y también necesidades de ratificación, confianza y seguridad que tienen los niños”, asegura Bernal.
Actualmente los padres deben trabajar, tienen múltiples ocupaciones y horarios extensos que no les permiten pasar mucho tiempo junto a sus hijos, y, por supuesto, ellos son los primeros en notarlo.
Por eso, sus preguntas tienen en muchas ocasiones la intención de ‘robarles’ a sus padres el tiempo, que de por sí les pertenece a ellos. “A través de la pregunta, los niños también descubren que ganan tiempo de conversación con sus padres”.A qué edad ocurre y cuánto dura
La edad de inicio depende del nivel de desarrollo del niño, pero usualmente se presenta alrededor de los dos años y medio y los tres (dependiendo de cuándo haya empezado a hablar). Es una etapa que dura hasta entrada la niñez intermedia alrededor de los 6 años y corresponde básicamente a la necesidad que tiene el niño de conocer el mundo que le rodea y su papel en él. Recomendaciones para responder
Bernal brinda algunas claves a la hora de enfrentarse al sinnúmero de preguntas de los niños:
•Lo primero que se sugiere es que antes de responder, usted le pregunte: “¿Tú qué crees/piensas al respecto?” Esto le dará más elementos sobre qué sabe el niño y cuál es su pregunta específica, pues no siempre son claras. •Cuando vaya a responder, sea honesto y sincero; si desea que su hijo aprenda a decir la verdad, hay que empezar por usted mismo. •No tiene que dar respuestas perfectas, básicamente respuestas breves y concretas son las mejores con los más pequeños. •No corte las valiosas preguntas de los niños, pues respondiendo a ellas no solo les damos información y seguridad, sino que les mandamos otro mensaje muy importante: que hacer preguntas es bueno y que pueden contar con sus padres para resolver sus dudas. •Si en el momento no puede responder, trate de decirle: “¿Podrías preguntarme después, pues en este momento estoy manejando y debo concentrarme?” Luego, cuando esté disponible, asegúrese de responder las preguntas.
Melissa Serrato R.
Redactora ABC del bebé