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Arqueólogos resuelven el misterio del origen de las estatuas gigantes de la Isla de Pascua

Estas figuras fueron creadas por los polinesios, quienes llegaron a la remota y aislada isla de Rapa Nui hace unos 600 años.

La mayoría de los moáis fueron esculpidos en toba volcánica, un tipo de roca formada a partir de ceniza volcánica consolidada. Foto: iStock

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Las icónicas esculturas de piedra conocidas como moáis, que alcanzaron fama mundial tras la película 'Una noche en el museo', han adornado la Isla de Pascua durante varios siglos. 

Estas monumentales figuras fueron creadas por los polinesios, quienes llegaron a la remota y aislada isla de Rapa Nui hace unos 600 años. Aunque ha habido muchas teorías sobre el propósito de estas impresionantes obras culturales y religiosas, un grupo de arqueólogos ha descubierto lo que podría ser la explicación definitiva de por qué se erigieron.
En el mundo hay numerosos sitios arqueológicos que guardan secretos de civilizaciones antiguas, muchas de las cuales desaparecieron sin dejar rastros claros. En medio de estos enigmas y los descubrimientos constantes, científicos de una universidad en Nueva York han desentrañado el misterio detrás de los moáis.

Una hazaña histórica

La Isla de Pascua, un territorio insular perteneciente a Chile, es de difícil , lo cual agrava la hazaña lograda por los polinesios al llegar allí hace seis siglos en su búsqueda de expansión territorial. 

Dicha comunidad se estableció y desarrolló un estilo de vida que llevó a la sobreexplotación de su recurso más valioso: la madera. Esta deforestación resultó en la desertificación del suelo, haciendo imposible la sustentabilidad de la biodiversidad y creando graves problemas ambientales que se agravaron por divisiones políticas y sociales dentro de la población.

Los moáis varían en tamaño, con el más alto conocido alcanzando los 10 metros de altura y el más pesado pesando alrededor de 82 toneladas. Foto:iStock

A pesar de estos desafíos, los Rapa Nui, como fueron nombrados por los exploradores europeos, dejaron un legado duradero en forma de miles de esculturas de piedra, caracterizadas por sus cuerpos pequeños y cabezas desproporcionadamente grandes. Estas figuras han resistido el paso del tiempo y las inclemencias climáticas, convirtiéndose en un símbolo de identidad para los locales.
Investigadores de la Universidad de Binghamton en Nueva York se desplazaron a la isla para examinar de cerca algunos aspectos que habían sido pasados por alto en estudios anteriores. Este análisis detallado se publicó en el sitio oficial de la universidad. Hasta ahora, se creía que los moáis se construyeron con fines religiosos o como un tributo a los líderes tribales.

El misterio del agua

Se cree que los moáis representaban ancestros importantes que, después de su muerte, continuaban protegiendo a su pueblo. Foto:iStock

La nueva explicación se relaciona con la escasez de agua potable, que en la isla depende completamente de los acuíferos. Originalmente, los polinesios bebían el agua que surgía naturalmente del suelo. Sin embargo, con el aumento de la población, la demanda de agua creció, lo que los habría llevado a extraer las piedras en busca de este recurso vital.
Cuando la lluvia cae en la isla, el terreno volcánico poroso absorbe rápidamente el agua, que se acumula en depósitos subterráneos. Esta agua subterránea eventualmente emerge en la superficie, especialmente durante la marea baja, formando pequeños flujos de agua cerca de la costa. Los nativos aprovecharon estos cursos de agua durante su estancia en la isla, algo que desconcertó a los colonos neerlandeses que, al llegar por primera vez, pensaron erróneamente que los indígenas bebían agua salada.
“Los suelos volcánicos porosos absorben rápidamente la lluvia, lo que resulta en una falta de arroyos y ríos. Afortunadamente, el agua bajo tierra fluye cuesta abajo y finalmente sale del suelo directamente en el punto en el que la roca subterránea porosa se encuentra con el océano”, explicó Carl Lipo, antropólogo de la Universidad de Binghamton.
Por último, Lipo explicó por qué los moáis están ubicados a lo largo de la costa. Esto parece ser un acto de gratitud o una petición para que el agua continúe fluyendo. “Ahora que sabemos más sobre la ubicación del agua dulce […] la ubicación de estos monumentos y otras características tiene mucho sentido (...) Están ubicados donde hay disponibilidad inmediata de agua dulce”, concluyó Lipo.

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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de La Nación, y contó con la revisión de un periodista y un editor.

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