¿Cuál es la estructura ecológica principal que tiene este POT?
Este POT hace un esfuerzo por dejar muy claros y concisos los usos para que en los 12 años de vigencia los actores públicos y privados tengan claridad sobre qué tipo de actividades se pueden realizar en los lugares. Donde ha habido mayores niveles de discusión ha sido sobre la reserva de los cerros Orientales, que es de orden nacional.
En algunos años se permitió cierto grado de urbanización. Desde que salió la sentencia de los cerros Orientales, Bogotá ha sido muy clara con que no puede haber edificios, y este plan mantiene estas restricciones. No habrá procesos de urbanización sobre cerros Orientales y no habrá ningún cambio de uso de suelo en el borde oriental. En algunos círculos se discutía la posibilidad de que a lo que le llamamos la franja de adecuación, que es la transición entre lo urbano y el área protegida en el borde oriental, fuera urbana y no rural, pero se va a mantener como rural en un esfuerzo por ser claros para que esa franja de adecuación, que está destinada a uso público, pero de vocación ecológica, no pueda bajo ninguna circunstancia concebirse para procesos de urbanización.
El otro tema que ha sido polémico durante los últimos años es el uso que se le puede dar a las ahora reservas distritales de humedal para temas de recreación activa. En la istración pasada se hizo un cambio en la política de humedales para permitir procesos de construcción y de endurecimiento para permitir ciclorrutas y recreación activa dentro de los humedales. Esa decisión se cayó en los tribunales y este POT la mantiene para que de aquí en adelante los humedales no puedan ser espacios de endurecimiento para espacios de recreación activa. Se mantienen como lugares para la conservación, la educación; tendrá algunos senderos de bajo impacto que no impliquen endurecimiento y espacios como aulas ambientales para que este tipo de lugares sean aprovechados para educación ambiental.
Esta estructura también va acorde a la protección del río Bogotá...
Sí, hasta ahora en Bogotá teníamos una figura distinta a la del resto del país, que es la zona de manejo y preservación ambiental (ZMPA). En este POT hemos unificado categorías, donde ya no existe la ZMPA, sino unos componentes de espacios que se le deben dar al río en el concepto de la ronda hídrica. Y las zonas de protección del río estarán divididas en dos: en parques lineales del río Bogotá, una figura que ya había implementado por acuerdo la CAR, pero que nosotros lo incorporamos de nuestro lado, y, por otro lado, las zonas para la adaptación climática, que son zonas adicionales que van a tener restricciones de suelo para que se mantengan y se adapten al cambio climático particularmente en zonas de lluvia.
Una de las discusiones ambientales de los últimos años ha girado en torno a la reserva Thomas van der Hammen. ¿Este POT contempla proyectos urbanos sobre esta?
No va a haber procesos de urbanización. Tenemos muy cerca a la reserva el proyecto Lagos de Torca, que continúa en este POT y que tiene en la concertación ambiental de sus planes parciales requisitos más exigentes para mantener la conectividad ambiental.
Ha habido una discusión sobre vías que estaban planteadas cerca de la reserva. Hay una que requerirá una sustracción, que es la av. Boyacá, y está en un proceso de licenciamiento y evaluación de impacto ambiental frente a la autoridad competente, que es la CAR.
También está la Suba-Cota, que se ha dejado trazada desde un principio y es urgente para descongestionar una zona que tiene muchos problemas de tráfico.
Y tenemos un par de vías absolutamente rurales que ya existen, que son la Corpas y la Arrayanes. Hay otra que está en el borde de la reserva, trazada en el POT, que existe en gran parte de sus tramos, que se llama la Rural Secundaria del Norte. Algunos tramos se van a construir, pero están por fuera de la reserva.
Una de las metas propuestas en esta istración es reverdecer la ciudad. ¿En el POT qué se plantea para cumplir esta meta?
Uno de los primeros puntos para reverdecer la ciudad es el abrazo de áreas protegidas que tendrá la ciudad en todos los sentidos, desde la RTVH hasta los cerros Orientales, pasando por lo que llamamos la media luna del sur y su conexión con el río Bogotá.
El segundo es no dejar estas áreas protegidas solas y conectar esto con nuestros parques o humedales a través de lo que llamamos conectores ecosistémicos. Estas no son áreas protegidas, sino que esta autoridad emitirá lineamientos para saber qué y cómo sembrar a fin de que estas áreas se conecten a través de parques y separadores. Esto con el fin de tener una ciudad biodiversa al conectar nuestras áreas.
Nuestra estructura ecológica se ampliará en un 30 por ciento; las reservas de humedales, en un 20 por ciento. Ahí vamos a ver un incremento muy importante de las zonas.
Hablando de lo que está consolidado urbanísticamente, hay dos cosas importantes: este POT integra el arbolado al urbanismo, obligando a los desarrolladores a incorporar el arbolado dentro del diseño, puede ser en espacio privado y debe ser en el espacio público; por otro lado, integramos también una nueva figura, que son los bosques urbanos. Son instrumentos de manejo para densificar y diversificar el arbolado en las áreas del espacio público de la ciudad.
Estos bosques pueden estar en reservas viales que no se van a usar en 20 o 30 años, pueden estar en cualquier parque y dentro de planes espaciales que nos propongan los privados, donde les vamos a dar lineamientos para el manejo de estos bosques urbanos que ayuden para las islas de calor por el cambio climático.
REDACCIÓN BOGOTÁ