La
lectura es una de las habilidades más importantes que desarrollan los humanos en el ámbito educativo, y es, además, crucial para el buen desenvolvimiento individual en la sociedad actual.
Pero aprender a leer va mucho más allá de juntar letras escritas y hacer que suenen como una palabra. El español, como todos los otros idiomas, implica entender expresiones, emociones, velocidades, ritmos y, en general, algo llamado ‘prosodia’.
Según el portal pedagógico ‘Kufu’, el término prosodia hace referencia al “patrón rítmico y melódico del lenguaje hablado, que incluye el ritmo, la entonación, el acento y el énfasis en diferentes palabras y frases”.
La prosodia es, en palabras simples, lo que nos ayuda a comprender la unión de las palabras. Para dar una mejor descripción, el portal ‘Smartick’ creó el siguiente ejemplo:
- No me gusta Javier - contestó.
- No me gusta - Javier contestó.
- No, me gusta - Javier contestó.
- No, me gusta Javier - contestó.
Aunque son las mismas cinco palabras en todos los casos, los signos de puntuación y la prosodia hacen que las leamos diferente, y les podamos dar a cada una un significado distinto.
Esto se le puede dificultar especialmente a los niños, y es grave, pues no entender la importancia de los signos de puntuación resulta en una lectura monótona y en una muy baja comprensión de lectura, que se limita apenas a articular el sonido de las palabras.
Afortunadamente, la prosodia es una habilidad que se puede mejorar de muchas formas, todas relacionadas con ritmo o entonación. Por ejemplo, ‘Kufu’ expone que aprender a tocar instrumentos musicales sencillos, aún antes de empezar el proceso de aprendizaje lector, puede darle a los niños un sentido mucho más completo del ritmo, lo que posteriormente ayudará a la hora de leer en voz alta.
Para los que ya empezaron el proceso de aprendizaje lector, es importante trabajar el concepto de la prosodia, con ejemplos como el de ‘Smartick’, copiado más arriba, o con videos que resalten la entonación y el ritmo de las palabras.
Es importante que los padres trabajen en la prosodia de sus hijos, pues así no solamente mejorarán su comprensión de lectura, sino que podrán inculcarles más fácilmente hábitos lectores.
ALEJANDRO VICTORIA TOBÓN
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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