En un giro trágico de los eventos, Iván Cantú, un hombre de 50 años con ascendencia latina, fue ejecutado mediante inyección letal el miércoles 28 de febrero a las 6:47 de la tarde en la penitenciaria estatal de Huntsville, Texas.
Su ejecución llega tras afirmaciones contundentes de poseer pruebas que demostrarían su inocencia, las cuales no fueron suficientes para detener el curso de la justicia penal estadounidense.
Cantú, quien desde el inicio se declaró inocente del asesinato de dos personas, enfrentó su destino final después de que la Junta Estatal de Indultos y Libertad Condicional rechazara su petición de clemencia el lunes anterior a su ejecución.
Esta decisión extinguía una de sus últimas esperanzas de vida, dejando un rastro de dudas y preguntas sobre el caso y el sistema judicial.
La lucha por la inocencia
El caso de Iván Cantú, un hombre de origen mexicano nacido en Dallas, ha capturado la atención pública por las circunstancias que rodearon su condena.
En octubre de 2001, Cantú fue declarado culpable de asesinar a su primo, James Mosqueda, de 27 años, y a Amy Kitchen, de 22 años, quien estaba comprometida con Mosqueda. Los hechos ocurrieron el 3 de noviembre de 2000, cuando la pareja fue encontrada muerta en su hogar, ubicado en el norte de Dallas.
En el juicio, la novia de Cantú por aquel entonces, Amy Boettcher, quien más tarde fallecería, testificó en su contra. Alegó que Cantú le confesó el crimen y la llevó a la casa de Mosqueda para ver los cuerpos y buscar drogas. Aunque el hermano de Boettcher inicialmente apoyó esta versión, posteriormente se retractó de su declaración.
Las pruebas presentadas en el juicio incluyeron ropa manchada con sangre de las víctimas, encontrada en la basura de la cocina de Cantú. Análisis de ADN confirmaron que la sangre pertenecía a Mosqueda y Kitchen. Además, el automóvil de Mosqueda fue hallado cerca del apartamento de Cantú, lo que incrementó las sospechas sobre él.
La defensa de Cantú, apoyada por su madre Sylvia, insistió en que Boettcher había mentido sobre los hechos. Argumentaron que otra persona pudo haber colocado las pruebas incriminatorias en su casa.
Cantú sugirió que el verdadero culpable era un narcotraficante al que Mosqueda debía dinero, intentando desviar la acusación de sí mismo. Sin embargo, el jurado no encontró suficiente mérito en esta defensa y lo condenó a muerte.
En una entrevista desde el corredor de la muerte con 'Telemundo', Cantú reiteró su inocencia, desmintiendo el testimonio de Boettcher. Puntualizó que las víctimas murieron el 4 de noviembre por la mañana, momento en el cual él afirmaba estar en Arkansas, contradiciendo la posibilidad de su presencia en el lugar del crimen. Este detalle pone de manifiesto las dudas y controversias que aún rodean el caso y la condena de Cantú.
Revisión de las pruebas en el caso de Iván Cantú tras su ejecución
El equipo legal de Iván Cantú presentó nuevas evidencias, esperando obtener un nuevo juicio antes de su ejecución. Reportes de 'Univisión' indicaron que estas incluían análisis forenses y testimonios jurados de policías, quienes no encontraron pruebas incriminatorias en su vivienda. Estos hallazgos sugirieron la posibilidad de manipulación en las pruebas contra Cantú.
La actuación del abogado de oficio durante el juicio de 2000 fue criticada por no cuestionar las evidencias ni entrevistar a testigos clave. Falta de asesoría de expertos en ADN, balística o medicina forense, componentes vitales dada la naturaleza de las acusaciones, marcó otro punto de controversia.
De manera sorprendente, el abogado J. Matthew Goeller pareció reconocer la culpabilidad de Cantú contra los deseos de este. Cantú solicitó representarse a sí mismo, pero su petición fue negada por el juez, según los documentos legales revisados por 'Telemundo'.
Jeff Boettcher, un testigo clave en contra de Cantú, retractó su testimonio después del fallecimiento de su hermana en 2022, itiendo que había mentido. Esta retractación puso en duda la integridad de las evidencias originalmente presentadas.
Tras la presentación de nuevas pruebas y la retractación de testimonios, del jurado original expresaron dudas sobre la condena de Cantú. Incluso, solicitaron una revisión más detallada del caso, indicando que con la información actual, podrían haber tomado una decisión diferente.
Celebridades y líderes religiosos intervinieron, solicitando detener la ejecución para revisar las nuevas pruebas. Jane Fonda y Kim Kardashian utilizaron su influencia para pedir al gobernador de Texas que reconsiderara el caso de Cantú, destacando las "serias incertidumbres" que lo rodeaban.
Esta movilización logró reunir un apoyo público significativo, evidenciado por las 150,000 firmas recogidas en una petición en línea. Estos esfuerzos subrayaron la preocupación creciente sobre la justicia en el caso de Cantú y sobre la pena de muerte en general, incluso después de su ejecución.
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*Este contenido fue reescrito con la asistencia de una inteligencia artificial, basado en información de El Comercio (GDA), y contó con la revisión de un periodista y un editor.