Bogotá es una ciudad que se caracteriza por la diversidad de espacios naturales con vistas agradables y alta presencia de flora y fauna que no se encuentra en todos los parques.
Uno de los sitios que se destaca es el Parque Mirador de los Nevados, ubicado en la localidad de Suba. En este espacio, los visitantes, además de tener vista hacia los nevados del Ruiz, Tolima y Santa Isabel, también pueden disfrutar al lado de búhos, colibríes de cola larga y orejivioletas, pechirrojos, copetones, clarineros y mirlas.
Además, el parque cuenta con especies de flora como bolocos, siete cueros, palmas de cera, chilcos, arrayanes, sangregados, robles, alisos y hayuelos. En este se encuentra con la riqueza cultural de la ciudad. Recorrerlo es vivir la historia de los primeros asentamientos, hace más de 1.200 años, donde vivió la comunidad Muisca y se presentaron algunas migraciones Chibchas.
Este parque fue un cementerio Muisca y luego funcionaron una cantera y una escombrera, pero ahora hace parte de los suelos de protección de la ciudad en los que se realizan trabajos de protección. Hacia el 2016, el Departamento istrativo de la Defensoría del Espacio Público (DADEP) instaló telescopios para que los visitantes puedan ver mejor el paisaje urbanístico de la ciudad.
En el occidente de la ciudad, en la localidad de Engativá, se encuentra el humedal Santa María del Lago, que es un espacio para escapar de la rutina y tener o con la naturaleza. Este ecosistema, aunque está en medio de una zona residencial, conserva plantas acuáticas flotantes y varias especies de fauna características de los humedales.
Es frecuente ver al pato turrio de pico azul o la tingua de pico amarillo que se alimentan de la fuente de agua. El humedal también es refugio de aves migratorias acuáticas y terrestres. Este sitio cuenta con guías de la Secretaría de Ambiente que explican las dinámicas de este ambiente natural y la importancia del cuidado de los humedales, por lo que es apetecido para la investigación científica y la educación ambiental.