Coordinadora del proyecto Us HispanicsActualizado:
En todas las familias numerosas existe aquel hijo al que llaman "la oveja negra" o el más distinto de los demás: se porta mal, no cumple con lo que le dicen sus padres y hace líos por todos lados. Generalmente, siempre se trata del mismo hijo y ahora la ciencia lo comprobó.
De acuerdo con un estudio de 2017 del economista Joseph Doyle, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés), el segundo hijo es el que más tendencia tiene a exhibir comportamiento rebelde. Y más rebelde será si ese hijo es varón, asegura el trabajo.
Para el estudio, los segundos hijos varones son los que más chances tienen de ir a prisión, ser suspendidos de la escuela y hasta entrar en el mundo de la delincuencia juvenil. Esas probabilidades son de entre 25 y 40 por ciento más que el primer hijo, dice el MIT.
El estudio de Doyle se hizo a partir de información de familias de Dinamarca y del estado de Florida. Lo que buscaba el MIT era encontrar factores comunes a pesar de las diferencias geográficas y ambientales, y eso fue exactamente lo que encontró.
De acuerdo con el trabajo, los hijos más pequeños suelen imitar a los mayores. "El primer hijo tiene modelos a seguir que son adultos. El segundo hijo tiene modelos a seguir que son pequeños de dos años irracionales (sus hermanos mayores)", explica Doyle.
No solo es esto, sino también que los padres tienden a pasar más tiempo con los primogénitos que con el resto de sus hijos, en especial el segundo. De esta manera, el hijo más grande no tiene que "competir" por ganar la atención de sus padres, sino que la obtiene de antemano y no tiene nadie con quien disputársela. En cambio, el segundo ya se encuentra con competencia desde el momento en que nace,y debe enfrentarla por el resto de su vida.
Los hijos del medio compiten por la atención y su ejemplo no son los adultos, sino su hermano mayor Foto:Getty Images/iStockphoto
En este sentido, la terapeuta familiar Teresa Moratalla, secretaria del Col·legi de la Psicologia de Catalunya, explicó a La Vanguardia: “Cuando nace el primer hijo, los padres no saben hacer de padres, se estrenan en un rol, y puede que tengan más miedo. A veces toda la familia se vuelca más, porque esta criatura está sola y le pueden dedicar más atención”.
El hijo mediano, aún más problemático
El segundo hijo debe lidiar con la competencia por la atención y un ejemplo más imperfecto que el de un adulto. Pero esa situación se agrava cuando nace un tercer hijo, porque el del medio tiene que adaptarse nuevamente, ya que deja de ser el más pequeño.
"Aparece alguien que ocupa una posición que antes era exclusivamente suya, el mediano hace un esfuerzo mayor, ya que debe adaptarse a la situación dos veces”, argumentó la experta.
Además del hijo mayor, un tercer hijo también se vuelve una razón de rebeldía para el segundo hijo Foto:Getty Images
“Como ya hay otra persona que recibe atención y cuidados, el segundo busca sus propias características que lo diferencien del mayor. Normalmente, si el mayor es más extrovertido, este será más tranquilo, o viceversa. Y cuando nace el pequeño, deben acostumbrarse a compartir la atención de sus padres con otro más", explicó Moratalla.
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